06:00 hrs. Marzo 06 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-167

 

Pies de fotos al final del boletín

LA MUJER: TODAVÍA VÍCTIMA DE REPRESIONES, INJUSTICIAS, VIOLACIONES E INIQUIDADES

 

·        Julia Chávez, de la ENTS, consideró que si bien la mujer vive muchas contradicciones y semáforos rojos sobre sus derechos, también tiene amplias posibilidades de crecimiento y desarrollo

·        La académica de la FCPyS, Hortensia Moreno, aseguró que es importante conmemorar el Día de la Mujer para discutir sus problemas y recordar que aún sufre injusticias

 

En México, con una población femenina de más del 50% del total (49 millones 891 mil 159 en el 2000, según el INEGI), y a casi 50 años de que por primera vez se le concediera la oportunidad de votar, la mujer sigue siendo víctima de represiones, injusticias, violaciones e iniquidades en todos los ámbitos de la vida nacional.

 

Al conmemorarse un año más de que la Organización de las Naciones Unidas instaurara el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, Julia Chávez Carapia, coordinadora del Centro de Estudios de la Mujer de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), consideró que esta fecha tiene vital importancia para aglutinar las movilizaciones del sector femenino en pro de una sociedad más equitativa e igualitaria, donde el crecimiento y el desarrollo sean tanto para hembras como para varones.

 

“Si bien en la actualidad la mujer vive muchas contradicciones y semáforos rojos de alerta sobre sus derechos, también tiene amplias posibilidades de crecimiento y desarrollo”, abundó.

En ese sentido, Hortensia Moreno, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), aseguró que como la mujer está en desventaja respecto a los hombres, hace falta visualizar sus dilemas: “Es importante tener un día público que permita discutir sus problemas y recordar que sufre de irregularidades e injusticias. El movimiento feminista es libertario, pero también pone énfasis en el tema de la justicia”.

 

Las formas de la violencia

 

Chávez Carapia explicó que si bien la sociedad actual permite a la mujer crecer y desarrollarse, también hay una serie de conflictos novedosos. Hasta hace menos de diez años se veía como nuevo que se incorporara al trabajo, a la educación superior y se convirtiera en jefa de familia, pero hoy se ven situaciones como la de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde más de 300 mujeres han sido asesinadas.

 

Se trata de personas jóvenes, trabajadoras -la mayoría- empleadas de maquiladoras, aunque también hay estudiantes, o personas de estrato económico popular, que han sido asesinadas con una impunidad total. Ese es un semáforo rojo para el país. Pero, enfatizó, “¿si fueran hombres o mujeres hijas de familias ricas sería la misma respuesta del Estado ante esta situación?”

 

Advirtió que otro semáforo rojo es la violencia que se genera contra este sector de la población, en especial la que se da en el hogar -que si bien ocurre desde antes y se trataba en privado- hoy, al hacerse pública, por el hecho de poder denunciarla, presenta cifras realmente impactantes.

 

La académica de la ENTS sostuvo que dentro de las situaciones de  violencia sobresale el gran número de violaciones que se registran actualmente, pues si bien antes se escondían en el seno familiar, hoy  gran parte son del dominio público. Su número también se incrementa de forma alarmante.

 

Aseveró que otro elemento muy relacionado con las violaciones es el alto índice de embarazos en adolescentes. Hasta hace algunos años las mujeres también se preñaban a temprana edad; no obstante, los marcos sociales son diferentes, no es lo mismo una adolescente embarazada cuando la costumbre era casarse a los 12 años, que una en una época en la cual a esa edad aún son hijas de familia y a las que, por la misma estructura social, se les sigue viendo como niñas.

Julia Chávez reconoció que en México cada vez es mayor el número de hombres que aceptan los cambios y se integran a ellos, pero también hay gran cantidad que no lo están haciendo, y quizá dichos semáforos rojos son algunas de las manifestaciones de esta situación.

 

La economía y la política

 

Informó que en los últimos años el comercio ambulante ha crecido de manera exorbitante y es precisamente el sector femenino el que en mayor porcentaje se ha incorporado a esa actividad. Quienes se dedican a ello trabajan todo el día y dejan a un lado a su familia por ganar dinero para cooperar con el sustento del hogar, llegan a su casa y el marido las golpea, los hijos no cubren sus responsabilidades; todo esto provoca desintegración en el seno familiar.

 

En cuanto al voto del llamado “sexo débil”, indicó que si bien en México el derecho de la mujer a sufragar existe desde los años 50, también es cierto que cuando se dio la primera manifestación importante de mujeres en las urnas fue en los 70, y la más reciente fue en la votación que culminó con el  gobierno actual.

 

“Las mujeres somos ciudadanas y por el hecho de serlo tenemos un reconocimiento para ir a votar y para ser elegidas en cargos de representación popular o social. Podemos ocupar cualquier puesto de elección y aspirar a la presidencia de la República. Empero, el desarrollo de la sociedad va más lento ante estos cambios y no se acepta tan fácil -por lo menos por amplios sectores de la población- que las mujeres avancemos de manera rápida en el ámbito público; aún hay amplia resistencia de ambos sexos”.

