Boletín UNAM-DGCS-259
Ciudad
Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
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Otros factores influyen en esta problemática,
dijo Arturo Romero Anaya, del Instituto Mexicano de la Juventud, quien ofreció
una charla en ENTS de la UNAM
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Uno de los puntos críticos: el ámbito de la
salud, por la enorme cantidad de jóvenes embarazadas que abortan
clandestinamente
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En el año 2000 en México se registraron 400
mil embarazos en mujeres menores de 20 años; pero muchos otros no se
contabilizaron
Cuando se habla de gestación
en adolescentes muchas veces se piensa que el problema es que hoy los jóvenes
tienen relaciones más temprano, pero no es cierto. El verdadero inconveniente
se encuentra en otros factores, indicó Arturo Romero Anaya, jefe del
Departamento de Sexualidad del Instituto Mexicano de la Juventud.
En el Auditorio 2 de la
Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, el especialista explicó que uno
de los puntos críticos sobre este tema se encuentra en el ámbito de la salud,
por la enorme cantidad de jóvenes embarazadas que hay año con año, de las
cuales no se llega a saber qué sucede con ellas, porque no se registra el
número de abortos clandestinos inducidos en estas mujeres.
Según reportó el Consejo
Nacional de Población (CONAPO), en el año 2000 hubo en México 400 mil embarazos
en adolescentes; es decir, en menores de 20 años. Y no se sabe el fin último de
éstos, porque en nuestro país el aborto es ilícito y punible, por lo tanto se
desconoce la verdadera cifra sobre los embarazos interrumpidos por ese
procedimiento.
A lo anterior, hay que agregar
que el Hospital de la Mujer registra que el 12% de las infertilidades en la
mujer son por un legrado mal practicado.
Otro problema, aseguró, reside
en los aspectos culturales, particularmente en la “capacidad que tenemos de
estigmatizar a la gente, en la terca necesidad de ponerle una etiqueta a
alguien; sobre todo negativa”.
Así, por ejemplo, en distintos
lugares de nuestro país, quedar preñada a los 18 años puede significar “que se
comió la torta antes del recreo” o puede implicar que “se quedó para vestir
santos”.
También existe conflicto
relacionado con la equidad de género, porque aunque el embarazo implique en su
origen la presencia de un hombre, la verdad es que se constituye en un problema
de mujeres, como consecuencia de las “fallas” en el ejercicio de su sexualidad.
Si bien, “el 60% de los varones están en el momento del parto con ellas,
después del mismo la paternidad se reduce al 12%”.
Un asunto más es el de la
educación sexual, la cual, en vez de comenzar a impartirla en las secundarias –“porque
están muy chicos”, dicen algunos– comienza a proporcionarse hasta el nivel de
preparatoria, “y ya para qué”. La cuestión es enseñarles que hay opciones para
no embarazarse, ni embarazar: naturales, de barrera, químicas y hormonales;
ejemplo de dichas opciones son la abstinencia, las espumas, los óvulos y las
pastillas, respectivamente.
Adicional a las situaciones
mencionadas, surgen los problemas económicos, pues “es otra boca que mantener”,
los cuales implican también un ámbito político, ya que muchas mujeres ganan
menos que los hombres, aseveró Romero Anaya en la charla Prevención de
embarazos en adolescentes.
El conflicto no es tampoco
demográfico, planteó. Estudios de El Colegio de México demuestran que la
población de nuestro país está creciendo a expensas de las gestaciones y partos
de las jóvenes de 24 años en adelante; esto significa que la pirámide
poblacional crece en función de la vida sexual activa de las mujeres de 20 para
arriba.
De acuerdo con el Conapo, en
1953, a los 16 años, el 14.9% de las mujeres “que hoy son cincuentonas”, ya se
habían casado o tenían un hijo, y ese porcentaje ha ido disminuyendo hasta la
actualidad. En la década de los 90 estuvo alrededor del 6%; aún en los estados
donde existe una mayor tasa de natalidad, como Chiapas, ha bajado.
Lo cierto, consideró el
funcionario, es que en ningún momento estamos preparados para la maternidad o
paternidad. Hay quienes comentan que debe darse cuando uno está maduro, pero
¿qué significa eso? El punto es que “si utilizamos términos tan vagos podemos
caer en contradicciones y en estigmatizar a alguien que no lo merece”.
Añadió que existen diferencias
entre ciertos conceptos lo cual, en ocasiones, pueden confundirnos. De acuerdo
con la Organización Panamericana de la Salud, por ejemplo, el embarazo en
adolescentes es la gestación que se produce en una pareja de jóvenes –no se
vale embarazarlas nada más a ellas– cuyas edades están entre los 12 y los 19
años de edad.
Para que exista fecundación no
planeada se requiere de que la pareja haya llevado control previo con algún
método anticonceptivo y, ya sea por olvido, uso inadecuado o accidente en el
uso, se produzca la preñez.
La gravidez no intencionada,
que es la más común entre adolescentes, “se produce por una relación sexual no
protegida en la cual, a diferencia de la anterior, no había intención de
embarazar o embarazarse, pero tampoco hay la visión de protegerse”.
El embarazo precoz, que es el
más complicado de todos, se refiere a que -desde el punto de vista
ginecológico- una mujer está apta para embarazarse dos años después de que tuvo
su primera menstruación. Entonces, este tipo de preñez se presentaría si
quedara encinta antes de ese tiempo.
Para finalizar, el ponente dio
un consejo “que vale un imperio” a los jóvenes: “No tomar una decisión es tomar
una decisión; cada quien decide y es dueño de sus propias resoluciones”.
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PIES DE FOTO
Foto 1
Cuando se habla
de gestación en adolescentes muchas veces se piensa que el problema es que hoy los
jóvenes tienen relaciones más temprano, pero no es cierto. El verdadero
inconveniente se encuentra en otros factores, indicó Arturo Romero Anaya, jefe
del Departamento de Sexualidad del Instituto Mexicano de la Juventud.
Foto 2
Arturo Romero
Anaya, jefe del Departamento de Sexualidad del Instituto Mexicano de la
Juventud, informó que según un reporte del Consejo Nacional de Población
(CONAPO), en el año 2000 hubo en México 400 mil embarazos en adolescentes; es
decir, en menores de 20 años. Y no se sabe el fin último de éstos, porque en
nuestro país el aborto es ilícito y punible.
FOTO 3
Arturo Romero, al término de su conferencia en la Escuela Nacional de Trabajo Social.