Boletín UNAM-DGCS-245
Ciudad
Universitaria
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“EL NIÑO” PODRÍA
INCREMENTAR LA INTENSIDAD DE LOS HURACANES DEL PACÍFICO
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Ello, de confirmarse la presencia de El
Niño: Ricardo Prieto González, del Centro de Ciencias de la Atmósfera
·
Habló de su investigación sobre la Interacción
binaria de ciclones tropicales, donde afirmó que en ese océano se registran la
mayoría de los huracanes "en pares"
La intensidad de los huracanes
podría aumentar por los efectos del fenómeno de El Niño que afecta al océano Pacífico,
explicó el doctor Ricardo Prieto González, del Centro de Ciencias de la
Atmósfera (CCA).
Explicó que cada año se registran en el mundo alrededor
de 80 ciclones tropicales (conocidos como huracanes o tifones) y, por lo menos,
se presentan dos casos en los cuales hay una interacción binaria entre ellos,
situación en la que dos de ellos rotan alrededor de un eje y se aproximan.
Desde el año pasado y en lo
que va de éste, indicó, se notó la señal de El Niño; aunque en apariencia está
decayendo, "todavía no se puede tener una idea precisa de su permanencia
durante el resto del año hasta que avance más", reconoció el científico.
Esa manifestación se refiere
al calentamiento de las aguas en las zonas oriental y central del Océano
Pacífico, a lo largo del Ecuador. La llegada de agua inusualmente cálida a esta
área puede provocar cambios imprevistos en los sistemas meteorológicos de todo
el mundo, en especial en las regiones tropicales.
Y "cada vez que tenemos
ese fenómeno resulta que hay huracanes un poco más intensos en la zona noreste
del Océano Pacífico, que pueden afectar a México", precisó.
En el auditorio del CCA, Ricardo Prieto habló de su
investigación Interacción binaria de ciclones tropicales, realizada en
colaboración con científicos de la Universidad del Estado de Colorado, Estados
Unidos.
Aclaró que es un concepto muy general, ya que con el paso
de los años se ha descubierto que no siempre se cumple ese efecto y algunas
veces los ciclones comienzan su interacción, pero se separan y "terminan en
lugares muy distintos".
Eso depende, abundó, de qué
tan intensos sean en la escala Saffir- Simpson, así como del tamaño que
alcanzan; por ejemplo, su radio máximo de vientos puede ir entre los 30 y
los100 kilómetros. "Esas características definen el tipo de interacción de
uno con otro".
Detalló que los ciclones
binarios pueden tener diferentes modos de "relacionarse": interacción
elástica o co-rotación; fusión total, cuando sus centros terminan en un solo
punto; fusión parcial, cuando uno de ellos absorbe parcialmente material del
otro pero siguen siendo dos sistemas diferenciados y, finalmente, la
destrucción por elongamiento, o sea, cuando uno es tan fuerte que el otro no
alcanza a llegar a su centro y es destruido parcial o totalmente en el camino.
Expuso que, en su mayoría, los
huracanes binarios se registran en el Océano Pacífico, el cual tiene dos
regiones básicas de formación de ciclones tropicales: una, del lado que colinda
con nuestro país y otra del lado de Japón y las Islas Filipinas. En los otros
océanos, como el Atlántico y el Índico aunque también hay ciclones, "es
más raro ver interacciones binarias".
Los huracanes (cuya temporada
va de junio a noviembre) se forman por una convergencia de aire en zonas muy
grandes del océano, la cual genera nubes muy densas y de gran altura. Consisten
en vientos muy rápidos que soplan de forma circular alrededor de un centro de
baja presión llamado "ojo".
Desde el borde de la tormenta
hasta su centro, la presión atmosférica cae bruscamente mientras que la velocidad
del aire aumenta. El diámetro del área cubierta por vientos destructivos puede
superar los 250 kilómetros.
"Básicamente -añadió
Prieto González- los ciclones tropicales se originan por un efecto directo del
calentamiento en las zonas tropicales y oceánicas con respecto a las del resto
del planeta".
Manifestó que, obviamente, un
sistema binario tiene más energía que cada uno de los ciclones que lo componen
y, al mismo tiempo, ocupa un área bastante más grande. En ese sentido, son más
intensos, tanto que se pueden deformar y debilitar mutuamente. Algunos ejemplos
de huracanes formando este tipo de sistemas son Gil y Enriqueta (registrados en
septiembre de 2001).
El experto aclaró que no es
común que los ciclones binarios toquen tierra como tales, sino que sólo alguno
de sus componentes podría hacerlo. Ello se debe a que una interacción de ese
tipo requiere de áreas muy grandes en el océano, de donde obtienen su energía.
Dos huracanes que forman un
sistema intercambian masa, aunque es difícil determinar cuánta; según
estimaciones hechas con ayuda de experimentos numéricos, como el Modelo MUDBAR
(Modelo Barotrópico de Mallas Múltiples, por sus siglas en inglés), uno de
ellos robaba 70% de su masa al otro, "pero hay casos donde puede haber
menos o más".
Además, menos del 10% del
total de los ciclones binarios concluyen en fusión total, situación debida a la
distancia entre los centros de ambos vórtices (donde se concentra la fuerza
ciclónica); es decir, qué tan cerca estuvieron en un momento dado.
"Cuando uno escapa (no se unen) la hipótesis es que
alguno de los dos interactuó con el ambiente y liberó al otro de su
"atracción", aún cuando podían haber estado relativamente
cerca". Empero, aún es necesario comprobar esto, finalizó.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Ricardo Prieto González, del Centro de Ciencias de la
Atmósfera, dijo que cada año se registran en el mundo alrededor de 80 ciclones
tropicales, conocidos como huracanes o tifones.
FOTO 2
Aunque desde el 2002 y lo que va del 2003 se notó la señal del fenómeno de “El niño”, aún no se puede tener una idea precisa de su presencia para el resto del presente año, aseguró el integrante del Centro de Ciencias de la Atmósfera, Ricardo Prieto González.