Boletín UNAM-DGCS-217
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
COLABORA LA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA EN EL COMBATE AL CONSUMO DE DROGAS EN MÉXICO
·
Participa con el Programa de Conductas Adictivas, que permite
identificar y manipular las circunstancias del ambiente que propician el
consumo de drogas
·
Antes de la intervención psicológica, 44% de
los pacientes reportaron el empleo de alguna sustancia al día; al finalizar su
tratamiento sólo el 3% notificó hacerlo
·
Existen muchas
personas que no consumen estupefacientes
pero tienen una vulnerabilidad que los pone en riesgo
Durante los últimos 20 años se ha
incrementado el consumo de drogas entre la población en general y en particular
de la estudiantil en nuestro país; esto se refleja en una serie de indicadores:
ausentismo laboral, accidentes automovilísticos, desempleo, desintegración
familiar, delincuencia, entre otros, aseguró Horacio Quiroga, titular del
Programa de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología (FP).
Informó que, según datos reportados en
diversas investigaciones realizadas en el campo de la epidemiología de drogas
–inhalables, psicoactivas, anfetaminas–, hay tendencias similares a las
registradas en poblaciones estudiantiles estadounidenses, de tal suerte que a
este sector se le ha señalado como población de alto riesgo.
En la conferencia “Investigación
Multidisciplinaria de las Adicciones en México”, realizada en la Unidad de
Seminarios “Dr. Ignacio Chávez”, señaló que, ante tal panorama, autoridades e
investigadores de la FP desarrollaron en 1990 el “Programa Modelo de
Prevención, Orientación y Tratamiento de Conductas Adictivas” –alcoholismo,
tabaquismo y drogadicción– para estudiantes y trabajadores de la UNAM.
En su ponencia, presentada en el marco
del III Coloquio internacional sobre prevención y tratamiento de conductas
adictivas organizada por la Facultad de Psicología, apuntó que en este proyecto
se investigó a 480 usuarios dependientes del alcohol, tabaco y otras drogas,
tales como inhalables, mariguana, tranquilizantes, anfetaminas y cocaína. Los
participantes de la muestra asistieron al tratamiento psicológico que se
proporcionó como parte de dicho Programa entre 1992 y 2002.
Aclaró que las principales técnicas y
procedimientos evaluativo-terapéuticos que se utilizaron en este modelo se
derivan, fundamentalmente, de una aproximación a la psicología denominada
genéricamente Modificación de Conducta, y más específicamente, en un Modelo de
Consejo Psicológico Conducta Multimodal, el cual toma diferentes técnicas y
objetivos terapéuticos.
Expuso que entre ellos se puede destacar la
técnica Auto-control conductual la cual, en combinación con algunas otras
modalidades de tratamiento –Relajación y Sensibilización encubierta asistida–
enseñan al sujeto a identificar y manipular las situaciones del ambiente que
propician su consumo de drogas.
Otra herramienta es el Entrenamiento de
Habilidades Sociales, modalidad que tiene como objetivo terapéutico eliminar o
reducir el consumo de drogas por parte del sujeto, a través de la enseñanza de
habilidades sociales que superen dichos déficits conductuales, los cuales hacen
que el sujeto recurra a los estupefacientes como mecanismos de compensación,
añadió.
En cuanto a los resultados obtenidos en el
Programa, afirmó que se detectó 74.5% de efectividad en cinco años de
seguimiento con 306 participantes tratados. Cabe señalar que 25.5% (120
participantes) fueron dados de baja de manera definitiva y 11.25 % (54 sujetos)
se encuentran aún en seguimiento.
Indicó que en lo que respecta al porcentaje de
consumo de sustancias antes y después del tratamiento, se observa una mejoría
importante en todas las categorías, destacando la de consumo “diario” –44%
antes y 3% después-. Considerando los actuales resultados, dijo, es posible
obtener conclusiones en cuanto a la efectividad final del Programa.
En su oportunidad Helen Castro, del Instituto
de Educación Preventiva y Atención de Riesgos (INEPAR) manifestó que las
políticas públicas recurren como indicador único a las prevalencias del consumo
de drogas; sin embargo, deben tomarse en cuenta otro tipo de índices que permitan la prevención.
La importancia de conocer estos aspectos,
continuó, radica en que existen muchas personas que no emplean sustancias,
pero tienen una vulnerabilidad que los
pone en riesgo; existe un gran número de experimentadores vulnerables que se
encuentran en riesgo de convertirse en adictos.
En este sentido, aseguró, la vulnerabilidad
psicosocial es un indicador muy importante para la prevención en poblaciones
estudiantiles. Las conductas de riesgo psicosocial que son definidas como
predictoras del consumo de drogas forman parte de un estilo de vida juvenil.
La adicción, agregó, es tan sólo uno de los
problemas asociados al uso, el amplio porcentaje de jóvenes vulnerables que aún
no utilizan alguna sustancia es un indicador de la gravedad de la subcultura de
la droga, que es ahora norma y no excepción en la vida cotidiana de
adolescentes y jóvenes mexicanos de los 13 a los 25 años de edad.
Destacó que las conductas de riesgo que predicen
el consumo de estupefacientes forman parte del estilo de vida del adolescente,
por lo que el verdadero peligro de la experimentación no es la adicción, sino
la subcultura de la droga que ha impuesto valores, modos de relación y uso del
tiempo libre, de tal manera que hoy dicho riesgo es la norma.
Ante esta situación, puntualizó, las
intervenciones exitosas deben manejar los aspectos emocionales y de vínculo
interpersonal entre los jóvenes de la comunidad; es decir, incrementar las
conductas que permitan enfrentar con éxito la adversidad y por lo tanto
disminuir el coeficiente de vulnerabilidad piscosocial, impuesto por los
aspectos socioculturales y ambientales.
“Recuperar la organización comunitaria, el
apoyo solidario en redes, el aprendizaje de habilidades para la vida que
enfaticen el vínculo interpersonal y la conexión cuerpo-mente-espíritu, es lo
único que ha tenido impacto en el estilo de vida de las comunidades
vulnerables, que se refleja en la disminución del consumo y de la percepción de
riesgo psicosocial”, concluyó Helen Castro.
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PIES DE FOTO
Foto 1
En la
conferencia Investigación multidisciplinaria de las adicciones en México, el
titular del Programa de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología de la
UNAM, Horacio Quiroga, habló del incremento del uso de las drogas en la
población.
Foto 2
Helena
Castro, del Instituto de Educación Preventiva y Atención de Riesgos, señaló que
la vulnerabilidad psicosocial es un indicador importante para la prevención de
adiciones en los estudiantes.