Boletín UNAM-DGCS-256
Ciudad
Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
INDISPENSABLES, INSTITUCIONES MÁS EFICIENTES PARA ENFRENTAR LAS
CONSTANTES FLUCTUACIONES EXTERNAS
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Se reconoce cada vez más su importancia en
el desempeño de la actividad económica de los países en desarrollo: Irma
Manrique Campos, del IIEc
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Gregorio Vidal, profesor de la UAM
Iztapalapa, mencionó que la continuidad en la política económica de México
atiende a dos objetivos: los equilibrios fiscales y la reducción de la
inflación
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Continuaron los trabajos del Segundo
Seminario de Política Fiscal y Financiera organizado en la UNAM
Para alcanzar un crecimiento
estable, sostenido y equitativo en términos sociales, no es suficiente la
aplicación de políticas macroeconómicas adecuadas y congruentes con los
objetivos de elevar el nivel del producto y empleo, desarrollar infraestructura
básica y fomentar la innovación tecnológica, se requiere, además, contar con
instituciones nuevas y más eficientes que permitan enfrentar las fallas de los
mercados y las constantes fluctuaciones externas, afirmó Irma Manrique Campos.
La integrante del
Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) señaló que, por ello, se
reconoce cada vez más la importancia de las instituciones en el desempeño de la
actividad económica de los países en desarrollo.
Al participar en el Segundo
Seminario de Política Fiscal y Financiera organizado por esa dependencia
universitaria, aseguró que en muchos de ellos, las instituciones son obsoletas
o inadecuadas, y en otros casos inexistentes, hecho que explica, en buena
medida, los bajos niveles de productividad y eficiencia de las empresas.
Manrique, también miembro del
Sistema Nacional de Investigadores y profesora del posgrado de Economía en la
UNAM, mencionó que en esas naciones, el marco legal es ambiguo y que la
aplicación de la normatividad existente es limitada, los procesos de
contratación son tardados y costosos, lo cual se traduce en riesgo e
incertidumbre.
Recordó que las reformas
estructurales que se han venido aplicando en los últimos 25 años en países como
el nuestro, tienen como objetivo reorientar el funcionamiento y operación de
sus sistemas económicos, es decir, transitar de una economía estatista y
regulada en demasía, a una privada y de mercado libre, abierta a la competencia
internacional en un mundo globalizado.
Sin embargo, la desregulación
y liberalización financiera y comercial, y las políticas convencionales
(precios controlados, subsidios, etcétera) no son mecanismos que por sí solos
permitan elevar la eficiencia y equidad de los mercados.
Por el contrario, en opinión
de la especialista, en muchas ocasiones estas políticas han generado resultados
económicos y sociales no deseados, pues son insuficientes y no se refuerzan con
transformaciones institucionales que no sólo agilicen los mecanismos de
mercado, sino que también permitan mejorar los resultados de las políticas
públicas tradicionales.
En México, mediante el
neoinstitucionalismo económico se puede llegar a estructurar el marco necesario
a partir del cual sea viable el logro de
una economía pública que lleve, a su vez, a la deseada nueva política
hacendaria.
De acuerdo con el enfoque
gubernamental, abundó, las finanzas públicas sanas son un pre-requisito para la
estabilidad macroeconómica y un crecimiento sostenido, sin embargo, en el
terreno real no es suficiente alcanzar cierto equilibrio presupuestal, el cual
con frecuencia se logra sacrificando el gasto.
Los mercados necesitan un
Estado con instituciones bien desarrollados, funcionarios capacitados y bien
pagados. Nuestro país requiere de un mayor y mejor gasto público en educación,
salud, infraestructura física y combate a la pobreza, agregó.
La posibilidad de consolidar
la democracia se aleja si ésta no es capaz de responder a las demandas de los
votantes, sobre todo en contextos de institucionales frágiles y con
desigualdades. Por ello, mediante la política fiscal se debe garantizar un piso
mínimo de bienestar para todos los ciudadanos.
La debilidad tributaria,
aunada a un mal ejercicio y control del gasto, añadió, está detrás de las crisis
recurrentes y de la baja provisión de bienes públicos fundamentales, que
dificultan el crecimiento y la estabilidad política.
Es decir, la frágil estructura
tributaria (manifestada en un bajo nivel de gasto y provisión de bienes
públicos) y las crisis asociadas con la baja capacidad de recaudación, llevan a
una política fiscal procíclica que genera enormes inestabilidades.
Reconoció que si bien se ha
modernizado el sistema tributario y es relativamente más neutro y eficiente que
en el pasado, la persistencia de innumerables exenciones lleva a una base
gravable muy estrecha que se suma a la enorme evasión, situación que debe ser
corregida.
En su oportunidad, Gregorio
Vidal, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, mencionó
que existe una continuidad en la política económica que atiende a dos objetivos
claves: los equilibrios fiscales y la reducción de la inflación.
Se plantea con insistencia la
necesidad de avanzar en reformas estructurales en tres rubros: en materia
laboral, fiscal y de energía eléctrica.
Hay un amplio proceso de
desregulación de la economía que se expresa en diversas actividades efectuadas
con base en la hipótesis de que los mercados tienen la capacidad de asignar con
eficacia los recursos, y que lo mejor que puede hacer el Estado es permitir que
ellos operen. Empero, eso no sucede así en la realidad.
A eso se suma la continuidad
en la apertura de la cuenta de capitales, elemento clave que permite que
cualquier modalidad de ellos ingrese al país y tenga un trato equivalente a los
aquí existentes.
De ese modo, se ha reforzado
la presencia norteamericana en México. En el periodo 1994-2002 se observa que
la inversión procedente del vecino país del norte representó el 72% del total
de inversión extranjera directa; la Unión Europea registró 21%, Canadá 4% y
Japón 3%.
En el mundo, por el contrario,
se observa la gran pérdida de la presencia estadounidense, el desplazamiento de
ese país del lejano Oriente y el aumento de la Unión Europea.
Gregorio Vidal explicó que en
México, el ambiente macroeconómico propicia que las principales exportaciones
manufactureras estén controladas por inversión extranjera directa.
Además, las empresas del país
deben desarrollar una política de venta de activos a capitales del exterior o
asociaciones subordinadas o dependientes con transnacionales, con excepción de
las grandes compañías mexicanas, que deben adquirir activos en el exterior.
Empero, nada de eso está conectado con el conjunto de la economía del país,
concluyó.
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Foto 1
Irma Manrique Campos, del Instituto
de Investigaciones Económicas, aseguró que se reconoce cada vez más la
importancia de las instituciones en el desempeño de la actividad económica de
los países en desarrollo, ya que permiten enfrentar las fallas de los mercados
y las fluctuaciones externas.
Foto 2
El profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, Gregorio Vidal, explicó que en México, el ambiente macroeconómico propicia que las principales exportaciones manufactureras estén controladas por inversión extranjera directa.