0600 hrs. Marzo 21 de 2003

 

Boletín UNAM-DGCS-215

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

CRISIS HIDRÁULICA EN MÉXICO Y LATINOAMÉRICA

 

·        Tan sólo para cubrir la demanda de consumo en México en los próximos 25 años, se requerirán inversiones del orden de los 330 mil millones de pesos, lo que representa un promedio de 13 mil 200 millones de pesos anuales

·        Salmonelosis, cólera, amibiasis, tifoidea y hepatitis infecciosa, entre las enfermedades asociadas al consumo de agua

·        El 22 de marzo, Día Internacional del Agua

 

México y América Latina enfrentan una crisis de sustentabilidad del agua, cuyos principales síntomas son el surgimiento de conflictos internacionales por el líquido; alta incidencia de enfermedades asociadas con su consumo; aumento del número de procesos privatizadores; inequidad e inaccesibilidad a los servicios de agua potable y saneamiento; degradación de ríos y lagos, así como agotamiento de las fuentes de abastecimiento subterráneas, advirtieron expertos de la UNAM.

 

Al conmemorarse el 22 de marzo el Día Mundial del Agua, los especialistas señalaron que tan sólo en nuestro país las cifras oficiales revelan que el 65% de la calidad de las aguas superficiales es mala, el 25% media y únicamente el 10% buena. El 33% de los mexicanos tienen lombrices (helmintiasis), mientras que alrededor del 40% del líquido que se suministra para consumo no está desinfectado.

 

Manuel Perló Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, manifestó la urgencia de tomar medidas orientadas a recuperar la sustentabilidad hidráulica del país, tales como la atracción de inversiones privadas, sin que el Estado pierda el control de la política hidráulica, y la reestructuración de los sistemas tarifarios, donde los altos consumidores paguen más.

Informó que en términos generales se ha reducido el financiamiento a la Comisión Nacional del Agua (CNA) y en la actualidad estamos en los niveles de 1995, por lo que de no hacerse eficiente el uso de los recursos y reducirse el déficit financiero, los servicios irán en declive.

 

Precisó que, de acuerdo al escenario “tendencial” que se ha planteado

la CNA , tan sólo para cubrir la demanda de consumo en los próximos 25 años se requerirán inversiones del orden de los 330 mil millones de pesos, lo que representa un promedio de 13 mil 200 millones de pesos anuales.

 

Sin embargo, ejemplificó, para el  año 2000 se le asignó a la CNA un presupuesto de apenas 9 mil 995 millones de pesos, cantidad por debajo de la requerida, lo que supone serios obstáculos financieros para alcanzar el objetivo mencionado.

 

Otro escenario, el “deseable”, planteado por la CNA, considera recursos por un billón 510 mil millones de pesos en los próximos 25 años, con el fin de que prácticamente toda la población tenga acceso a los servicios de agua potable, alcantarillado, saneamiento y se reduzcan múltiples rezagos.

 

De acuerdo con el XII Censo de Población y Vivienda de 2000, de los 95.3 millones de habitantes de la República Mexicana, 79.4 millones disponían de agua entubada en el ámbito de la vivienda (83.3%). De éstos, 52.9 millones la tenían dentro del domicilio y 26.4 millones únicamente afuera, si bien en el mismo terreno.

 

Por otra parte, 4.2 millones de personas disponían de agua entubada por acarreo (llave pública e hidrante) y 10.5 millones se abastecían por medio de pipas (1.5 millones) o usaban agua de pozo, río, lago arroyo (8.9 millones).

 

En 1990, los mexicanos con servicios de agua potable representaban el 78% de población total y en el 2000 esta proporción ascendió al 87.7%.

 

Los servicios de drenaje llegan a menor población que los de agua potable. Del total de habitantes del país sólo 72.6 millones disponen del servicio (76.1 %) y 22.1% no tienen acceso al mismo; 58 millones están conectados a la red, 10.5 usan fosa séptica, 1.9 desalojan a drenaje, barrancas y grietas, y 1.2 lo hacen en ríos, lagos y mares.

