06:00 hrs. Abril 17 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-285

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del  boletín

 

 

CONTRIBUYEN LAS CIENCIAS FÍSICAS A LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS SOCIALES DE LA BUROCRACIA

 

·        Octavio Miramontes, del Instituto de Física, dijo que el fenómeno de la burocracia se presenta porque la arquitectura de sus redes no tiene “atajos”

·        Funcionarios de la Secretaría de Salud se acercaron a los físicos universitarios para intentar un nuevo diseño de la red de salud pública

 

La burocracia mal desempeñada, un flagelo para muchos países incluido el nuestro, podría aminorarse si se aplicara en la organización de las instituciones una teoría de la física moderna conocida como “sistemas complejos”, así como las ideas del fenómeno del “mundo pequeño”, aseguró Octavio Miramontes.

 

El investigador del Instituto de Física de la UNAM mencionó que en la actualidad el avance del conocimiento en dicha área permite explicar desde cómo se constituye un grupo de amistades, hasta el funcionamiento institucional, ámbito, éste último, dentro del cual el fenómeno de la burocracia se presenta porque la arquitectura de sus redes sociales no tiene “atajos” que interconecten los diferentes niveles jerárquicos.

 

Por ello, la solución podría ser la creación de una conexión distinta de esas redes, en donde los individuos tengan mayores posibilidades de tomar decisiones y de ser creativos, y además que la estructura orgánica permita la comunicación entre los diversos niveles.

 

Explicó que los sistemas complejos son un área de investigación científica surgida hace dos décadas y que se relaciona con aquellos fenómenos de la naturaleza donde se cumple el principio “intuitivo” de que el todo es más que la suma de las partes por separado.

 

Tales fenómenos, precisó, existen desde la escala atómica hasta la macroscópica, incluida la social. “La fenomenología social, además de ser complicada (por tener un gran número de variables), es compleja (porque sus elementos interactúan)”.

 

Lo mismo pasa en el cerebro, donde muchos elementos idénticos (las neuronas) se relacionan para darnos la capacidad intelectual, o en un hormiguero, donde los individuos conforman una sociedad capacitada para buscar colectivamente comida o defender su colonia. Otros ejemplos son la interacción entre las placas tectónicas que producen los terremotos o, incluso, los procesos financieros.

 

Estos sistemas tienen propiedades genéricas (idénticas), como podría ser la presencia de caos o de fractales (la geometría del caos); es decir, situaciones dinámicas con un aparente desorden pero que en el fondo poseen una armonía bien identificada.

 

Dentro del área de los sistemas complejos, añadió Miramontes, en años recientes se ha desarrollado uno de los grandes temas de frontera en la investigación física: la dinámica de las redes complejas y, asociadas con ésta, el fenómeno del “mundo pequeño”.

 

En una red de interconexión, abundó el científico, se tienen muchas geometrías posibles. Por ejemplo, para ir de la ciudad de México a Tijuana se puede viajar por carretera y atravesar infinidad de ciudades; pero también utilizar un avión y dar un gran salto.

 

En esa red de comunicación entre las ciudades del país, “somos capaces de agregar atajos o caminos cortos”. A esto se refiere el “mundo pequeño”, teoría surgida en Estados Unidos cuando un grupo de psicólogos descubrió que para hacer llegar una carta de una persona a otra que no conoce (viviendo en diferentes ciudades) se requiere, en promedio, de sólo seis individuos.

 

Lo mismo ocurre entre los actores de cine. En el mundo hay alrededor de medio millón de intérpretes que han participado en alguna película; el que más lo ha hecho es Kevin Bacon y es, por lo tanto, quien más coactores tiene. Al construir esta red se descubrió que se requieren de tan sólo tres artistas en promedio para que uno de ellos, por más desconocido que sea, hubiera trabajado con aquel.

 

Algo similar sucede entre las redes de científicos. “Es sorprendente la dinámica que tienen, los atajos que toman. Los pasos requeridos para que yo hubiera conocido a Einstein tampoco son muchos”.

