06:00 hrs. Abril 8 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-264

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

AGRAVA PROBLEMAS DE DESARROLLO LA GLOBALIZACIÓN: ARTURO GUILLÉN

 

·        El investigador de la UAM Iztapalapa dijo que ese fenómeno ha vuelto más compleja y heterogénea la estructura productiva

·        A futuro deben lograrse acuerdos internacionales que abran posibilidades de crecimiento en las naciones más débiles: Teresa Aguirre, de la Facultad de Economía de la UNAM

·        Para Magdalena Galindo, de la misma facultad, el mercado ha sido entronizado como regulador de la vida económica y social

 

La globalización, que ha incrementado la inestabilidad del sistema capitalista, no resuelve los problemas de desarrollo; por el contrario, los agrava, aseguró Arturo Guillén, profesor e investigador del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Iztapalapa.

 

Al participar en el Seminario de Teoría del Desarrollo del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, señaló que ese fenómeno ha vuelto más compleja y heterogénea la estructura productiva, sin dejar de reconocer que puede tener efectos modernizadores y de elevación de la productividad en algunas ramas económicas, como las vinculadas con la exportación.

 

Ejemplo de ello, especificó, es el antiguo sector de sustitución de importaciones, que era un rubro ligado al mercado interno, el cual no ha sabido adaptarse a la globalización y hoy forma parte del sector atrasado de la economía.

 

La globalización, opinó el investigador de la UAM, no elimina la necesidad de una estrategia de desarrollo; por el contrario, la resalta, pero en condiciones “nada fáciles”.

 

Para salir del subdesarrollo se debe construir racionalmente un sistema productivo autónomo relacionado con el movimiento general del capital y orientado a la satisfacción creciente de las necesidades de la población. Empero, estas tendencias son opuestas.

 

Reconoció que detrás de la globalización existen “fuerzas” con sus propias maniobras, a las cuales no estamos en condiciones de enfrentar en este momento, ni económica ni políticamente. Sin embargo, eso no releva al Estado de la necesidad de construir una estrategia, “no para los verdugos, sino para las víctimas de la mundialización, mediante un proyecto nacional de desarrollo”.

 

La articulación entre los requerimientos sociales y el movimiento del capital se convierte en el reto auténtico para trazar una forma de crecimiento, abundó.

 

El desarrollo enfrenta agentes externos, como la reforma del sistema monetario y financiero internacional (que incluya, por ejemplo, la regulación de los flujos especulativos de capital). “Es difícil pensar en su realización, pero eso no elimina su pertinencia”, finalizó Guillén.

 

En su oportunidad, Teresa Aguirre, de la Facultad de Economía, refirió que -en años recientes- en América se ha dado una integración económica asimétrica, a diferencia de lo sucedido en Europa, donde se ayudó a los países más atrasados con el fin de lograr mayores equilibrios.

 

Para revertir esta situación, indicó, es necesario el esclarecimiento como país de los rubros en los cuales tenemos potencialidad para generar bienes de capital, para después plantearnos qué tipo de integración podemos tener.

 

Es obvio, añadió, que ya hemos dado muchos pasos en la unificación regional y en algunos de ellos no hay marcha atrás, pero hacia adelante deben lograrse acuerdos internacionales que abran la posibilidad de generar mayores potencialidades de crecimiento en las naciones más débiles.

 

 

La manera como México se ha insertado en la globalización lo distanció más del desarrollo. La forma de acercarnos a él es asumiendo que la libertad es también económica y política, y que cada nación tiene el derecho de elegir su proyecto de vida. Para lograrlo, no basta con la participación del mercado, sino que se requiere la del Estado y que “la expansión de nuestras capacidades se convierta en el centro de la política económica”.

 

En tanto, Magdalena Galindo, también de la FE, dijo que la globalización pone en entredicho el concepto de país, ya que la libre movilidad del capital exige el abatimiento de las fronteras económicas y atenta contra los márgenes políticos y las identidades culturales.

 

Como contraparte de la tendencia hacia la desaparición de las fronteras nacionales hay nuevos protagonistas históricos representados por bloques económicos, como el europeo, que plantean el surgimiento de “meganaciones”.

 

Dicha transformación es resultado de procesos largos que hoy continúan. En este momento de transición, expuso, “no han sido creadas las categorías intelectuales ni los principios metodológicos para abordar a los nuevos actores de la historia”.

 

Además, se presenta otro cambio como resultado de la mundialización: la nueva división internacional del trabajo, que implica la internacionalización del proceso productivo, el cual coloca los segmentos intensivos en capital y tecnología en los países centrales, y los intensos en fuerza de trabajo en los subdesarrollados, mediante la proliferación de maquiladoras.

 

Las naciones industrializadas se especializan en áreas de punta como aeronáutica, telecomunicaciones y biotecnología, mientras que se dejan la textil, del vestido, el calzado y el juguete para las que están en vías de desarrollo.

 

El neoliberalismo ha determinado la profunda transformación en la estructura y funciones del Estado. La privatización de empresas, servicios y hasta espacios, la cual abarca aspectos esenciales como recursos naturales, vías de comunicación y seguridad social, implica menor intervención estatal y la entronización del mercado como regulador de la vida económica y social, concluyó.

 

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Foto 1

La globalización ha vuelto más compleja y heterogénea la estructura productiva, aseveró Arturo Guillén, de la UAM Iztapalapa, durante su participación en el Seminario de Teoría del Desarrollo, organizado por del IIEc de la UNAM.

 

Foto 2

En América deben lograrse acuerdos internacionales que abran la posibilidad de generar mayores potencialidades de crecimiento, indicó Teresa Aguirre, de la Facultad de Economía, al participar en el Seminario de Teoría del Desarrollo, que organizó el IIEc de la UNAM.