 

Avances, a pesar de todo

 

Hortensia Moreno resaltó los grandes avances de las mujeres en el campo profesional, la vida pública y la representación política, “aunque las cifras siempre resultan irrisorias”.

 

Precisó: si dichas cifras se comparan con las de hace un siglo, cuando no había ninguna mujer profesionista o en la política y vivían encerradas en sus casas, ha habido progreso; pero si se piensa que este sector es más de la mitad de la población nacional y que nuestra representación en los órganos de toma de decisiones no llega al 10%, hay que reconocer una gran desigualdad, “una irregularidad contra la que tenemos que luchar”.

 

Agregó que la falta de representación en los órganos donde se toman las decisiones importantes para el país sí influye, por lo menos en cuanto a la definición de cuáles son los problemas trascendentes, por lo que deben ser escuchadas las voces de todas las personas, entre ellas las de las mujeres.

 

La académica dijo que la presencia de este sector en la Universidad también es importante, al igual que el hecho de que haya gran cantidad de carreras que tienen mayoría de mujeres en su matrícula. Por ejemplo, en la FCPyS cada año llegan más personas del sexo femenino que del masculino; parecería que se ha feminizado la actividad estudiantil en este campo del conocimiento.

 

Pero también hay que destacar que cuando esa presencia femenina busca permear los niveles de toma de decisiones y los jerárquicos, hay una barrera que no les permite subir, por lo que pocas ascienden a los puestos directivos, a la Junta de Gobierno y hasta la fecha no ha habido una rectora, lo que sería el siguiente paso en cuanto a la búsqueda de la equidad en la Universidad.

 

Hortensia Moreno expresó que la UNAM no es el espejo de la sociedad, sino “una isla de enorme privilegio social en la que tenemos acceso a la gran riqueza de conocimiento”, la cual además “sigue siendo un lugar de acogida de los sectores populares del país".

 

La Universidad Nacional, continuó, todavía funciona como mecanismo de ascenso social para muchos sectores. Para gran cantidad de mujeres ingresar a esta casa de estudios es encontrarse con un mundo nuevo, muy distinto del que viven en sus medios familiares. Las muchachas que estudian en ella tienen posibilidades de libertad que no tienen quienes no lo hacen.

 

Esta situación, en la que cada vez hay más mujeres jóvenes que estudian, no es algo que ocurra en la vida social en general, subrayó, más bien la vida social muestra lo que se conoce como la “feminización de la pobreza”; es decir, cada vez más las personas que viven en pobreza extrema son del sexo femenino, lo cual se debe a fenómenos como la maternidad.

 

 

“Es diferente la situación de una mujer que tiene un hijo a la de un hombre en igual situación. Si él es muy pobre y siente que no puede con su descendiente lo abandona y se va”, pero para ella –por razones culturales- es más difícil “desaparecer, por lo que conforme avanza la pobreza a quien más afecta es a este sector, lo cual también se debe contemplar desde una perspectiva de género”.

 

Reconoció que hay gran cantidad de esfuerzo social por revertir las causas de la pobreza extrema, pero éste no es suficiente, entre otras razones porque el mundo vive una crisis en general.

 

Por otro lado, también es necesaria una sensibilización de la situación específica de las mujeres que permita poner a funcionar programas dirigidos de manera más clara y específica a sus problemas, que siguen siendo distintos a los de los hombres.

 

Para Julia Chávez, las perspectivas son contradictorias para ambos sexos, pues opinó que vivimos momentos difíciles en este país. Al mismo tiempo “tenemos una situación diferente -como mujeres- que debemos afrontar, porque podemos involucrarnos en un mundo más amplio que el del hogar, el cual nos dará otras condiciones. Las jóvenes hoy quieren otro modo de vida, ya no aceptan el que vivieron sus mamás. Hay que luchar y construir condiciones de equidad y democracia”.

 

En ese sentido, Hortensia Moreno señaló que las perspectivas de las mujeres en los próximos años son diferentes de las que había hace 30 o 50. “Lo peor que podemos hacer las feministas es suponer que todo lo ganado es suficiente, parecería como que esa es la tendencia del sentido común; sin embargo, aún es necesario trabajar por leyes que determinen la igualdad entre los dos sexos”.

 

En la legislación todo está dado, se plasman por ejemplo los derechos humanos y en éstos se consigna de manera explícita la libertad de los seres humanos a tener hijos cuando quieran y que a nadie se le puede obligar a ser madre o padre en contra de su voluntad; no obstante, a pesar de que existen los derechos como palabra escrita, todavía no hay garantía de que se cumplan.

 

 

Por ello, en los próximos 50 años “debemos conseguir que por lo menos la legislación en la que está asentada la situación de las mujeres en términos de igualdad, empiece a tener vigencia como una realidad práctica y no sólo como una bonita poesía”.

 

 

 

 

 

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Foto 1

Si bien la mujer vive muchas contradicciones y semáforos rojos sobre sus derechos, también tiene amplias posibilidades de crecimiento y desarrollo, afirmó Julia Chávez, profesora de la ENTS de la UNAM.

 

Foto 2

Es importante que la mujer tenga un día público donde se pueda discutir acerca de sus problemas y recordar que sufre de irregularidades e injusticias, destacó Hortensia Moreno, académica de la FCPyS de la Universidad Nacional.