15:30 hrs. Febrero 17 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-122

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LA ALTERNANCIA EN EL PODER NO ES LA SOLUCIÓN PARA TODOS LOS PROBLEMAS DE MÉXICO

 

·        El país se encuentra inmerso en escenarios políticos, económicos y sociales particularmente complejos, subrayó la coordinadora de Humanidades, Olga Hansberg

·        Resulta urgente “que la filosofía política y las ciencias sociales logren recuperar su presencia en los grandes debates nacionales”, puntualizó Lourdes Arizpe

 

La alternancia en el poder en México no podría convertirse en la panacea que solucionara todos los problemas nacionales; más aún, éstos pueden verse agudizados, ya que el proceso de cambio político supone escenarios conflictivos, con poderes fuertemente fraccionados; esto impide la generación de acuerdos fundamentales, lo cual se agrava con una clase política con más vocación de oposición que de gobierno, advirtió el  director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM,  (CRIM) Héctor Hernández Bringas.

 

Durante la inauguración de las VI Jornadas Multidisciplinarias “Continuidad, cambio y viabilidad de las políticas públicas”, encabezada por la coordinadora de Humanidades, Olga Hansberg, el director del CRIM, señaló que ocurre, en el mejor de los casos, un difícil proceso de aprendizaje y de ejercicios contradictorios en la conducción de los asuntos públicos, y en este marco la atención de los problemas de la agenda nacional se ve entorpecida, cuando no paralizada.

 

El país, dijo, ha vivido ya durante décadas procesos de crisis recurrentes, paralelas a un cambio en el modelo de desarrollo. Estos fenómenos, continuó, han propiciado pérdidas importantes en los niveles de bienestar de la población, así como una enorme concentración del ingreso. Al largo desgaste del gobierno post-revolucionario, le ha seguido el cambio político que vivimos hoy.

 

Ante ello, planteó, es importante que las instancias académicas asuman una tarea de reflexión sobre los desafíos que tenemos como país, de manera crítica y propositiva, especialmente en “momentos en que el estruendo, la discusión superficial, la frivolidad y, por supuesto, la contradicción y la incertidumbre, son los elementos que privan en el diálogo político”.

 

Al inaugurar el evento, Olga Hansberg expuso, por su parte, que, a poco más de dos años de que ocurriera por primera vez la alternancia de partidos en la Presidencia de la República, resulta  oportuno que desde el ámbito  universitario y con la participación de especialistas de diversas instituciones y de funcionarios, se lleve a cabo una revisión puntual sobre el estado actual de las políticas públicas, de sus retos y dificultades, así como de las vías para enfrentarlos.

 

Expresó que la reflexión y la discusión que plantea  esta edición de las jornadas del CRIM son pertinentes en este momento en que el país se encuentra inmerso en escenarios políticos, económicos y sociales particularmente complejos.

 

Durante la mesa “Las políticas públicas en la alternancia mexicana”, Lourdes Arizpe, integrante del CRIM, manifestó que, en la medida en que las políticas públicas concebidas como vertiente gerencial de un mercado libre hicieron a un lado a las ciencias sociales, han crecido los desajustes de ingobernabilidad, de desintegración social, de conflictos culturales y religiosos, de pandemias, de violencia  contra las mujeres, de criminalidad, de tráficos humanos y de inestabilidad psicológica.

 

Resulta urgente, por tanto, “que la filosofía política y las ciencias sociales logren recuperar su presencia en los grandes debates nacionales”, puntualizó.

 

Al concebir a las políticas públicas como mera administración, se rebaja a la investigación en ciencias sociales a una mera recopilación de datos que puede guiar esa administración, consideró.

 

“Hoy, degradar a las ciencias sociales a ser maquiladoras de datos equivale a ir degradando las políticas públicas hasta convertirse en frenos a un desarrollo para el siglo XXI,” recalcó.

 

Por su parte, el exsubsecretario de Relaciones Exteriores, Víctor Flores Olea, anotó que no hay verdadera gobernabilidad sin democracia efectiva, y no hay  políticas públicas dignas de ese nombre –que realmente se sostengan y sean eficaces como instrumentos legítimos de gobierno- si no tienen su apoyo en un régimen democrático integral.

 

Desde el principio, opinó, “el cambio” en México se planteó mucho más como una cuestión de éticas subjetivas que de un programa real de transformaciones institucionales, así como de una serie de políticas públicas de gobierno que mejoraran la situación del país.

 

Es decir, el “gran rechazo” de julio de 2000 tuvo un carácter mucho más personalizado que programático y estructural. Tal situación, afirmó,  ha sido en buena medida una razón de fondo  de que hoy la sociedad no reconozca vivir un cambio efectivo de carácter institucional, ni de que realmente aprecie como verdadera la transición por la que se dice  pasamos, aseguró.

 

En su oportunidad Luis Aguilar, de Gerencia Pública SC, señaló que  las políticas públicas han dejado  su confección autoritaria y actualmente se elaboran conforme a esquemas democráticos, mientras que –por otra parte- quedó atrás el populismo.

 

Por el lado de la economía pública, la elaboración de las políticas ha abandonado el esquema populista en que decayó el modelo desarrollador y hoy se confecciona bajo el criterio de finanzas públicas sanas, equilibradas y confiables, con acciones e instrumentos que incorporan el principio de no debilitar ni colapsar la capacidad de dirección y regulación económica, así como social del Estado, concluyó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 1

 

El director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, Héctor Hernández Bringas, y la coordinadora de Humanidades, Olga Hansberg, momentos antes de la inauguración de las VI Jornadas Multidisciplinarias, “Continuidad, cambio y viabilidad de las políticas públicas”.

 

 

FOTO 2

 

Lourdes Arizpe, del CRIM, durante su participación en las VI Jornadas Multidisciplinarias, “Continuidad, cambio y viabilidad de las políticas públicas”.