21:00 hrs. Febrero 12 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-110

ENEP Aragón

 

 

LOS DERECHOS HUMANOS DE ESTE MILENIO TIENEN UN ENFOQUE DE COMPROMISO CON LOS DEMÁS: RIGOBERTA MENCHÚ

 

·        La Premio Nobel de la Paz dijo que es necesaria una educación que no individualice o deshumanice a las personas, sino que valore la profundidad de la humanidad

·        En la sociedad mexicana hay una enorme discriminación que tiene que ver con el idioma, opinó Manuel Becerra, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

·        Víctor Martínez, de la CNDH, sostuvo que las leyes no son la solución contra las violaciones a los derechos humanos, sino una herramienta

 

La perspectiva de los derechos humanos para este mileno está integrada por hombres y mujeres nuevos, con una visión diferente del planeta, solidarios y comprometidos con los demás, “porque ya vivimos y convivimos en un mundo violento, ya tenemos unos rasgos de deformaciones muy fuertes, incluso en lo espiritual”, aseguró la Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum.

 

En una visita a la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Aragón, donde ofreció la conferenciaLos derechos humanos en la perspectiva del siglo XXI”, consideró indispensable crear una mejor educación, una que no individualice o deshumanice a las personas, sino que valore la profundidad de la humanidad a través de la práctica cotidiana de las personas, como parte de una especie global.

 

En el Auditorio del Centro Tecnológico de la ENEP Aragón, comentó que “debemos ampararnos en la conciencia ciudadana, en la ética y en la moral de todas las personas, e interpelar permanentemente nuestra responsabilidad como actores sociales.

 

Los ciudadanos conformistas verán con mayor fuerza cada vez cómo se deteriora su entorno, y ocuparán más espacios la impunidad y la violencia. Pero los que critican, opinan, se organizan, son entusiastas y plantean propuestas para mejorar, tendrán una sociedad y un futuro más prometedores.

 

Menchú Tum manifestó que las sociedades del mundo necesitarán de personas completas, porque si no tenemos una visión integral de la vida “estamos todos perdidos, por más que seamos un actor de guerra no resolveremos la inmensa incertidumbre en que se encuentra la humanidad”.

 

La autora del libro  Yo, Rigoberta Menchú, sostuvo que la impunidad no es una tesis sino una práctica cotidiana, es el coraje que uno siente cada vez que no funcionan los tribunales o las investigaciones, cuando un testigo huye o amenazan a las personas.

 

Agregó que en este inicio de milenio los pueblos indígenas son, hoy por hoy, el sector sobre el cual se discute más si se les otorgan sus derechos o no, “como si los derechos fueran algo que se les tuviera que conceder. Sin embargo, estas culturas milenarias han preservado el entorno, la visión de este planeta de manera integral”.

 

Por su parte, Manuel Becerra Ramírez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, reconoció que en la sociedad mexicana hay una enorme discriminación relacionada con el idioma. Incluso, algunos indígenas tienen miedo de hablar su lengua por esa cuestión.

 

Consideró indispensable crear una conciencia en las nuevas generaciones de estudiantes en el sentido de que es importante el derecho, pero también su aplicación, ya que en unos cuantos años ellos serán funcionarios públicos, jueces, abogados y litigantes.

 

Por ello, coincidió con la Premio Nobel en el sentido de que “debemos crear entre los alumnos valores de carácter social, comunitario. La educación no debe ser individualista, hay que buscar una humanitaria y ser creativos”.

 

Por último, Víctor Martínez Bulle-Goire, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, dijo que las leyes no son la solución contra las violaciones a las garantías individuales, sino sólo una herramienta.

 

Las leyes están hechas para servir “pero si no las aplicamos con un sentido de humanidad, de entender los valores que están debajo de ellas, como la convivencia, la paz, la tolerancia y el respeto”, no funcionarán como deben, concluyó.

 

 

 

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