06:00 hrs. Abril 6 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-260

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

INSUFICIENTE EL AHORRO DE ENERGÍA DE LOS MEXICANOS

 

·        Sara Luz Lazarín, de la Conae, mencionó que con medidas como el uso de las Normas Oficiales Mexicanas de Eficiencia Energética, el país ahorró 14 mil millones de pesos el año pasado

·        En Universum señaló que un refrigerador nuevo utiliza hasta 60% menos electricidad que los que tienen una antigüedad de ocho años o más

 

En México, continua a la baja el desperdicio de energía gracias a las acciones emprendidas por diversos organismos gubernamentales y civiles. Empero, no deja de ser una situación que afecta  al medio y a las economías familiar y nacional.

 

Así lo señaló Sara Luz Lazarín, integrante de la Dirección de Soporte y Seguimiento de las Unidades de Enlace para la Eficiencia Energética de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conae).

 

Como resultado de las medidas instrumentadas por la propia Conae, la Secretaría de Energía, Luz y Fuerza del Centro y el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), el país ahorró 14 mil millones de pesos el año pasado.

 

Entre las acciones impulsadas se encuentra el Programa de Inspectores de Energía (dirigido a los niños) y las Normas Oficiales Mexicanas de Eficiencia Energética (Nom-Ener), las cuales regulan los consumos de aquellos aparatos que ofrezcan un potencial  de     ahorro --como motores de corriente alterna-- cuyo costo-beneficio sea satisfactorio para el país, en particular para los sectores de la producción y el consumo.

 

Los fabricantes de aparatos electrodomésticos, añadió, también están conscientes del problema y elaboran productos más eficientes. Por ejemplo, un refrigerador nuevo utiliza hasta 60% menos electricidad que los que tienen una antigüedad de ocho años o más, por lo que se recomienda sustituirlos.

 

Al dirigirse a estudiantes de los primeros años de educación básica en el Museo de las Ciencias, Universum, la también colaboradora de la Dirección de Difusión y Educación de la Conae, destacó que, sin embargo,  ante la gravedad del problema de abastecimiento de energía ellos deben crear conciencia de la importancia de ahorrar recursos, porque son quienes pueden cambiar la actitud de sus padres y, en un momento dado, enfrentarán la escasez si no se toman desde ahora las previsiones adecuadas.

 

En la conferencia Impacto económico y ecológico del desperdicio de energía, Sara Luz Lazarín mencionó que en nuestro país, 68% de la energía eléctrica que se consume se obtiene de la quema de combustibles. Además, 85% del total de energéticos provienen de recursos naturales no renovables, principalmente hidrocarburos y carbón, lo cual afecta al ambiente.

 

Aseguró que el impacto ecológico del derroche trae consecuencias graves para el planeta en su conjunto, tales como el calentamiento global, que de seguir en aumento provocaría catástrofes en muchos lugares, entre ellas el incremento del nivel del mar como resultado del deshielo de los polos.

 

Si sube 80 centímetros el océano significará no sólo la pérdida de playas, sino que zonas como Málaga, España, serán cubiertas, por lo que se perderán sus mantos acuíferos ya que con la invasión de agua de mar el agua dulce se convertirá en salada, abundó.

 

Para que un país tenga energía, expuso, se requieren grandes inversiones en construcción, operación y mantenimiento de toda la infraestructura, como plantas generadoras, exploración y explotación de pozos petroleros, construcción de ductos y refinerías, etcétera. Por ello, su desperdicio también representa un golpe para la economía nacional.

 

Por todo ello, es necesario incentivar el uso de energías renovables; por ejemplo, aprovechar la solar mediante fotoceldas, así como la eólica (del viento), la cual puede explotarse en extensiones vastas como los desiertos. Sin embargo, precisó Sara Luz Lazarín, falta tecnología y, sobre todo, la cultura de su uso.

 

En ese sentido, habló de la obligación de eliminar “el miedo y la ignorancia” que impiden la utilización de energías alternativas en mayor escala de lo que hasta ahora se ha logrado en regiones cálidas específicas, en las que el sol se usa para calentar el agua.

 

Además, señaló este tipo de energías aún resultan caras, pero llegará “el momento en que sean accesibles para cualquier persona”.

 

Mientras tanto, la especialista recomendó llevar a cabo tareas sencillas tales como percatarse de la existencia de “vampiros” en el hogar; es decir, aquellos aparatos electrónicos como las videocaseteras que consumen energía con el sólo hecho de estar conectadas, aunque no se utilicen.

 

La hora de planchado, anotó, se recomienda por la mañana, una vez a la semana, empezando por las prendas más gruesas. Además, la puerta del refrigerador debe mantenerse cerrada y apagadas las luces de las habitaciones cuando nadie las ocupa, lo mismo que el calentador del agua durante las 24 horas del día.

 

También hay otras acciones a nuestro alcance como evitar los “arrancones” de los automóviles y revisar las instalaciones eléctricas del hogar para que no haya cortos circuitos o “fugas a tierra”.

 

Con medidas como esas, añadió, se economiza energía. Es indispensable que todos la ahorremos y hagamos un uso más eficiente de ella, finalizó Sara Luz Lazarín.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

Sara Luz Lazarín, de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía, destacó en la UNAM que el desperdicio de energía está disminuyendo en nuestro país; un refrigerador nuevo, por ejemplo, utiliza 60% menos que de una antigüedad de ocho años o más.

 

Foto 2

Sara Luz Lazarín, de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía, ofreció la conferencia Impacto económico y ecológico del desperdicio de energía en el Museo de las Ciencias de la UNAM.