06:00 hrs. Abril 12 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-275

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del  boletín

 

LABORATORIO DE INTERACCIÓN HUMANO-MÁQUINA

 

·        En él se evalúa el desempeño de usuarios frente al uso de herramientas y diversos productos

·        Se caracteriza por hacer evaluaciones y caracterizaciones con usuarios a todo lo largo del proceso de desarrollo de los productos: Fernando Gamboa Rodríguez

 

El Laboratorio de Interacción Humano-Máquina y Multimedia del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM es único en su quehacer: no sólo se crean productos con tecnología de punta, sino que éstos se evalúan y validan con usuarios a todo lo largo de su desarrollo.

 

Así lo explicó Fernando Gamboa Rodríguez, coordinador del laboratorio, quien mencionó que este espacio universitario tiene como eje fundamental de sus actividades lo que se denomina "diseño centrado en el usuario".

 

De ese modo, se busca garantizar que en la producción de aplicaciones interactivas no sólo se integren "buenas intenciones" o ideas que el equipo de desarrollo considera puedan funcionar, sino que, para avalar la calidad y conveniencia del producto, el diseño de la futura aplicación se base en un profundo conocimiento del usuario final.

 

"El tipo de software que desarrollamos, dado el medio académico en que nos encontramos, es fundamentalmente educativo y en dos plataformas diferentes: CD’s interactivos multimedia e Internet", añadió Gamboa Rodríguez.

 

En ambos casos, uno de los aspectos más importantes es el que concierne a la elección de medios; es decir, qué videos, fotografías, animaciones, textos, audio, etcétera, se deben incluir y cómo combinarlos para poder transmitir una información concreta de la manera más eficiente posible.

 

Tal problema se ataca en el Laboratorio a través un análisis cuidadoso de quién utilizará el producto, en qué contexto y cómo hay que dirigirse a él, así como mediante la evaluación de las ideas que el usuario tiene acerca del tema que se desea tratar.

 

Todo este trabajo es posible gracias a un equipo interdisciplinario de nueve especialistas en diferentes áreas, quienes analizan desde las necesidades del usuario y el diseño del producto, hasta su programación, la propuesta visual que se desea manejar, la codificación de medios e interacciones visuales e inclusive su sonorización. “Esto ha hecho que conformemos un grupo rico en cuanto a la visión que podemos tener de un mismo producto”.

 

Así, los usuarios finales son integrados al Laboratorio de Interacción Humano-Máquina y Multimedia de manera sistemática y, en caso de tratarse de un software educativo, también a los profesores, responsables del contenido de los productos que se van a desarrollar. Esto implica estudiar y atacar nuevos problemas, como determinar en qué momento deben ser llamados y qué se espera de ellos.

 

A cambio de esta integración formal de los consumidores en el proceso de desarrollo se obtienen muchos beneficios. “Si le pregunto a un usuario qué le parece mi producto, es probable que no sepa definir con claridad sus cualidades y defectos: hay que ayudarlo a descifrar qué necesita. En ese sentido, debemos establecer los mecanismos que nos permitan, por un lado, ayudarlo a expresar lo que quiere y, por el otro, a partir de su observación, determinar lo que funciona o no de la aplicación”, indicó Gamboa.

 

“Es decir –abundó- el interesado viene y usa nuestros productos, y a partir de observarlo y analizar cómo trabaja con ellos se puede establecer, de modo objetivo, si están bien diseñados o no. Sin duda somos privilegiados en contar con instalaciones, metodologías y procesos especializados en la observación del usuario”.

 

Son tres los momentos de evaluación de un producto: durante el análisis del mismo, cuando lo que se desea calificar es la validez de los requerimientos (qué se desea desarrollar y con qué arquitectura); durante la implementación de los diferentes módulos que los conforman, donde se califica el diseño propuesto (la coherencia y eficiencia de cada uno de ellos en términos de si ayudan al usuario como se espera o no); y, una vez terminada la aplicación, cuando se califica el desempeño global del usuario con ésta. Las observaciones recabadas en esta última etapa se documentan, con el fin de mejorar la siguiente versión.

