14:30 hrs. Mayo 06 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-339

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

AUMENTÓ EL NÚMERO DE INCENDIOS FORESTALES EN EL PAÍS

 

·        Hasta abril se registraron más de 3 mil 500 incendios de diferentes extensiones, los cuales han afectado a una superficie superior a las 116 mil hectáreas de bosques y selvas

·        Lourdes Villers Ruiz, del Centro de Ciencias de la Atmósfera, dijo que se ha visto una relación entre los fenómenos de El Niño y La Niña y el incremento de esos siniestros

·        Se efectuó el primer Coloquio Universitario sobre Incendios Forestales y sus Efectos Ambientales, inaugurado por Carlos Gay, director del CCA

·        Se busca que los estudiantes y especialistas profesionistas universitarios participen en proyectos multidisciplinarios de beneficio para la comunidad

 

Hasta abril de este año se han registrado en el país más de 3 mil 500 incendios de diferentes extensiones, los cuales han afectado una superficie superior a las 116 mil hectáreas de bosques y selvas. Esta situación “ha superado los daños de años anteriores” y aún faltan los meses de mayo y junio, cuando estos fenómenos se presentan con mayor fuerza, aseguró la doctora Lourdes Villers Ruiz.

 

La investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) y organizadora del Coloquio Universitario sobre Incendios Forestales y sus Efectos Ambientales, efectuado en el auditorio de esa dependencia, señaló que, con base en registros, se ha visto una relación entre los fenómenos metereológicos de El Niño y La Niña y el incremento de quemas.

En la actualidad, precisó, se presentan períodos de alta temperatura y sequía. De ahí la relación de los eventos de variabilidad climática y la presencia de incendios.

 

Abundó que en la presencia de siniestros hay dos actores climáticos importantes: el calentamiento global, es decir, las temperaturas que en el planeta aumentan año con año; y la mencionada variabilidad climática.

 

En Estados Unidos, además, se ha identificado el PDO (Pacifical Decadal Oscillation), es decir, las oscilaciones en la temperatura cada 10 años en latitudes altas, como Canadá, norte de la Unión Americana y Alaska. Eso, aseguró, ayuda a prevenir la aparición del fuego que afecta los bosques.

 

México, expuso, es un país intertropical, donde la presencia de huracanes por efecto de El Niño se incrementan cada año. Eso implica la caída de árboles y, en consecuencia, una mayor cantidad de material combustible o biomasa en el suelo. En los períodos de El Niño, con la sequía prolongada, esos combustibles se secan y hay mayor incidencia de desastres por fuego.

 

La científica mencionó que en el territorio nacional aún no se usan métodos para prevenir incendios, pero el CCA predice sequías, de gran utilidad para los agricultores. Ahora, se pretende introducir algunos índices del periodo de secas para determinar la severidad de los incendios.

 

Los objetivos de este primer Coloquio Universitario sobre Incendios Forestales y sus Efectos Ambientales, dijo, son divulgar entre la comunidad universitaria las investigaciones sobre el tema, tanto en México como en Estados Unidos.

 

También, que los estudiantes de licenciatura y posgrado participen en proyectos multidisciplinarios para que realicen investigaciones a futuro.

 

En el Coloquio  participan integrantes del Servicio Forestal de EU, con sede en Seattle; de las universidades de Iowa y Washington, así como de Barcelona, y por México participan el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias, el Colegio de la Frontera Sur, la Universidad Autónoma de Chapingo y el propio CCA, entre otras.

 

En la inauguración, el director del CCA, Carlos Gay, destacó que esta Casa de Estudios cumple con su función de divulgar el conocimiento y, a la vez, de facilitar el intercambio entre profesionales de las diversas disciplinas a través de actividades académicas como el coloquio.

 

En tanto, durante la ponencia La historia del fuego y su relación con el clima, Donald McKenzie, del Servicio Forestal de Estados Unidos, explicó que la severidad de los incendios determina no sólo los efectos en la vegetación, sino los métodos con que se identifican los patrones temporales y espaciales de las igniciones en el paisaje.

 

Al hablar de metodologías apropiadas para distinguir las relaciones entre el fuego y el clima, expresó que, por ejemplo, aquellas que usan sedimentos del carbón son apropiadas para entender el fenómeno en escalas temporales muy largas.

 

Mientras, utilizar árboles quemados –que registran los cortes transversales de la madera– se prefiere para conseguir resoluciones anuales. “Durante la vida del árbol, cada quema mata algunos centímetros y la cicatriz queda cubierta por tejido nuevo. Así surge un patrón estructural de los anillos de crecimiento”, aseguró.

 

Al hablar del caso mexicano dijo que en bosques secos de pinos, encinos y robles de algunos ejidos de Durango y Chihuahua, se ha visto que antes de los años de incendios extremos el clima fue húmedo, por lo tanto se crean más combustibles finos que luego se secan y propician siniestros.

 

Así, mediante estudios paleoecológicos se ha inferido que los incendios responden a variaciones climáticas, pero aún falta mucho por conocer. Una tarea para el futuro es entender los patrones espaciales en grandes escalas para anticipar nuevos regímenes de fuego y sus repercusiones para el manejo y la preservación de los bosques.

 

Además, es necesario precisar aún más la relación entre El Niño, dominante en las latitudes tropicales, con los mecanismos de fuego. “Es posible que la estación entre éste y La Niña sea más importante para predecir incendios que las fases mismas, por lo menos en algunas zonas”, expresó.

 

Quisiéramos saber también, finalizó, cómo cambian las interacciones entre los índices climáticos y los regímenes de fuego.

 

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Los incendios forestales determinan no sólo los efectos a la vegetación, sino los métodos con que se identifican los patrones temporales y espaciales de las igniciones en el paisaje, dijo Donald McKenzie, del Servicio Forestal de Estados Unidos

 

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Los incendios registrados en el país hasta abril de este año han superado los daños de años anteriores, afirmó Lourdes Villers, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera y organizadora del Coloquio Universitario sobre Incendios Forestales y sus Efectos Ambientales.