06:00 hrs. Marzo 29 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-235

Ciudad Universitaria

 

A TRAVÉS DE LA GENÉTICA SE ALCANZA ALTO RENDIMIENTO DE ANIMALES DOMÉSTICOS

 

·        Ciro Estrada Chávez, del INIFAP, dijo que en los últimos 20 años se han desarrollado métodos de análisis para estudiar de manera más sencilla sus características o rasgos complejos

·        Hoy se conoce el marcador que se asocia a la producción de la proteína que produce la leche y el gen que participa en el incremento del porcentaje de tal proteína

 

Desde hace muchos años se realiza el manejo selectivo a través de la genética para obtener líneas de animales domésticos de alto rendimiento. Además, hoy también se recurre a esta ciencia biológica para mejorar o reproducir animales más resistentes a las enfermedades, con el fin de que en el futuro no se requieran tantos tratamientos o con la vacunación se mantengan los padecimientos a un nivel prácticamente invisible.

 

Ciro Estrada Chávez, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), manifestó lo anterior durante su participación en el IX Encuentro Académico Estudiantil de las Ciencias Biológicas Básicas y el VI Encuentro Académico Estudiantil de la Carrera de Médico Veterinario Zootecnista, realizados en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.

 

Agregó que en los últimos 20 años se han desarrollado métodos de análisis para estudiar de manera más sencilla las denominadas características o rasgos complejos; es decir, la producción de huevo, carne o leche, entre otros, así como la resistencia a los padecimientos.

 

Explicó que el trabajo de análisis de un rasgo complejo demanda de un proceso en el que  participen  varias generaciones y poblaciones de animales para obtener resultados confiables, infraestructura, dinero, contar con un banco de datos de tipo microbiológico y epidemiológico y, en el caso de una enfermedad específica, también se deben tomar en cuenta los niveles de exposición a diferentes infecciones.

 

Estrada Chávez aseveró que la identificación de un fragmento de ácido desoxirribonucleico (ADN) en el cromosoma tres del ganado bovino, relacionado con la producción láctea, fue uno de los primeros resultados que, en julio del 2001, arrojó un estudio estadounidense.

 

Al ofrecer la ponencia “Genética molecular. Selección asistida para incremento de la productividad y resistencia a enfermedades”, precisó que hoy se conoce no sólo el marcador que se asocia con la producción de la proteína de leche sino, incluso, el gen que participa en el incremento del porcentaje de tal proteína.

 

Añadió que “conocer el 80% de la información relacionada con ese rasgo bastaría para incidir en él genéticamente y obtener animales que generen cierta cantidad de dicha proteína, lo que abriría la posibilidad de duplicar la producción del lácteo”.

 

Destacó la importancia de conocer “la información de QTL –fragmento relacionado con un carácter complejo de ADN-  de otras especies, derivada de los proyectos de genomas de diferentes animales y  plantas, con el fin de compararla con la de los animales domésticos”.

 

Valorar los factores involucrados, medirlos por separado y luego integrarlos en un modelo, para posteriormente determinar en principios matemáticos cuál es la enfermedad, es una práctica que se ha desarrollado con la genética cuantitativa.

 

Para identificar un QTL se necesita digitalizar el genoma lo que, grosso modo, consiste en visualizar en qué cromosoma o parte de éste se encuentra un fragmento de ADN asociado con determinada característica.

 

En ese sentido, aclaró que “un carácter complejo no se relaciona sólo con una porción del DNA, sino que hay muchos genes involucrados en el mismo, unos en mayor medida que otros, por lo que posiblemente se pueda explicar el 80% del rasgo a través de dos o tres genes”.

 

Estos últimos se determinan tras efectuar un “mapeo” fino. “Es verdad –reconoció-  la investigación del escaneo de genomas es anterior a la genética molecular; los marcadores que se utilizaban eran muy evidentes, incluso de genotipo, como los que utilizó Gregorio Méndel hace mucho tiempo en plantas. Pero hoy podemos llegar a identificar el gen y la proteína involucrados en la característica compleja porque usamos marcadores polimórficos de ADN”.

 

Esos marcadores se llaman microsatélites: son multialélicos, es decir, que demuestran la diversidad que existe en un individuo e identifican un punto inequívocamente en el genoma y, lo más importante, son ampliamente distribuidos en este último.

 

La ventaja que representa que sean identificables en cualquier parte del cromosoma, y dado que se recurre a la reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés), estriba en que para reconocerlos se requiere de una muestra biológica (tejido, sangre, secreción nasal, etcétera) muy pequeña.

 

El investigador apuntó que la idea de mapas genómicos saturados de marcadores responde al objetivo de llegar hasta el gen o genes que codifican a las proteínas, las cuales son las responsables de la característica compleja.

 

Tras informar que en la actualidad está en fase de desarrollo el marcador de nucleótido sencillo, la fuente de información más importante del ADN, Ciro Estrada Chávez concluyó: “la selección asistida por marcadores genéticos nos permite ir más allá de lo que la genética cuantitativa nos había dejado llegar”.

 

 

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