 

Por su parte Blanca Jiménez Cisneros, investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, así como responsable del grupo de Tratamiento y Reuso, aseveró que según los reportes de la CNA, el 88% del agua  en México es clorada. Sin embargo, datos del sector salud indican que el líquido cumple con la calidad microbiológica únicamente en 60%. Es decir, el 40% del agua de consumo que se está suministrando no está desinfectada.

 

La especialista insistió en que en México hay un problema serio respecto a la calidad del líquido, ya que las aguas negras desembocan en las limpias, lo que propicia mayor número de enfermedades, básicamente diarréicas.

 

Señaló que un estudio realizado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM reveló que los principales contaminantes en los cuerpos de agua superficiales y subterráneos son bacterias que indican la presencia de contaminación fecal (coliformes fecales), lo que explica el alto índice de ese tipo de afecciones.

 

De acuerdo con información proporcionada por la investigadora, algunos microorganismos provocan padecimientos debido al consumo de agua que los contiene. Los protozoarios causan amibiasis, cuyos síntomas principales son diarrea con sangre, abscesos en el hígado e intestino delgado, o la giardiasis, que produce diarrea, náuseas e indigestión.

 

Los helmintos provocan ascariasis, que es una infección intestinal con diarrea, o teniasis, que causa dolor abdominal, diarrea e irritabilidad.

 

Otros microorganismos que son fuente de enfermedades debido al consumo de agua son bacterias como la salmonela, que causa salmonelosis (envenenamiento por comida); la salmonella typhi, que provoca fiebre tifoidea, cuyos síntomas son fiebre alta, diarrea y úlceras en el intestino delgado. Asimismo, la vibrio cholerae causa cólera, caracterizada por diarrea aguda y deshidratación.

 

Otras enfermedades asociadas con el consumo de agua son las provocadas por virus, como la hepatitis A, que origina hepatitis infecciosa, con síntomas como fiebre, ictericia y vómito. Otros son el parvovirus y el rotavirus causantes de gastroenteritis, que produce vómitos.

El 33% de la población padece helmintiasis (lombrices) muy persistentes en plantas y suelos,  así como resistentes al cloro.

 

Al respecto expuso el ejemplo de que, en Chiapas, existen comunidades rurales cuyos habitantes están perdiendo la vista por una enfermedad llamada tracoma, producida por la escasez y –cuando hay- la mala calidad del agua con que los habitantes se lavan los ojos.

 

Dijo que en toda la República Mexicana se han detectado problemas microbiológicos en las fuentes de suministro por falta de tratamiento al agua; el principal se deriva del contacto fecal. De continuar esta tendencia advirtió, las enfermedades pueden irse agravando.

 

Jiménez agregó que la mayor parte de las aguas negras del país se usan de nuevo sin tratamiento alguno. El 83% se utiliza para el riego de 250 mil hectáreas de tierra, el 10% para usos públicos y 7% para la industria.

 

En las aguas negras, explicó, existe materia orgánica que hace la función de abono e incrementa la productividad agrícola hasta en 150%. Sin embargo, está demostrado que el riego con este tipo de líquido incrementa la tasa de morbilidad 16 veces, ya que en las aguas residuales viajan los huevecillos de patógenos.

 

Resaltó que la UNAM desarrolló una técnica analítica para medir el contenido de los huevos de helmintos en aguas negras, donde en algunos lugares llegó hasta 375 huevecillos por litro.

 

Para comparar, en países como Estados Unidos esta concentración es de 1 a 8 patógenos por litro de agua residual, mientras que en Brasil es de 166 a 202, en Ucrania 60 y en Marruecos llega a 840. Los huevos de helmintos, según las pruebas desarrolladas por la UNAM,  tienen dimensiones de 20 a 80 micras.

 

Sobre la calidad del agua en la Ciudad de México, la especialista reiteró que es una interrogante, pues se ha notado un franco decremento de los niveles de cloración. Señaló que, en el Distrito Federal, el 87% del agua contiene cloro residual y el 83% aprueba los contenidos microbiológicos.