 

Otro ejemplo de las redes del mundo pequeño es Internet, la cual no tuvo un “arquitecto” que estableciera cómo tenía que ser, simplemente surgió de la conexión entre instituciones y creció hasta alcanzar a todo el mundo. Así, para el enlace entre una máquina en México y otra en Italia, el número de computadoras intermedias requeridas también es muy bajo y esto hace que la “web” sea eficiente.

 

Las redes telefónicas y las rutas de los aviones son otras muestras de sistemas artificiales formados por elementos interconectados entre sí, pero que necesitan del “mundo pequeño” para ser más eficientes.

 

El estudio de los sistemas complejos, en apariencia distintos pero que en el fondo se comportan de la misma manera, añadió el doctor Miramontes, es interdisciplinario. En él, la física interactúa con otras ramas del conocimiento, como la medicina, la antropología, la química, la astronomía, la biología, la economía o la ingeniería.

 

Para describirlos se utilizan herramientas matemáticas (dinámica no lineal) o simulaciones computacionales, así como otros instrumentos teóricos. De ese modo, las teorías de los sistemas complejos se pueden aplicar tanto en una organización social “como en un terremoto”.

 

Un fenómeno entendido en la naturaleza es que las redes de interconexión requieren no sólo de regulaciones, sino de cierta flexibilidad. En los sistemas sociales pasa lo mismo: por ejemplo, una sociedad donde cada cual hace lo que le parece deriva en un caos; en el otro extremo, un régimen político rígido no puede renovarse. En ambos casos se da una ruptura del orden social.

 

Por ello, es necesario buscar una fórmula que lleve a una organización con propiedades óptimas; es decir, una donde las personas, además de participar en la dinámica social y en la vida comunitaria, tengan libertad y flexibilidad para ser creativos de manera individual, tal y como ocurre en las sociedades de hormigas.

En cambio, en la burocracia, para realizar un trámite se necesita ir del paso A al B, del B al C y así sucesivamente. Se trata de cadenas enormes que actúan como “teléfonos descompuestos”, en las cuales cuando un elemento falla el resto deja de funcionar.

 

Funcionarios de la Secretaría de Salud (“con una visión acertada”) se acercaron a los físicos universitarios para echar a andar un proyecto “donde tratamos de analizar cómo podrían aplicarse las ideas del ‘mundo pequeño’ y hacer un rediseño total de la red de salud pública”.

 

El objetivo es mejorar la interconexión y el flujo de información entre hospitales de todas las jerarquías, desde las clínicas en los pueblos, hasta los grandes hospitales ubicados en las metrópolis, de modo que el número de pasos para ir de un nivel a otro siempre sea el menor.

 

Las ideas del “mundo pequeño” comienzan a difundirse en la administración de organizaciones para lograr que sean más eficientes, no sólo en el ahorro de los recursos económicos, sino del tiempo invertido para hacer lo que se debe.

 

En el caso de esa secretaría de Estado, “hemos comenzado por conversar con algunos funcionarios para convencerlos de que las ideas tradicionales en la administración de organizaciones no son eficientes”.

 

Después, expuso, pasaremos a otra etapa donde se tomarán ejemplos en particular. La idea es descentralizar aún más el sistema de salud (a nivel estatal ya tiene autonomía), incrementar la atención personalizada a los pacientes, quienes no necesitarán concentrarse en un gran hospital; repartir la toma de decisiones en el esquema de la organización, así como hacer eficientes y directos los canales de comunicación entre dependencias y personas.

 

Por el momento ya se prepara un libro que abordará el tema de los sistemas complejos para innovar y mejorar la calidad del sistema de salud; luego, se podría llevar a la práctica, mediante programas piloto, finalizó Octavio Miramontes.

 

 

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PIES DE FOTO

 

 

Foto 1

 

La burocracia podría aminorarse si se aplicara en la organización de las instituciones una teoría de la física moderna conocida como “sistemas complejos”, afirmó Octavio Miramontes, investigador del Instituto de Física de la UNAM.

 

 

 

Foto 2

 

Octavio Miramontes, investigador del Instituto de Física, dijo que las ideas del “mundo pequeño” comienzan a difundirse en la administración de organizaciones para lograr que sean más eficientes, no sólo en el ahorro de recursos económicos, sino del tiempo invertido para hacer lo que se debe.