15:00 hrs. Abril 10 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-271

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del  boletín

 

RESTRINGIR EL USO DE COCHES, REMEDIO PARA DISMINUIR  LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL EN EL DF: MARIO MOLINA

 

·        De lo contrario, la situación “se va a poner peor todavía”, indicó el Premio Nobel de Química 1995 en la UNAM

·        Se calcula que en la Ciudad de México existen tres millones de automóviles

·        Sabemos que la mitad no tienen convertidores catalíticos, dijo

 

En la Ciudad de México debe trabajarse para que la gente use menos su automóvil, porque de no hacerlo, el problema de la contaminación “se va a poner peor todavía”; además, deben implementarse una serie de restricciones adicionales, alertó en la UNAM Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995.

 

“Claro que la primera reacción será de rechazo, pero si se tiene conciencia de que se afecta a muchas otras personas, además de que no se está pagando lo que realmente cuesta su utilización, será posible avanzar en la solución de dicho problema”, indicó en el Auditorio “E” de la Facultad de Química.

 

En Londres, ejemplificó el Nobel de Química, implantaron recientemente la práctica de que la gente que visita el centro de la ciudad tiene que pagar. Primero todos se molestaron, pero cambiaron su actitud al comprobar la idoneidad de la medida. Obviamente, para implementar estos cambios se necesita contar con un buen servicio de transporte público.

 

El investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), explicó que no se puede tomar una sola medida, sino varias, y hacer conexiones globales entre los distintos medios de transporte público.

 

Agregó que se calcula que en la Ciudad de México existen tres millones de coches, de los cuales la mitad no tiene convertidores catalíticos; y tampoco se cuenta con el registro adecuado de ello. Por eso, recomendó llevar un registro riguroso: cuántos hay y de dónde vienen, porque sólo así se podrán tomar las precauciones adecuadas.

 

El Distrito Federal ya no es la ciudad más contaminada del mundo, añadió. Estuvo muy mal, pero ya no somos los peores del mundo;  empezamos a mejorar, pero claramente nos falta mucho por hacer, afirmó Mario Molina, quien se graduó como Ingeniero Químico en la FQ de la UNAM en 1965.

 

El problema ahora en la Ciudad de México ya no es de monóxido de carbono, solucionado en parte gracias al uso de convertidores catalíticos; ni el plomo, gracias al cambio de gasolina; ahora son el ozono y las partículas, “las que ya no están subiendo, pero tampoco están bajando tan rápidamente como sería conveniente”, advirtió.

 

La contaminación del aire, explicó el premio Nobel, tiene efectos muy serios en la salud del ser humano. Por otro lado, comentó que este problema no se puede hacer gratis ni de un día a otro: “Todos tenemos que colaborar, que aceptar medidas como el Hoy no Circula, que no estuvo muy bien pensado, pero ha servido; aunque lo más difícil es que la gente acepte usar menos su automóvil”.

 

El también iniciador del “Programa de Mejoramiento de la Calidad del Aire en la Ciudad de México”, indicó que la presencia de asma se exacerba por la presencia de partículas en el ambiente, así como la de otras enfermedades, como las del corazón. Si redujéramos en 10% la cantidad de partículas finas podemos estimar que habría una reducción de personas con este padecimiento, comentó.

 

Lo ideal, aseguró, es disminuir los niveles de contaminación por debajo de la norma o más todavía; en ello estamos trabajando con el gobierno, para que dicha tendencia sea a la baja. Es un problema complicado.

Nuevo miembro de la Asociación de Egresados de la FQ

 

Por otra parte, Mario Molina se afilió ayer a la Asociación de Egresados de la Facultad de Química (AEFQ) de la UNAM como miembro distinguido. La ceremonia correspondiente se llevó a cabo durante la inauguración del Cuarto Seminario Internacional de Expertos en Tratamiento de Efluentes y Residuos Industriales.

 

Al evento asistieron Santiago Capella, director de la FQ; Jorge Núñez Alba, presidente de la AEFQ; y, Carmen Durán, coordinadora global del Programa de Ingeniería Química Ambiental y de Química Ambiental de aquella Facultad.

 

Cabe recordar que Mario Molina ganó el Premio Nobel de Química 1995 al exponer la teoría de cómo ciertos químicos elaborados por el hombre pueden llegar a la capa de ozono que protege la Tierra de los rayos ultravioletas del sol y, con ello, provocar daños impredecibles y globales a la humanidad.

 

 

-oOo-

 

 

 

 

PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

Restringir el uso de automóviles, principal medida a tomar para disminuir la contaminación ambiental en la Ciudad de México, aseveró en la UNAM Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995.

 

FOTO 2

 

El Distrito Federal ya no es la ciudad más contaminada del mundo; sin embargo, “falta mucho por hacer” al respecto, señaló en la UNAM el Premio Nobel de Química 1995,  Mario Molina.