16:00 hrs. Febrero 25 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-141

Ciudad Universitaria

 

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

REIVINDICACIÓN CON LA POLÍTICA EXTERIOR TRADICIONAL, EL DISCURSO PACIFISTA DEL GOBIERNO MEXICANO

 

·        José Luis Valdés–Ugalde, director del CISAN, dijo que también son señales del cambio en el plan estratégico de transformación del modelo exterior

·        La obligación del Ejecutivo federal es prevenir a la población de los varios escenarios del conflicto, dijo

·        Convocó a no asumir posiciones deterministas ni fatalistas

 

Con su discurso pacifista, el gobierno de México podría demostrar una reivindicación ante su ruptura con la política exterior tradicional planteada al inicio de esta gestión, y mandar señales a los sectores nacionalistas, así como a la clientela electoral, en el sentido de que “es un giro de 180 grados en su plan estratégico de cambio del esquema exterior”, afirmó el director del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, José Luis Valdés–Ugalde.

 

En el marco del Seminario “México ante la posible guerra en Irak”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, explicó que dicha postura puede tener serias implicaciones para la democracia mexicana, dado que -a su vez- este planteamiento ha levantado expectativas crecientes entre sectores políticos y de opinión que es probable no se puedan cumplir.

 

También, agregó, México podría cometer un error al suponer que su voto tendría que ser neutro para salvar la relación ya existente de alineamiento con Estados Unidos y, como consecuencia, el escollo de su fuerte presión. En este sentido convocó a no asumir posiciones deterministas ni fatalistas, sino a analizar los elementos recientes de la política exterior mexicana.

 

En su exposición, puntualizó que la obligación del Ejecutivo federal es prevenir a la población de los varios escenarios del conflicto, así como de las diversas soluciones posibles y, aunque es válido y legítimo asumir una postura ideal por la paz, en la actuación del jefe de Estado mexicano se confunden tiempos y conceptos.

 

Más adelante, Valdés–Ugalde subrayó que ante el probable reemplazamiento de la resolución 1441 por otra auspiciada por Estados Unidos en el curso de los próximos días, pareciera que México se debate, críticamente –como lo ha hecho durante los últimos años–, sobre aspectos varios de su destino nacional. Entre ellos, el de la democracia, así como su relación con otros Estados en el mundo, dos temas que, por su importancia, no pueden ir separados.

 

Ante la aproximación de cualquier conflicto, señaló, la mejor salida, la ideal, es tratar de evitar que suceda, porque para que éste se presente se requieren varios actores involucrados: “así como no todo conflicto es evitable no todo conflicto es necesario”.

 

Desde el fin mismo de la Guerra Fría y, en forma particular, desde 11 de septiembre de 2001, planteó, el orden mundial ha estado desprovisto de mecanismos para contener conflictos regionales o locales. Las instancias internacionales correspondientes, como la ONU, han quedado atrapadas en una inercia en la cual la hegemonía de Estados Unidos es el dato político y el componente más determinante de la profunda contradicción institucional de las mismas.

 

Debido a que Estados Unidos está amenazado en su seguridad nacional por el terrorismo de Al Qaeda, estableció, tiene que buscar aliados entre los países débiles y fuertes, así como reorientar sus esfuerzos hacia la consolidación de lazos con la comunidad global.

 

Dijo que el poder militar como tal -y sin este apoyo de la comunidad global- no resolverá y en cambio pondrá en peligro los objetivos del vecino del norte, nación que está sumida en dicha paradoja y con el resto del mundo Occidental y no Occidental involucrado.

 

En tanto, destacó Valdés–Ugalde, en México esta paradoja nos afecta e impactará en el desarrollo de los acontecimientos mundiales. El que sea un hecho histórico e irrebatible la pertenencia de nuestro país como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU -y frente al cual no deben asumir posiciones deterministas ni fatalistas- exige que se analicen los elementos que componen los momentos más recientes de la política exterior de México ante el conflicto y con Estados Unidos.

 

Nuestra nación, resaltó, está involucrada en la paradoja del poder estadounidense, porque depende de ese país en prácticamente todos los rubros de la economía y la política; por lo tanto defiende y defenderá intereses nacionales en función de esto.

 

Además, aseveró, ya se le presiona y esa situación se mantendrá ante su voto; como en toda acción política, enfrentará consecuencias por su posición y habrá de revalorar en función de esto su postura en los próximos días.

 

En su análisis, el titular del CISAN hizo hincapié en que “el fantasma del americanismo y del antiamericanismo ronda de nuevo a México” y determina las posibilidades de una política consistente y congruente con planteamientos programáticos, enunciados con este gobierno.

 

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Foto 1

 

José Luis Valdés–Ugalde, director del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, dijo, en el marco del Seminario “México ante la posible guerra en Irak”, que en su discurso pacifista, el gobierno de nuestro país podría demostrar una reivindicación ante su ruptura con la política exterior tradicional

 

 

Foto 2

 

El director del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, José Luis Valdés–Ugalde, participó en el Seminario “México ante la posible guerra en Irak”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Aquí, saluda al ex canciller Bernardo Sepúlveda