11:00 hrs. Mayo 02 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-328

Ciudad Universitaria

 

 

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LA ALTURA DE LAS PERSONAS LA DETERMINAN 80% LA GENÉTICA Y 20% EL ENTORNO SOCIAL

 

·        Afirmó Ottó G. Eiben, de la Universidad Eötvös Loránd de Hungría

·        El crecimiento es el mejor índice para medir la salud nutricional de una población, aseguró

·        Ofreció la conferencia “Avances recientes en el estudio del crecimiento y maduración humanos” en la UNAM

 

La carga genética determina entre el 77 y el 80% del crecimiento de las personas; el resto se debe al entorno, indicó Ottó G. Eiben, en el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

 

El profesor de la Universidad Eötvös Loránd, de Hungría, agregó que en dicho proceso influye el número de hermanos que constituyan una familia, así como el orden de nacimiento: entre menos hijos haya mayor es su estatura y generalmente los primeros son más altos que los posteriores.

 

Existe también una relación con el nivel de educación escolar, pues los hijos de padres y madres que desarrollan trabajo intelectual son más altos.

 

La urbanización, expuso, es otro factor importante. Se ha comprobado que hay gran diferencia en el desarrollo entre los niños de las ciudades y los de zonas rurales, mostrándose que los primeros tienen dimensiones corporales mayores y maduran más pronto que sus contrapartes del campo.

Asimismo, el nivel de crecimiento es el mejor índice para medir la salud nutricional de una población, aseguró el especialista en la conferencia “Avances recientes en el estudio del crecimiento y maduración humanos (“Recent advances in the study in human growth and maduration”).

 

La edad de los padres al tener a sus vástagos también cuenta. Tomando como referencia tres grupos de edad –de 20 a 25, de 26 a 30 y de 31 a 34– se demostró que entre más jóvenes son los padres mayor es la estatura de los hijos, aunque aquí la tendencia no es tan relevante, señaló.

 

Tras referirse a una serie de estudios sobre el crecimiento de las personas -se toman datos de 1833 a 1910- presentó y describió a detalle un modelo de interacción holística y la relación entre sus cuatro elementos fundamentales: psicológico (individual, cognoscitivo y emocional), sociológico (medio, familia, grupo, cultura, sociedad), biológico (individual, herencia, cuerpo, salud) y físico (ambiente, materiales, objetos).

 

Al respecto, planteó que la existencia de problemas severos de tipo psicológico, económico (los cuales afectan la nutrición) y en la propia condición física durante el periodo de crecimiento, afectan las dimensiones corporales de los niños en forma negativa; es decir, a mayor presión biopsicosocial, menor crecimiento.

 

Como ejemplo se refirió a un estudio relativo a la movilidad social de inmigrantes que llegan a Estados Unidos, en quienes se observó lo siguiente: en la medida que pasan varias generaciones, es muy patente que los hijos tienen estaturas mayores a las de sus padres.

 

Asimismo, hizo hincapié en lo que ha sucedido en años recientes en Hungría, donde hubo grandes cambios políticos los cuales implicaron cambios económicos notorios, a tal grado de que la mortalidad infantil mostró el incremento más alto reportado para una época de paz en los países del centro europeo.

 

De hecho, anotó, en los años 90 se observó en Europa un fenómeno sin precedentes: una inequidad cada vez más marcada por situaciones de desempleo y pobreza, con el consecuente aumento de estrés.

 

Esto, continuó, ha traído como resultado malos hábitos   nutricionales –con una reducción en el consumo de calorías, proteínas y grasas naturales debida a la sustitución de alimentos que se consideran sanos, por los llamados “chatarra”– así como mayores manifestaciones de conductas agresivas. El nivel de salud en ese continente, tanto físico como mental, se ha deteriorado en estos últimos años, reconoció.

 

Pero, se preguntó, ¿habrá solución a esta problemática? Cambiar las políticas actuales enfocadas a la infancia sería una opción. Los niños, subrayó, crecen una sola vez, además de que si un menor es sano es feliz. Por eso debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para tenerlos contentos.

 

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Foto 1

La carga genética determina entre el 77 y el 80% del crecimiento de las personas, el resto se debe al entorno, comentó en la UNAM Ottó G. Eiben, de la Universidad Eötvös Loránd de Hungría.

 

Foto 2

Ottó G. Eiben, de la Universidad Eötvös Loránd de Hungría, sostuvo en la UNAM que el número de hermanos que constituyan una familia, así como el orden de nacimiento de los individuos define la estatura de las personas, entre otros factores del entorno, como la alimentación.