06:00 hrs. Abril 2 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-245

Ciudad Universitaria

 

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

“EL NIÑO” PODRÍA INCREMENTAR LA INTENSIDAD DE LOS HURACANES DEL PACÍFICO

 

·        Ello, de confirmarse la presencia de El Niño: Ricardo Prieto González, del Centro de Ciencias de la Atmósfera

·        Habló de su investigación sobre la Interacción binaria de ciclones tropicales, donde afirmó que en ese océano se registran la mayoría de los huracanes "en pares"

 

La intensidad de los huracanes podría aumentar por los efectos del fenómeno de El Niño que afecta al océano Pacífico, explicó el doctor Ricardo Prieto González, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA).

 

Explicó que cada año se registran en el mundo alrededor de 80 ciclones tropicales (conocidos como huracanes o tifones) y, por lo menos, se presentan dos casos en los cuales hay una interacción binaria entre ellos, situación en la que dos de ellos rotan alrededor de un eje y se aproximan.

 

Desde el año pasado y en lo que va de éste, indicó, se notó la señal de El Niño; aunque en apariencia está decayendo, "todavía no se puede tener una idea precisa de su permanencia durante el resto del año hasta que avance más", reconoció el científico.

 

Esa manifestación se refiere al calentamiento de las aguas en las zonas oriental y central del Océano Pacífico, a lo largo del Ecuador. La llegada de agua inusualmente cálida a esta área puede provocar cambios imprevistos en los sistemas meteorológicos de todo el mundo, en especial en las regiones tropicales.

Y "cada vez que tenemos ese fenómeno resulta que hay huracanes un poco más intensos en la zona noreste del Océano Pacífico, que pueden afectar a México", precisó.

 

En el auditorio del CCA, Ricardo Prieto habló de su investigación Interacción binaria de ciclones tropicales, realizada en colaboración con científicos de la Universidad del Estado de Colorado, Estados Unidos.

 

Aclaró que es un concepto muy general, ya que con el paso de los años se ha descubierto que no siempre se cumple ese efecto y algunas veces los ciclones comienzan su interacción, pero se separan y "terminan en lugares muy distintos".

 

Eso depende, abundó, de qué tan intensos sean en la escala Saffir- Simpson, así como del tamaño que alcanzan; por ejemplo, su radio máximo de vientos puede ir entre los 30 y los100 kilómetros. "Esas características definen el tipo de interacción de uno con otro".

 

Detalló que los ciclones binarios pueden tener diferentes modos de "relacionarse": interacción elástica o co-rotación; fusión total, cuando sus centros terminan en un solo punto; fusión parcial, cuando uno de ellos absorbe parcialmente material del otro pero siguen siendo dos sistemas diferenciados y, finalmente, la destrucción por elongamiento, o sea, cuando uno es tan fuerte que el otro no alcanza a llegar a su centro y es destruido parcial o totalmente en el camino.

 

Expuso que, en su mayoría, los huracanes binarios se registran en el Océano Pacífico, el cual tiene dos regiones básicas de formación de ciclones tropicales: una, del lado que colinda con nuestro país y otra del lado de Japón y las Islas Filipinas. En los otros océanos, como el Atlántico y el Índico aunque también hay ciclones, "es más raro ver interacciones binarias".

 

Los huracanes (cuya temporada va de junio a noviembre) se forman por una convergencia de aire en zonas muy grandes del océano, la cual genera nubes muy densas y de gran altura. Consisten en vientos muy rápidos que soplan de forma circular alrededor de un centro de baja presión llamado "ojo".

 

Desde el borde de la tormenta hasta su centro, la presión atmosférica cae bruscamente mientras que la velocidad del aire aumenta. El diámetro del área cubierta por vientos destructivos puede superar los 250 kilómetros.

 

"Básicamente -añadió Prieto González- los ciclones tropicales se originan por un efecto directo del calentamiento en las zonas tropicales y oceánicas con respecto a las del resto del planeta".

 

Manifestó que, obviamente, un sistema binario tiene más energía que cada uno de los ciclones que lo componen y, al mismo tiempo, ocupa un área bastante más grande. En ese sentido, son más intensos, tanto que se pueden deformar y debilitar mutuamente. Algunos ejemplos de huracanes formando este tipo de sistemas son Gil y Enriqueta (registrados en septiembre de 2001).

 

El experto aclaró que no es común que los ciclones binarios toquen tierra como tales, sino que sólo alguno de sus componentes podría hacerlo. Ello se debe a que una interacción de ese tipo requiere de áreas muy grandes en el océano, de donde obtienen su energía.

 

Dos huracanes que forman un sistema intercambian masa, aunque es difícil determinar cuánta; según estimaciones hechas con ayuda de experimentos numéricos, como el Modelo MUDBAR (Modelo Barotrópico de Mallas Múltiples, por sus siglas en inglés), uno de ellos robaba 70% de su masa al otro, "pero hay casos donde puede haber menos o más".

 

Además, menos del 10% del total de los ciclones binarios concluyen en fusión total, situación debida a la distancia entre los centros de ambos vórtices (donde se concentra la fuerza ciclónica); es decir, qué tan cerca estuvieron en un momento dado.

 

"Cuando uno escapa (no se unen) la hipótesis es que alguno de los dos interactuó con el ambiente y liberó al otro de su "atracción", aún cuando podían haber estado relativamente cerca". Empero, aún es necesario comprobar esto, finalizó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

Ricardo Prieto González, del Centro de Ciencias de la Atmósfera, dijo que cada año se registran en el mundo alrededor de 80 ciclones tropicales, conocidos como huracanes o tifones.

 

FOTO 2

Aunque desde el 2002 y lo que va del 2003 se notó la señal del fenómeno de “El niño”, aún no se puede tener una idea precisa de su presencia para el resto del presente año, aseguró el integrante del Centro de Ciencias de la Atmósfera, Ricardo Prieto González.