06:00 hrs. Abril 5 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-259

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

EL AUMENTO DE EMBARAZOS EN ADOLESCENTES NO ES PORQUE LOS JÓVENES TENGAN AHORA RELACIONES MÁS TEMPRANO

 

·        Otros factores influyen en esta problemática, dijo Arturo Romero Anaya, del Instituto Mexicano de la Juventud, quien ofreció una charla en ENTS de la UNAM

·        Uno de los puntos críticos: el ámbito de la salud, por la enorme cantidad de jóvenes embarazadas que abortan clandestinamente

·        En el año 2000 en México se registraron 400 mil embarazos en mujeres menores de 20 años; pero muchos otros no se contabilizaron

 

Cuando se habla de gestación en adolescentes muchas veces se piensa que el problema es que hoy los jóvenes tienen relaciones más temprano, pero no es cierto. El verdadero inconveniente se encuentra en otros factores, indicó Arturo Romero Anaya, jefe del Departamento de Sexualidad del Instituto Mexicano de la Juventud.

 

En el Auditorio 2 de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, el especialista explicó que uno de los puntos críticos sobre este tema se encuentra en el ámbito de la salud, por la enorme cantidad de jóvenes embarazadas que hay año con año, de las cuales no se llega a saber qué sucede con ellas, porque no se registra el número de abortos clandestinos inducidos en estas mujeres.

 

Según reportó el Consejo Nacional de Población (CONAPO), en el año 2000 hubo en México 400 mil embarazos en adolescentes; es decir, en menores de 20 años. Y no se sabe el fin último de éstos, porque en nuestro país el aborto es ilícito y punible, por lo tanto se desconoce la verdadera cifra sobre los embarazos interrumpidos por ese procedimiento.

A lo anterior, hay que agregar que el Hospital de la Mujer registra que el 12% de las infertilidades en la mujer son por un legrado mal practicado.

 

Otro problema, aseguró, reside en los aspectos culturales, particularmente en la “capacidad que tenemos de estigmatizar a la gente, en la terca necesidad de ponerle una etiqueta a alguien; sobre todo negativa”.

 

Así, por ejemplo, en distintos lugares de nuestro país, quedar preñada a los 18 años puede significar “que se comió la torta antes del recreo” o puede implicar que “se quedó para vestir santos”.

 

También existe conflicto relacionado con la equidad de género, porque aunque el embarazo implique en su origen la presencia de un hombre, la verdad es que se constituye en un problema de mujeres, como consecuencia de las “fallas” en el ejercicio de su sexualidad. Si bien, “el 60% de los varones están en el momento del parto con ellas, después del mismo la paternidad se reduce al 12%”.

 

Un asunto más es el de la educación sexual, la cual, en vez de comenzar a impartirla en las secundarias –“porque están muy chicos”, dicen algunos– comienza a proporcionarse hasta el nivel de preparatoria, “y ya para qué”. La cuestión es enseñarles que hay opciones para no embarazarse, ni embarazar: naturales, de barrera, químicas y hormonales; ejemplo de dichas opciones son la abstinencia, las espumas, los óvulos y las pastillas, respectivamente.

 

Adicional a las situaciones mencionadas, surgen los problemas económicos, pues “es otra boca que mantener”, los cuales implican también un ámbito político, ya que muchas mujeres ganan menos que los hombres, aseveró Romero Anaya en la charla Prevención de embarazos en adolescentes.

 

El conflicto no es tampoco demográfico, planteó. Estudios de El Colegio de México demuestran que la población de nuestro país está creciendo a expensas de las gestaciones y partos de las jóvenes de 24 años en adelante; esto significa que la pirámide poblacional crece en función de la vida sexual activa de las mujeres de 20 para arriba.

 

De acuerdo con el Conapo, en 1953, a los 16 años, el 14.9% de las mujeres “que hoy son cincuentonas”, ya se habían casado o tenían un hijo, y ese porcentaje ha ido disminuyendo hasta la actualidad. En la década de los 90 estuvo alrededor del 6%; aún en los estados donde existe una mayor tasa de natalidad, como Chiapas, ha bajado.

 

Lo cierto, consideró el funcionario, es que en ningún momento estamos preparados para la maternidad o paternidad. Hay quienes comentan que debe darse cuando uno está maduro, pero ¿qué significa eso? El punto es que “si utilizamos términos tan vagos podemos caer en contradicciones y en estigmatizar a alguien que no lo merece”.

 

Añadió que existen diferencias entre ciertos conceptos lo cual, en ocasiones, pueden confundirnos. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, por ejemplo, el embarazo en adolescentes es la gestación que se produce en una pareja de jóvenes –no se vale embarazarlas nada más a ellas– cuyas edades están entre los 12 y los 19 años de edad.

 

Para que exista fecundación no planeada se requiere de que la pareja haya llevado control previo con algún método anticonceptivo y, ya sea por olvido, uso inadecuado o accidente en el uso, se produzca la preñez.

 

La gravidez no intencionada, que es la más común entre adolescentes, “se produce por una relación sexual no protegida en la cual, a diferencia de la anterior, no había intención de embarazar o embarazarse, pero tampoco hay la visión de protegerse”.

 

El embarazo precoz, que es el más complicado de todos, se refiere a que -desde el punto de vista ginecológico- una mujer está apta para embarazarse dos años después de que tuvo su primera menstruación. Entonces, este tipo de preñez se presentaría si quedara encinta antes de ese tiempo.

 

Para finalizar, el ponente dio un consejo “que vale un imperio” a los jóvenes: “No tomar una decisión es tomar una decisión; cada quien decide y es dueño de sus propias resoluciones”.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

Cuando se habla de gestación en adolescentes muchas veces se piensa que el problema es que hoy los jóvenes tienen relaciones más temprano, pero no es cierto. El verdadero inconveniente se encuentra en otros factores, indicó Arturo Romero Anaya, jefe del Departamento de Sexualidad del Instituto Mexicano de la Juventud.

 

Foto 2

Arturo Romero Anaya, jefe del Departamento de Sexualidad del Instituto Mexicano de la Juventud, informó que según un reporte del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en el año 2000 hubo en México 400 mil embarazos en adolescentes; es decir, en menores de 20 años. Y no se sabe el fin último de éstos, porque en nuestro país el aborto es ilícito y punible.

 

 

FOTO 3

Arturo Romero, al término de su conferencia en la Escuela Nacional de Trabajo Social.