06:00 hrs. Febrero 01 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-082

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

LA SEGURIDAD SOCIAL, UNO DE LOS PROBLEMAS MÁS IMPORTANTES QUE ENFRENTARÁN PAÍSES DE AMÉRICA

 

·        Encontrar mecanismos de financiamiento y ampliar la cobertura, sus retos: Leonardo Lomelí, de la Facultad de Economía

·        Se presentó el Informe sobre “La seguridad social en América 2002. Problemas de financiación y opciones de solución”, de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS)

 

La seguridad social, uno de los problemas más importantes que la mayoría de los países del continente americano deberán enfrentar en los próximos años, tiene el doble reto de encontrar mecanismos de financiamiento y la apremiante necesidad de incrementar su cobertura, aseguró Leonardo Lomelí, profesor de la Facultad de Economía (FE).

 

Durante la presentación del Informe sobre “La seguridad social en América 2002. Problemas de financiación y opciones de solución”, en la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) efectuada en la misma dependencia universitaria, el académico señaló que los sistemas en este rubro deben serlo en sentido estricto; es decir, no sólo incluir a los trabajadores, sino considerar programas de asistencia para la población abierta.

 

En el aula “Horacio Flores de la Peña”, afirmó que esos sistemas deben tener un objetivo de cobertura universal que “los regímenes que hemos tenido no han podido alcanzar y que al agravarse el problema de sus crisis financieras, lleva a replantear el diseño mismo de sus esquemas”.

En el caso de México, mencionó, hay problemas que no han sido completamente resueltos por las reformas al sistema de pensiones. La viabilidad del mismo radica, más que en ampliar las tasas de cotización de los trabajadores o empresarios, en agrandar la base de contribuyentes. Para lograrlo, se requieren mecanismos que hagan atractiva al sector informal de la economía la afiliación voluntaria al Seguro Social.

 

“Hace falta ampliar la figura del seguro popular para incrementar los ingresos del sistema y así -para el caso de México- contribuir a resolver sus problemas financieros”.

 

Por su parte, Nora Garro Bondonaro, investigadora de la CISS afirmó que para ese organismo -que alberga a los países de América Latina, Estados Unidos y Canadá, y cuya sede se encuentra en México- la seguridad social se define como un sistema de aseguramiento de riesgos individuales mediante el manejo solidario de los recursos de la población, a través del cual el Estado asegura que todas las personas tendrán las mismas oportunidades económicas.

 

Explicó que ello implica la desvinculación entre la incorporación a la seguridad y la participación en el mercado formal de trabajo; la transformación de los programas de combate a la pobreza extrema en modalidades de seguridad social, y la conservación de los incentivos al esfuerzo personal para evitar las llamadas “trampas de la pobreza”.

 

Los beneficios de un esquema de seguridad social deberían otorgarse tanto a los cotizantes actuales como a los del pasado y a los no cotizantes (es decir, individuos que no participan en el mercado laboral formal).

 

En el Informe se proponen cambios en los esquemas de seguridad social, referentes -entre otros aspectos- a la ampliación de la base gravable, el aumento en la edad de retiro o disminución de la jubilación por edad temprana, el pago extra por servicios de salud, la indexación de las jubilaciones a la inflación o los salarios, mejoras administrativas, uso de bono demográfico, ingresos fiscales de otras fuentes y la privatización del sistema de pensiones.

En cada caso, abundó, se requiere definir y jerarquizar los criterios sobre los cuales se analizarán las posibles reformas, para luego pasar a las etapas de evaluación y discusión de resultados.

 

Eduardo Rodríguez Oreggia, investigador de la CISS y coordinador del Informe, abundó que es un hecho que las sociedades del continente y el mundo tienden a envejecer. Esto, por supuesto, genera un problema de recursos para financiar los servicios que las personas de más edad requerirán en el futuro.

 

Se pretende la plena utilización del potencial productivo en edad laboral. Dada la tendencia demográfica se alcanzará un máximo de población entre 15 y 64 años alrededor del año 2025, lo cual representará una fuerte entrada de trabajadores al mercado, quienes contribuirán a ampliar la base fiscal; sin embargo, esto podría afectar los niveles salariales, los cuales corren el riesgo de  continuar estancados como ha ocurrido hasta ahora.

 

En este sentido, el análisis de las opciones para mejorar las finanzas de la seguridad social no es trivial, ya que debe estudiarse no sólo el impacto de los recursos adicionales, sino los efectos sobre el bienestar de los diversos grupos de la población, finalizó.

 

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

 

La seguridad social es uno de los problemas más importantes que la mayoría de los países del continente americano deberán enfrentar en los próximos años, aseguró Leonardo Lomelí, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM (en primer plano).

 

 

 

Foto 2

 

 

La investigadora de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, Nora Garro Bondonaro, afirmó que los beneficios de un esquema de seguridad social deberían otorgarse también a individuos que no participan en el mercado laboral formal.

 

Foto 3

 

Eduardo Rodríguez Oreggia, coordinador del Informe sobre “La seguridad social en América 2002” de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, dijo que el envejecimiento genera problemas de recursos para financiar los servicios que las personas de mayor edad requerirán en el futuro.