11:00 hrs. Abril 25 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-307

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de foto al final del boletín

 

MÉXICO, MODELO A SEGUIR RESPECTO AL CONTROL DE LA RABIA CANINA

 

·        En una década se ha logrado casi erradicar esta enfermedad: Elizabeth Loza Rubio, del Centro Nacional de Investigaciones en Microbiología Veterinaria

·        El promedio de muertes de personas en el mundo por esta causa es de alrededor de 50 mil cada año.

·        En 1990 hubo 90 personas perdieron la vida por este mal en México; el año pasado sólo uno

 

La rabia canina ha disminuido en México agrado tal que sólo se registraron 200 casos el año pasado, gracias a las medidas tomadas por el sector salud al respecto, "por fortuna, puede ser considerados un modelo a seguir por otros países", afirmó Elizabeth Loza Rubio, del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, Forestales y Pecuarias (INIFAP).

 

En la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, la especialista del Centro Nacional de Investigaciones en Microbiología Veterinaria indicó que en una década se ha logrado casi controlar, por no decir erradicar, de manera muy efectiva esta enfermedad. Mientras en 1990 se presentaron más de mil casos, el año anterior esta cifra fue de 200.

 

Como ese padecimiento en animales está muy vinculado al de los humanos, tenemos que durante 1990 hubo 90 casos de muertes de personas por rabia y el año pasado se presentó tal vez sólo un caso, informó en el Seminario Departamental Panorama actual de las vacunas antirrábicas comerciales y experimentales.

 

En cuanto a la rabia silvestre, comentó, es más difícil su manejo, porque son variadas las especies que pueden transmitirla, como los murciélagos, zorrillos, mapaches, zorros y coyotes, entre otros. “El problema es que, a veces no se cuenta con la vigilancia epidemiológica ni la notificación adecuadas; y no porque no se quiera, sino por el propio comportamiento de dichos animales”, aseguró en el Auditorio “D” de la FQ.

 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, indicó Elizabeth Loza, la rabia está dentro de las 10 principales enfermedades causantes de muerte en el mundo. Aunque hay diversos estudios en ese sentido, puede decirse que el promedio sería de 50 mil muertes al año.

 

Agregó que se aplican entre 10 y 12 millones de tratamientos postexposición anuales, principalmente en países de Asia, como India, Pakistán y Tailandia. En Estados Unidos, donde la rabia canina fue erradicada desde 1930, el principal problema ahora es la silvestre, puesto que cada año aplican 40 mil vacunas, sobre todo por contacto con murciélagos insectívoros. En México no hay cifras muy exactas sobre eso.

 

En otras naciones, Canadá por ejemplo, el principal vector o reservorio de rabia son los mapaches y los zorrillos; en Estados Unidos –como se dijo- los murciélagos insectívoros; en Europa son los zorros; en África los chacales y en el continente asiático los perros.

 

Desde el punto de vista epidemiológico, resaltó, hay dos ciclos de rabia en nuestro país: el de los perros, que hasta hace unos 10 años era la más importante, y el de los murciélagos hematófagos, también conocidos como vampiros, cuya principal víctima es el ganado bovino, aunque cada vez se presentan más ataques a seres humanos.

 

“En México tenemos aproximadamente 130 especies de murciélagos, que abarcan 23 estados de la República, de las cuales solamente tres son hematófagas; es decir, que se alimentan de sangre”, manifestó.

 

 

 

Informó que en nuestro país existen dos tipos de vacunas comerciales contra la rabia para uso veterinario: las de virus vivo modificado y las de virus inactivado o muerto. Para uso humano existen las elaboradas con base en células diploides (provenientes de tejido pulmonar de feto), células Vero (de riñón de mono verde) y las de fibroblastos de pollo.

 

Ninguna  es peligrosa, aseveró. El único problema es un piquete; aunque hay personas que pudieran ser alérgicas a algunos de sus componentes, “es muy baja la incidencia”.

 

Destacó también que en el INIFAP se está realizando investigación de punta relacionada con la rabia, especialmente en la realización de vacunas basadas en biotecnología genómica las cuales serían para ingerir. Sus ventajas: serían muy fáciles de administrar y de llevar a lugares recónditos, donde es complicado que lleguen en buenas condiciones las de otras características.

 

Añadió que la rabia es un padecimiento casi tan antiguo como el género humano. “Tenemos reportes de éste en el siglo XXX antes de Cristo, en el periodo Védico”. La primera descripción de la enfermedad fue hecha en el siglo XXIII A. C. La palabra que la denomina, agregó, proviene del arameo Rahbas, que significa “hacer con violencia”.

 

Posteriormente, reseñó, en el siglo I después de Cristo, Cornelio Celsus reportó que cuando este mal se producía se presentaba un miedo al agua, por lo cual también se le conoce como hidrofobia hasta nuestros días. En 1821 se determina que este trastorno es transmitido por la saliva de animales enfermos a animales susceptibles.

 

Acerca del periodo de incubación de esta dolencia, Loza Rubio aseguró que es de aproximadamente 30 días; no obstante, casos atípicos muestran que puede ser de siete días hasta dos años después de la exposición.

 

 

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PIES DE FOTO

 

 

 

Foto 1

 

Elizabeth Loza Rubio, del Centro Nacional de Investigaciones en Microbiología Veterinaria indicó que en una década se ha logrado casi controlar, por no decir erradicar, de manera muy efectiva la rabia canina. Mientras en 1990 se presentaron más de mil casos, el año anterior esta cifra fue de 200.

 

Foto 2

 

Ese padecimiento en animales está muy vinculado al de los humanos; durante 1990 hubo 90 casos de muertes de personas por rabia y el año pasado se presentó tal vez sólo un caso, informó Elizabeth Loza Rubio, del Centro Nacional de Investigaciones en Microbiología Veterinaria.

 

Foto 3

 

Desde el punto de vista epidemiológico hay dos ciclos de rabia en nuestro país: el de los perros, que hasta hace unos 10 años era la más importante, y el de los murciélagos hematófagos, también conocidos como vampiros, destacó Elizabeth Loza Rubio, del Centro Nacional de Investigaciones en Microbiología Veterinaria.