Boletín UNAM-DGCS-354
Ciudad Universitaria
Pies de foto al final del boletín
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Rechazo social, consecuencia de la reclusión penitenciaria de las
mujeres
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Son el 5 % de la población penitenciaria en el país
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Malos tratos, alimentación deficiente y desinterés en proporcionar
opciones de trabajo digno para la reclusas
La mujer en reclusión sufre
más que el hombre, porque además del encierro físico, se enfrenta a mayor
rechazo de la sociedad durante y después de estar encarcelada; padece la separación
de los hijos, que en la mayoría de los casos, la desprecian por su condición de
interna, aseguró Beatriz de la Vega Llamosa, corresponsable del Programa
Interno de Equidad y Género en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
La funcionaria, quien
participó en la videoconferencia “La situación de la mujer dentro del sistema
penitenciario”, efectuada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
UNAM, afirmó que el aumento en el número de delitos cometidos por el género
femenino ha tomado al Estado por sorpresa, pues no cuenta con la
infraestructura adecuada para atender en prisión a este sector, cuya situación
es más precaria que la de los varones.
A pesar de este incremento, señaló, en
México es poco significativo el número de mujeres en reclusión en comparación
con el de hombres; esto ha evidenciado
situaciones de desequilibrio, desigualdad y discriminación en contra de esta
población, pues del total de los 173 mil 875 internos que conforman la población
penitenciaria, 165 mil 918 (95 %) son hombres, y 7 mil 957 (5 %), mujeres.
Explicó que la mayor parte del sector
penitenciario femenino está conformado por indígenas que no hablan español, lo
que dificulta que puedan expresar su problemática; le siguen las enfermas
mentales, senectas, discapacitadas y
por último las extranjeras a quienes se les complica integrarse con las demás
internas por su idioma o color.
En cuanto a la situación jurídica por sexo,
añadió De la Vega Llamosa, la mujer en prisión enfrenta una situación grave, ya
que las sentencias por delitos cometidos también por varones, tienden a
aplicarse con la máxima penalidad, debido a patrones socioculturales que le
atribuyen a la mujer sumisión, abnegación y obediencia.
También informó que de las 7 mil 957 mujeres
recluidas, el 49 % están procesadas por delitos del fuero federal; mientras que
el 51 % restante lo están por delitos del fuero común; de igual forma los
delitos que más cometen las mujeres son los relacionados contra la salud, con
la propiedad, el homicidio, las lesiones, el robo de infantes y el secuestro.
Sobre los centros penitenciarios, señaló que en
la República Mexicana existen 447, los cuales son administrados y legislados
por las entidades federativas estatales, el gobierno federal o el Gobierno del
Distrito Federal. Del total de estos penales 238 (53 %) son para mujeres y
varones, 197 (44 %) sólo para hombres, y 12 (3 %) son mixtos.
De acuerdo a Beatriz de la Vega, el que existan
pocas cárceles para mujeres se debe a que no constituyen un número importante
de internas, y las autoridades prefieren construir grandes y modernas prisiones
para varones.
En cuanto a las condiciones de las internas,
indicó que en el país existen presidios sobrepoblados; entre ellos el Cereso
Femenil de Tapachula, el cual tiene una capacidad de internamiento de 64
reclusas; sin embargo hay 122, es decir, hay una sobrepoblación de 58 presas.
Otro centro que presenta el mismo problema,
continuó, es el Reclusorio Preventivo Femenil Oriente, localizado en el
Distrito Federal, con capacidad para 152 mujeres, y donde se encuentran
recluidas 447 internas, lo que significa una sobrepoblación de 295
mujeres.
En relación al nivel de estudio de las
internas, apuntó que el 70 % tiene como nivel máximo la primaria, y dentro de
este porcentaje, 20 % son analfabetas, en su mayoría de origen indígena; el 30
% restante tiene algún grado de secundaria, algunas cursaron la preparatoria o
carrera técnica, y aproximadamente 20 prisioneras en todo el país tienen una
carrera profesional.
Beatriz de la Vega manifestó que a pesar de que
en los últimos 30 años las mujeres mexicanas han avanzado en el ámbito
económico, familiar e individual, aún persisten desigualdades sociales
reflejadas en los centros penitenciarios femeniles, cuyo modelo de operación
está orientado a cubrir las necesidades masculinas.
Asimismo, señaló la funcionaria, es evidente
que la vida en reclusión de la mujer está
plagada de malos tratos, alimentación deficiente, inadecuada atención
médica, y un desinterés por proporcionarle opciones de trabajo digno con el que
pueda mantenerse.
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PIES DE FOTO
Foto 1
La mujer en reclusión sufre más que el hombre, aseguró
Beatriz de la Vega Llamosa, corresponsable del Programa Interno de Equidad y
Género en la Secretaría de Seguridad Pública, durante la videoconferencia “La
situación de la mujer dentro del sistema penitenciario”, efectuada en la FCPyS
de la UNAM.
Foto 2
Las mujeres
representan el 5 % de la población penitenciaria en el país, señaló Beatriz de
la Vega, corresponsable del Programa Interno de Equidad y Género de la
Secretaría de Seguridad Pública, al participar en la videoconferencia “La
situación de la mujer dentro del sistema penitenciario”, realizada en la FCPyS
de la UNAM.