 

El laboratorio surgió hace cuatro años, a raíz de un gran proyecto: un tutorial de física para alumnos de bachillerato de la UNAM. A partir de entonces, se han desarrollado diversos productos, entre ellos más de diez sitios o portales para la internet, un sistema tutor de auto-capacitación para gerentes y dueños de restaurantes, entre otros.

 

Asimismo, en la red se creó un foro denominado Entre profes…, dirigido a los alrededor de 600 docentes de física del bachillerato universitario, quienes prácticamente no tienen contacto entre ellos por trabajar en distintos sistemas, horarios y planteles, a pesar de contar con información y experiencias que podrían intercambiar, comentó Gamboa Rodríguez.

 

Por eso, se propuso crear una comunidad virtual donde el reto fue involucrar a los propios profesores, y determinar junto con ellos qué servicios brindaría el portal y cómo debería funcionar. Hasta ahora los mismos profesores han desarrollado material para dos temas diferentes: mecánica y ondas.

 

El portal, que contiene prácticas de laboratorio en video filmadas por los propios académicos, está en uso (http://paas.cinstrum.unam.mx). Se espera que crezca de manera exponencial y se haga más conocido entre los interesados, de modo tal que el “sentimiento” de comunidad se haga más fuerte, objetivo último del sitio.

 

Actualmente el laboratorio contempla el ampliar esta experiencia hacia otras comunidades, como puede ser entre docentes de áreas, como química y biología, o entre alumnos, quienes podrían compartir sus conocimientos.

 

El laboratorio también trabaja en el desarrollo de una plataforma propia para educación a distancia. Ya existen muchas comerciales, pero son “injustificadamente caras” y hasta cierto punto limitadas.

 

Impulsar la nuestra, recalcó, tiene la ventaja de reducir costos, así como mejorar, cambiar, ampliar y experimentar posibilidades con esa herramienta de comunicación para socializar el conocimiento.

 

El objetivo es generar pequeñas comunidades virtuales alrededor de un curso, donde la comunicación entre alumnos y profesores se convierta en el aspecto toral del mismo.

 

Junto con el desarrollo de esta plataforma, que quizá esté lista en mayo próximo, ya se tiene preparado el primer curso a distancia, el cual servirá para probar los alcances y límites de las herramientas interactivas propuestas.

 

Se trata de un curso de capacitación técnica en reparación de computadoras personales (PC’s), curso que de forma tradicional se imparte en el CCADET de modo presencial, y el cual estará dirigido a quienes concluyeron el nivel medio superior con nociones de electrónica. A los estudiantes se les enseñará desde cómo se configura y funciona una máquina de ese tipo, hasta la identificación de fallas y el arreglo de componentes.

 

Por ser un curso práctico en línea, existen muchas posibilidades de que los alumnos tengan dudas, por lo que requerirán de estar en contacto con el profesor de modo constante.

 

El Laboratorio de Interacción Humano-Máquina y Multimedia, expuso Gamboa Rodríguez, no sólo evalúa sus propios productos, sino que ha colaborado con otras dependencias universitarias, como la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico, el Consejo Técnico de la Investigación Científica e, incluso, algunas compañías privadas.

 

“Queremos dar a conocer que aquí tenemos una serie de procedimientos establecidos que nos permiten ayudar al cliente, primero, a determinar con precisión quien será el usuario final de sus productos y, después, a evaluar su software”.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

El Laboratorio de Interacción Humano-Máquina y Multimedia del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico, tiene como eje fundamental de sus actividades lo que se denomina "diseño centrado en el usuario", explicó Fernando Gamboa Rodríguez.

 

FOTO 2

 

Fernando Gamboa Rodríguez, coordinador del Laboratorio de Interacción Humano-Máquina y Multimedia del CCADET, dijo que ahí se han desarrollado más de diez sitios o portales para Internet, así como un sistema tutor de auto-capacitación para gerentes y dueños de restaurantes, entre otros productos.