Boletín UNAM-DGCS-339
Ciudad Universitaria
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final del boletín
AUMENTÓ EL NÚMERO DE INCENDIOS FORESTALES EN EL PAÍS
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Hasta abril se registraron más de 3 mil 500
incendios de diferentes extensiones, los cuales han afectado a una superficie
superior a las 116 mil hectáreas de bosques y selvas
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Lourdes Villers Ruiz, del Centro de Ciencias
de la Atmósfera, dijo que se ha visto una relación entre los fenómenos de El
Niño y La Niña y el incremento de esos siniestros
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Se efectuó el primer Coloquio Universitario
sobre Incendios Forestales y sus Efectos Ambientales, inaugurado por Carlos
Gay, director del CCA
· Se busca que los estudiantes y especialistas profesionistas universitarios participen en proyectos multidisciplinarios de beneficio para la comunidad
Hasta
abril de este año se han registrado en el país más de 3 mil 500 incendios de
diferentes extensiones, los cuales han afectado una superficie superior a las
116 mil hectáreas de bosques y selvas. Esta situación “ha superado los daños de
años anteriores” y aún faltan los meses de mayo y junio, cuando estos fenómenos
se presentan con mayor fuerza, aseguró la doctora Lourdes Villers Ruiz.
La
investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) y organizadora del
Coloquio Universitario sobre Incendios Forestales y sus Efectos Ambientales,
efectuado en el auditorio de esa dependencia, señaló que, con base en
registros, se ha visto una relación entre los fenómenos metereológicos de El
Niño y La Niña y el incremento de quemas.
En
la actualidad, precisó, se presentan períodos de alta temperatura y sequía. De
ahí la relación de los eventos de variabilidad climática y la presencia de
incendios.
Abundó
que en la presencia de siniestros hay dos actores climáticos importantes: el
calentamiento global, es decir, las temperaturas que en el planeta aumentan año
con año; y la mencionada variabilidad climática.
En Estados Unidos, además, se ha identificado
el PDO (Pacifical Decadal Oscillation), es decir, las oscilaciones en la
temperatura cada 10 años en latitudes altas, como Canadá, norte de la Unión
Americana y Alaska. Eso, aseguró, ayuda a prevenir la aparición del fuego que
afecta los bosques.
México, expuso, es un país intertropical,
donde la presencia de huracanes por efecto de El Niño se incrementan cada año.
Eso implica la caída de árboles y, en consecuencia, una mayor cantidad de
material combustible o biomasa en el suelo. En los períodos de El Niño, con la
sequía prolongada, esos combustibles se secan y hay mayor incidencia de
desastres por fuego.
La científica mencionó que en el territorio
nacional aún no se usan métodos para prevenir incendios, pero el CCA predice
sequías, de gran utilidad para los agricultores. Ahora, se pretende introducir
algunos índices del periodo de secas para determinar la severidad de los
incendios.
Los
objetivos de este primer Coloquio Universitario sobre Incendios Forestales y sus
Efectos Ambientales, dijo, son divulgar entre la comunidad universitaria las
investigaciones sobre el tema, tanto en México como en Estados Unidos.
También, que los estudiantes de licenciatura
y posgrado participen en proyectos multidisciplinarios para que realicen
investigaciones a futuro.
En el Coloquio participan integrantes del Servicio Forestal de EU, con sede en
Seattle; de las universidades de Iowa y Washington, así como de Barcelona, y
por México participan el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y
Agropecuarias, el Colegio de la Frontera Sur, la Universidad Autónoma de
Chapingo y el propio CCA, entre otras.
En la inauguración, el director del CCA,
Carlos Gay, destacó que esta Casa de Estudios cumple con su función de divulgar
el conocimiento y, a la vez, de facilitar el intercambio entre profesionales de
las diversas disciplinas a través de actividades académicas como el coloquio.
En
tanto, durante la ponencia La historia del fuego y su relación con el clima,
Donald McKenzie, del Servicio Forestal de Estados Unidos, explicó que la
severidad de los incendios determina no sólo los efectos en la vegetación, sino
los métodos con que se identifican los patrones temporales y espaciales de las
igniciones en el paisaje.
Al hablar de metodologías apropiadas para
distinguir las relaciones entre el fuego y el clima, expresó que, por ejemplo,
aquellas que usan sedimentos del carbón son apropiadas para entender el
fenómeno en escalas temporales muy largas.
Mientras, utilizar árboles quemados –que
registran los cortes transversales de la madera– se prefiere para conseguir
resoluciones anuales. “Durante la vida del árbol, cada quema mata algunos
centímetros y la cicatriz queda cubierta por tejido nuevo. Así surge un patrón
estructural de los anillos de crecimiento”, aseguró.
Al hablar del caso mexicano dijo que en
bosques secos de pinos, encinos y robles de algunos ejidos de Durango y
Chihuahua, se ha visto que antes de los años de incendios extremos el clima fue
húmedo, por lo tanto se crean más combustibles finos que luego se secan y
propician siniestros.
Así, mediante estudios paleoecológicos se ha
inferido que los incendios responden a variaciones climáticas, pero aún falta
mucho por conocer. Una tarea para el futuro es entender los patrones espaciales
en grandes escalas para anticipar nuevos regímenes de fuego y sus repercusiones
para el manejo y la preservación de los bosques.
Además, es necesario precisar aún más la
relación entre El Niño, dominante en las latitudes tropicales, con los
mecanismos de fuego. “Es posible que la estación entre éste y La Niña sea más
importante para predecir incendios que las fases mismas, por lo menos en
algunas zonas”, expresó.
Quisiéramos saber también, finalizó, cómo cambian
las interacciones entre los índices climáticos y los regímenes de fuego.
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Los incendios forestales determinan no sólo los efectos a la vegetación, sino los métodos con que se identifican los patrones temporales y espaciales de las igniciones en el paisaje, dijo Donald McKenzie, del Servicio Forestal de Estados Unidos
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Los incendios registrados en el país hasta abril de este año han superado los daños de años anteriores, afirmó Lourdes Villers, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera y organizadora del Coloquio Universitario sobre Incendios Forestales y sus Efectos Ambientales.