06:00 hrs. Febrero 23 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-136

Ciudad Universitaria

 

 

 

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LA FAMILIA, VÍCTIMA Y NO  RESPONSABLE DE LAS ADICCIONES

 

·        Las madres utilizan diversas estrategias autoritarias como los gritos y los golpes, lo cual empuja a los adictos a abandonar el hogar, afirmó Guillermina Natera, jefa del Departamento de Investigaciones Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría

·        Vivir con  una persona que abusa del alcohol y las drogas representa una fuerte tensión emocional para sus parientes cercanos, sostuvo

 

La familia no es la responsable de la adicción al alcohol y a las drogas de alguno de sus integrantes, al contrario, es víctima pues sufre también las consecuencias del consumo de estas sustancias, afirmó Guillermina Natera Rey, jefa del Departamento de Investigaciones Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría.

 

En realidad, subrayó, vivir con  una persona en esas circunstancias supone una fuerte tensión emocional para sus parientes cercanos.

 

Al dictar la conferencia “La familia frente al consumo de alcohol y drogas”, realizada en el marco del III Coloquio Internacional sobre Prevención y Tratamiento de Conductas Adictivas, organizado por la Facultad de Psicología de la UNAM, la investigadora destacó que esta situación repercute en la salud física y mental tanto del adicto como de sus familiares, quienes se enfrentan al dilema de no saber cómo responder a esta problemática.

 

En la Unidad de Seminarios Dr. Ignacio Chávez, la psicóloga social dijo que entre las características que muestra una progenie donde alguno de sus integrantes presenta alguna adicción se encuentran la expectativa, el deseo de ayudar y cuidar al otro, así como el sacrificio y la resignación, el fomentar la tolerancia y la actitud de minimizar el conflicto.

 

Mencionó que en una investigación comparativa entre México e Inglaterra se encontró que en la familia mexicana los síntomas físicos son más notables, ya que existe mayor cantidad de estrés por los acuerdos realizados entre sus miembros, y en las formas de enfrentar una adicción hay mayor cohesión; sin embargo, en ambos países la mujer se atribuye la responsabilidad del consumo de drogas por parte de los hijos.

 

Las madres, precisó, piensan que la educación depende de ellas, pero no saben cómo hacerlo; es entonces cuando utilizan diversas estrategias rígidas y autoritarias como los gritos y los golpes. Esto, en lugar de evitar que el menor salga a la calle, lo empuja a abandonar el hogar.

 

Además, sucede que por lo regular el cariño de muchos padres en esas condiciones se traduce en preocupación por darles comida y vestido a sus hijos, olvidando cómo transmitirles afecto directo, lo cual implica una barrera para la relación.

 

Destacó que a nivel macro existen obstáculos que dificultan la búsqueda de apoyo para problemas de adicción, los cuales pueden ser culturales e institucionales; tal es el caso de mitos, creencias, valores, tradiciones y conceptos equivocados acerca del uso de drogas.

 

Además, hasta ahora la respuesta de las instituciones ha sido ineficiente. Otros frenos son las actitudes de los amigos y vecinos, aseguró.

 

El ambiente laboral, refirió la especialista, también es una traba porque los patrones, en lugar de establecer programas de ayuda y prevención para los trabajadores, optan por el despido y en esto son apoyados por la ley.

 

Finalmente, consideró que responsabilizar a la familia de los problemas de adicción no es lo correcto, pues éste es un asunto psicosocial múltiple.

 

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Existen obstáculos que dificultan la búsqueda de apoyo para problemas de adicción, los cuales pueden ser culturales e institucionales; tal es el caso de mitos, creencias, valores, tradiciones y conceptos equivocados acerca del uso de drogas, dijo Guillermina Natera, del Instituto Nacional de Psiquiatría.