 

Recomendó tomar agua embotellada, pero de marcas registradas, pues es una forma segura de consumirla, la cual resulta más económica que hervirla.

 

Al respecto el director del PUEC, Manuel Perló, habló del creciente y millonario negocio de las aguas embotelladas, el cual también cuenta con gran participación de empresas trasnacionales.

 

En México, apuntó, la venta de estos productos asciende a 6 mil 500 millones de dólares anuales, por lo que –agregó- no es ninguna casualidad que la revista Fortune haya calificado al negocio del agua  “una de las grandes oportunidades en el mundo”, el cual “promete ser en el siglo XXI lo que el petróleo fue en el siglo XX”.

 

Perló señaló que el negocio del agua se ha convertido, más que nunca, en un ámbito globalizado y la conquista de los mercados del líquido ha quedado fundamentalmente en manos de empresas mundiales del agua, en algún grado de asociación con negocios nacionales.

 

En América Latina, abundó, el proceso de privatización con modalidad trasnacional se ha acompañado de toda una ideología justificadora, en el sentido de que la única manera de sacar adelante a los países del área en materia de agua y drenaje, así como de recuperar la sustentabilidad, es mediante la privatización. Sin embargo, en la región la participación privada en estas actividades es muy reciente y aún no se realiza una evaluación seria y sistemática de su desempeño, observó.

 

Anotó que en México entraron empresas trasnacionales desde 1992, las cuales ya están administrando -bajo el esquema mixto o de concesión total- sistemas de agua y drenaje. Así sucede en el Distrito Federal, Aguascalientes, Cancún, Puebla y Saltillo.

 

Opinó que en nuestro país pueden aprovecharse el conocimiento y los recursos del sector privado. Pero, alertó, cuando se introducen esquemas privatizadores sin generar una serie de cambios en el marco jurídico y regulatorio ni transformaciones paulatinas en las tarifas, los resultados pueden ser desastrozos.

 

Recalcó que la política hidráulica no debe quedar en manos de  empresas privadas, pero sí se pueden abrir las puertas a este tipo de capitales.

 

Perló subrayó la contribución de la Universidad Nacional en el estudio de los problemas relacionados con el agua a lo largo de todo su ciclo y desde distintas perspectivas: económicas, políticas y sociales.

 

Refirió en este sentido un estudio realizado sobre las tarifas de agua que se cobran en la Ciudad de México, el cual arrojó que el sistema beneficia a los grandes consumidores.

 

Al respecto, propuso una reestructuración de los sistemas tarifarios, que no afecte a los sectores de menores recursos. De esta manera se cobrarían precios moderados a las familias cuyo consumo fuera menor a los 100 metros cúbicos, pero habría tarifas fuertes para quienes rebasen dicho tope.

 

El director del PUEC expresó que otro de los graves problemas que enfrenta México es la sobreexplotación de sus mantos acuíferos, al pasar de 36 en 1981 a 100 en 1999. Esto trae como consecuencia un importante e irreversible impacto ecológico que se traduce en agotamiento de manantiales, desaparición de lagos y humedales, reducción de caudales base de los ríos, eliminación de vegetación nativa y pérdida de ecosistemas

 

Sin duda, continuó, el caso más delicado es el de la ciudad de México, ya que sus acuíferos están sobreexplotados en más de 100%, lo que significa que de los 40 mil litros por segundo que se extraen del subsuelo en la Cuenca de México, sólo se vuelven a infiltrar 20 mil; esto produce hundimientos del terreno.

 

Asimismo, Manuel Perló advirtió sobre el surgimiento de conflictos internacionales por el agua, como el protagonizado entre Estados Unidos y México en torno a la distribución de los caudales que se encuentran en las cuencas compartidas.

 

Al respecto opinó que ambos países solucionaron temporalmente, pero no a fondo, el problema, al llegar a un acuerdo para que México pague a su vecino del Norte de enero a septiembre de este año 431 millones de metros cúbicos de agua.

