06:00 hrs. Marzo 22 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-217

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

COLABORA LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA EN EL COMBATE AL CONSUMO DE DROGAS EN MÉXICO

 

·        Participa con el Programa de Conductas Adictivas, que permite identificar y manipular las circunstancias del ambiente que propician el consumo de drogas

·        Antes de la intervención psicológica, 44% de los pacientes reportaron el empleo de alguna sustancia al día; al finalizar su tratamiento sólo el 3% notificó hacerlo

·        Existen muchas personas que no consumen estupefacientes  pero tienen una vulnerabilidad que los pone en riesgo

 

Durante los últimos 20 años se ha incrementado el consumo de drogas entre la población en general y en particular de la estudiantil en nuestro país; esto se refleja en una serie de indicadores: ausentismo laboral, accidentes automovilísticos, desempleo, desintegración familiar, delincuencia, entre otros, aseguró Horacio Quiroga, titular del Programa de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología (FP).

 

Informó que, según datos reportados en diversas investigaciones realizadas en el campo de la epidemiología de drogas –inhalables, psicoactivas, anfetaminas–, hay tendencias similares a las registradas en poblaciones estudiantiles estadounidenses, de tal suerte que a este sector se le ha señalado como población de alto riesgo.

 

En la conferencia “Investigación Multidisciplinaria de las Adicciones en México”, realizada en la Unidad de Seminarios “Dr. Ignacio Chávez”, señaló que, ante tal panorama, autoridades e investigadores de la FP desarrollaron en 1990 el “Programa Modelo de Prevención, Orientación y Tratamiento de Conductas Adictivas” –alcoholismo, tabaquismo y drogadicción– para estudiantes y trabajadores de la UNAM.

En su ponencia, presentada en el marco del III Coloquio internacional sobre prevención y tratamiento de conductas adictivas organizada por la Facultad de Psicología, apuntó que en este proyecto se investigó a 480 usuarios dependientes del alcohol, tabaco y otras drogas, tales como inhalables, mariguana, tranquilizantes, anfetaminas y cocaína. Los participantes de la muestra asistieron al tratamiento psicológico que se proporcionó como parte de dicho Programa entre 1992 y 2002.

 

Aclaró que las principales técnicas y procedimientos evaluativo-terapéuticos que se utilizaron en este modelo se derivan, fundamentalmente, de una aproximación a la psicología denominada genéricamente Modificación de Conducta, y más específicamente, en un Modelo de Consejo Psicológico Conducta Multimodal, el cual toma diferentes técnicas y objetivos terapéuticos.

 

Expuso que entre ellos se puede destacar la técnica Auto-control conductual la cual, en combinación con algunas otras modalidades de tratamiento –Relajación y Sensibilización encubierta asistida– enseñan al sujeto a identificar y manipular las situaciones del ambiente que propician su consumo de drogas.

 

Otra herramienta es el Entrenamiento de Habilidades Sociales, modalidad que tiene como objetivo terapéutico eliminar o reducir el consumo de drogas por parte del sujeto, a través de la enseñanza de habilidades sociales que superen dichos déficits conductuales, los cuales hacen que el sujeto recurra a los estupefacientes como mecanismos de compensación, añadió.

 

En cuanto a los resultados obtenidos en el Programa, afirmó que se detectó 74.5% de efectividad en cinco años de seguimiento con 306 participantes tratados. Cabe señalar que 25.5% (120 participantes) fueron dados de baja de manera definitiva y 11.25 % (54 sujetos) se encuentran aún en seguimiento.

 

Indicó que en lo que respecta al porcentaje de consumo de sustancias antes y después del tratamiento, se observa una mejoría importante en todas las categorías, destacando la de consumo “diario” –44% antes y 3% después-. Considerando los actuales resultados, dijo, es posible obtener conclusiones en cuanto a la efectividad final del Programa.

 

 

 

 

 

En su oportunidad Helen Castro, del Instituto de Educación Preventiva y Atención de Riesgos (INEPAR) manifestó que las políticas públicas recurren como indicador único a las prevalencias del consumo de drogas; sin embargo, deben tomarse en cuenta  otro tipo de índices que permitan la prevención.

 

La importancia de conocer estos aspectos, continuó, radica en que existen muchas personas que no emplean sustancias, pero  tienen una vulnerabilidad que los pone en riesgo; existe un gran número de experimentadores vulnerables que se encuentran en riesgo de convertirse en adictos.

 

En este sentido, aseguró, la vulnerabilidad psicosocial es un indicador muy importante para la prevención en poblaciones estudiantiles. Las conductas de riesgo psicosocial que son definidas como predictoras del consumo de drogas forman parte de un estilo de vida juvenil.

 

La adicción, agregó, es tan sólo uno de los problemas asociados al uso, el amplio porcentaje de jóvenes vulnerables que aún no utilizan alguna sustancia es un indicador de la gravedad de la subcultura de la droga, que es ahora norma y no excepción en la vida cotidiana de adolescentes y jóvenes mexicanos de los 13 a los 25 años de edad.

 

Destacó que las conductas de riesgo que predicen el consumo de estupefacientes forman parte del estilo de vida del adolescente, por lo que el verdadero peligro de la experimentación no es la adicción, sino la subcultura de la droga que ha impuesto valores, modos de relación y uso del tiempo libre, de tal manera que hoy dicho riesgo es la norma.

 

Ante esta situación, puntualizó, las intervenciones exitosas deben manejar los aspectos emocionales y de vínculo interpersonal entre los jóvenes de la comunidad; es decir, incrementar las conductas que permitan enfrentar con éxito la adversidad y por lo tanto disminuir el coeficiente de vulnerabilidad piscosocial, impuesto por los aspectos socioculturales y ambientales.

 

“Recuperar la organización comunitaria, el apoyo solidario en redes, el aprendizaje de habilidades para la vida que enfaticen el vínculo interpersonal y la conexión cuerpo-mente-espíritu, es lo único que ha tenido impacto en el estilo de vida de las comunidades vulnerables, que se refleja en la disminución del consumo y de la percepción de riesgo psicosocial”, concluyó Helen Castro.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

En la conferencia Investigación multidisciplinaria de las adicciones en México, el titular del Programa de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología de la UNAM, Horacio Quiroga, habló del incremento del uso de las drogas en la población.

 

 

Foto 2

 

Helena Castro, del Instituto de Educación Preventiva y Atención de Riesgos, señaló que la vulnerabilidad psicosocial es un indicador importante para la prevención de adiciones en los estudiantes.