Boletín UNAM-DGCS-133
Ciudad Universitaria
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El problema es que las
distancias económicas y sociales entre las naciones están determinadas en gran
parte por el porcentaje del PIB que destinan a la generación de conocimiento
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Manifestó lo anterior
José Vili Martínez González, de la
Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM
La sociedad mexicana nunca había
dependido tanto como hoy de la ciencia y la tecnología para su desarrollo; sin
embargo, es en estos momentos cuando el ciudadano común se ha interesado menos
en su comprensión, para convertirse únicamente en un usuario, señaló José Vili
Martínez González, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC) de
la UNAM.
Las distancias económicas y
sociales entre los países están determinadas en gran parte por el porcentaje
del Producto Interno Bruto (PIB) que destinan a la generación de conocimiento.
Por ejemplo, naciones como Estados Unidos, Alemania, Francia o Gran Bretaña
invierten en promedio 2% de su PIB en investigación; para los “tigres asiáticos
(Corea, Taiwán, Hong Kong y Singapur), la cifra es del 1.6% y, por lo que se
refiera a Japón, su promedio es del 3%. En contraste, existen países que no llegan
al 1%, entre ellos México, que nunca ha superado el 0.6%.
Este último,
agregó, produce el 0.1% del conocimiento científico mundial, así como 700 doctores al año (la mitad de ellos
egresados de la UNAM), mientras que Estados Unidos generan 30 mil en el mismo
periodo. Nuestro país posee cuatro científicos por cada 10 mil habitantes; en
tanto que Japón, Inglaterra y Francia tienen entre 70 y 80; Estados Unidos, 74;
Alemania, 58; Canadá, 52 y España, 31. Asimismo, las inversiones en ciencia y
tecnología en México continúan muy a la zaga.
Otro problema, aseguró en la
conferencia “Gestión del conocimiento”, lo constituye la integración de los
investigadores al campo productivo. En la Unión Americana, el 90% de éstos se
incorporan a dicho sector, y el resto a la vida académica; en nuestro
territorio ocurre lo contrario.
El responsable del
Departamento de Ciencias Administrativas añadió a la problemática anterior la
apremiante necesidad que tiene la ciencia mexicana de contar con gente joven en
el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), ya que el promedio de edad en los
cuadros de mayor nivel es de 58 años y de 50 en el inmediato inferior, 44 en el
siguiente y los candidatos a doctor están en una media de 35 años.
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