Sin embargo, añadió, es necesario revisar el Tratado de Distribución de Aguas Internacionales con Estados Unidos que data de 1944, el cual sirve para regular tanto el aprovechamiento del Río Bravo como el del Colorado.

 

El Tratado bilateral de 1944 obliga a México a entregar a Estados Unidos 431 millones de metros cúbicos por año del líquido procedente  del Río Bravo y sus afluentes, en tanto que Estados Unidos debe entregar a México mil 850 millones de metros cúbicos de agua del Río Colorado.

 

A juicio de Perló, es indispensable emprender acciones en México para no pasarle la factura a las futuras generaciones y a nosotros mismos, con problemas graves como los hundimientos, que requieren enormes inversiones.

 

Rota, la sustentabilidad hidráulica en América Latina

 

El director del PUEC manifestó también que existen síntomas que forman parte de la realidad latinoamericana, como los enfrentamientos entre firmas  trasnacionales que comercian con agua y los movimientos sociales por el control de los recursos; la expansión de procesos privatizadores, con el consecuente debilitamiento del papel del Estado, así como múltiples casos de ruptura de la sustentabilidad hidráulica y la destrucción del ambiente.

 

Sin embargo, aclaró que la crisis hidráluica en América latina no significa el agotamiento de este líquido vital, ya que es un recurso fijo en su cantidad, pero no en su calidad y ubicación.

 

Hoy se sabe, especificó, que el volumen total del agua del planeta permanece constante desde hace millones de años, aunque cambie continuamente de estado, y que puede encontrarse  tanto en las profundidades del subsuelo, como en las distintas capas de la atmósfera.

 

Sin embargo, lo se ha roto es la sustentabilidad hidráulica en la mayor parte de los países latinoamericanos, entendiendo como sustentabilidad la existencia de un sistema tecnológico, institucional, social y político que asegure la continua satisfacción de las necesidades humanas presentes y futuras sin degradar el ambiente. Este rompimiento tendrá un impacto sobre el medio cada día más gravoso, sentenció.

 

Los sistemas operadores, continuó, pueden seguir funcionando; pero si lo hacen de la misma manera como hasta el momento -esto es agotando más el capital hídrico existente y afectando al ambiente- las consecuencias económicas, políticas y sociales serán mayores.

 

Denunció que si bien América Latina es una región rica en recursos hidráulicos, en algunos países el nivel de consumo per cápita sigue siendo bajo. Haití, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Paraguay, República Dominicana, Costa Rica, Bolivia y Ecuador poseen el dudoso honor de engrosar las filas de las naciones que reportan consumos per cápita inferiores a los 100 litros por habitante.

 

Otro problema radica en la fuerte inequidad que existe en la cobertura de los servicios del agua, así como su saneamiento en áreas urbanas y rurales, ya que las ciudades se han visto más beneficiadas.

 

Ante la naturaleza global del líquido, afirmó, es de esperarse que lo que ocurra en un lugar determinado repercutirá sobre otro. Por ello, de continuar los problemas que se observan en varios sitios de la geografía latinoamericana, sus efectos negativos se propagarán y generarán tensiones regionales e internacionales.

 

Perló Cohen sostuvo finalmente que el agua como recurso natural siempre ha estado globalizada, ya que el ciclo hidrológico ocurre a nivel planetario y el agua es, junto con el clima y la atmósfera, un elemento que vincula a todo el planeta y al conjunto de los seres vivos.

 

 

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PIE DE FOTO

 

 

 

 

Foto 1

 

Manuel Perló Cohen, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, advirtió la urgencia de tomar medidas para recuperar la sustentabilidad hidráulica del país, como la atracción de inversión privada, sin que el Estado pierda el control de la política en esa materia.

 

 

 

Foto 2

 

La mayor parte de las aguas negras del país se usan de nuevo sin tratamiento alguno. El 83% se utiliza para el riego de 250 mil hectáreas de tierra, 10% para usos públicos y 7% para la industria, aseguró Blanca Jiménez Cisneros, del Instituto de Ingeniería de la UNAM.