Boletín UNAM-DGCS-235
Ciudad
Universitaria
A TRAVÉS DE LA GENÉTICA SE ALCANZA ALTO RENDIMIENTO DE ANIMALES DOMÉSTICOS
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Ciro Estrada Chávez, del INIFAP, dijo que en
los últimos 20 años se han desarrollado métodos de análisis para estudiar de
manera más sencilla sus características o rasgos complejos
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Hoy se conoce el marcador que se asocia a la
producción de la proteína que produce la leche y el gen que participa en el
incremento del porcentaje de tal proteína
Desde hace muchos años se realiza el manejo
selectivo a través de la genética para obtener líneas de animales domésticos de
alto rendimiento. Además, hoy también se recurre a esta ciencia biológica para
mejorar o reproducir animales más resistentes a las enfermedades, con el fin de
que en el futuro no se requieran tantos tratamientos o con la vacunación se
mantengan los padecimientos a un nivel prácticamente invisible.
Ciro Estrada Chávez, del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), manifestó lo anterior
durante su participación en el IX Encuentro Académico Estudiantil de las
Ciencias Biológicas Básicas y el VI Encuentro Académico Estudiantil de la
Carrera de Médico Veterinario Zootecnista, realizados en la Facultad de
Estudios Superiores (FES) Cuautitlán.
Agregó que en los últimos 20 años se han
desarrollado métodos de análisis para estudiar de manera más sencilla las
denominadas características o rasgos complejos; es decir, la producción de
huevo, carne o leche, entre otros, así como la resistencia a los padecimientos.
Explicó que el trabajo de análisis de un rasgo
complejo demanda de un proceso en el que
participen varias generaciones y
poblaciones de animales para obtener resultados confiables, infraestructura,
dinero, contar con un banco de datos de tipo microbiológico y epidemiológico y,
en el caso de una enfermedad específica, también se deben tomar en cuenta los
niveles de exposición a diferentes infecciones.
Estrada Chávez aseveró que la identificación de
un fragmento de ácido desoxirribonucleico (ADN) en el cromosoma tres del ganado
bovino, relacionado con la producción láctea, fue uno de los primeros
resultados que, en julio del 2001, arrojó un estudio estadounidense.
Al ofrecer la ponencia “Genética molecular.
Selección asistida para incremento de la productividad y resistencia a
enfermedades”, precisó que hoy se conoce no sólo el marcador que se asocia con
la producción de la proteína de leche sino, incluso, el gen que participa en el
incremento del porcentaje de tal proteína.
Añadió que “conocer el 80% de la información
relacionada con ese rasgo bastaría para incidir en él genéticamente y obtener
animales que generen cierta cantidad de dicha proteína, lo que abriría la
posibilidad de duplicar la producción del lácteo”.
Destacó la importancia de conocer “la
información de QTL –fragmento relacionado con un carácter complejo de ADN- de otras especies, derivada de los proyectos
de genomas de diferentes animales y
plantas, con el fin de compararla con la de los animales domésticos”.
Valorar los factores involucrados, medirlos por
separado y luego integrarlos en un modelo, para posteriormente determinar en
principios matemáticos cuál es la enfermedad, es una práctica que se ha
desarrollado con la genética cuantitativa.
Para identificar un QTL se necesita digitalizar
el genoma lo que, grosso modo, consiste en visualizar en qué cromosoma o parte
de éste se encuentra un fragmento de ADN asociado con determinada
característica.
En ese sentido, aclaró que “un carácter
complejo no se relaciona sólo con una porción del DNA, sino que hay muchos
genes involucrados en el mismo, unos en mayor medida que otros, por lo que
posiblemente se pueda explicar el 80% del rasgo a través de dos o tres genes”.
Estos últimos se determinan tras efectuar un
“mapeo” fino. “Es verdad –reconoció- la
investigación del escaneo de genomas es anterior a la genética molecular; los
marcadores que se utilizaban eran muy evidentes, incluso de genotipo, como los
que utilizó Gregorio Méndel hace mucho tiempo en plantas. Pero hoy podemos
llegar a identificar el gen y la proteína involucrados en la característica
compleja porque usamos marcadores polimórficos de ADN”.
Esos marcadores se llaman microsatélites: son
multialélicos, es decir, que demuestran la diversidad que existe en un
individuo e identifican un punto inequívocamente en el genoma y, lo más
importante, son ampliamente distribuidos en este último.
La ventaja que representa que sean
identificables en cualquier parte del cromosoma, y dado que se recurre a la
reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés), estriba en
que para reconocerlos se requiere de una muestra biológica (tejido, sangre,
secreción nasal, etcétera) muy pequeña.
El investigador apuntó que la idea de mapas
genómicos saturados de marcadores responde al objetivo de llegar hasta el gen o
genes que codifican a las proteínas, las cuales son las responsables de la
característica compleja.
Tras informar que en la actualidad está en fase
de desarrollo el marcador de nucleótido sencillo, la fuente de información más
importante del ADN, Ciro Estrada Chávez concluyó: “la selección asistida por
marcadores genéticos nos permite ir más allá de lo que la genética cuantitativa
nos había dejado llegar”.
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