06:00 hrs. Febrero 01 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-081

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LOS PUEBLOS POBRES SON LOS MÁS RICOS EN TRADICIONES: GUADALUPE SALCEDO

 

·        La directora del periódico Humanidades, de la UNAM, afirmó que nuestras festividades son un factor muy importante de nuestra identidad

·        La Candelaria es una fiesta religiosa, cuyo propósito es conmemorar el día que María culminó la cuarentena y acudió al templo para su purificación; pero, al mismo tiempo, evoca la presentación del niño Jesús en el mismo  lugar

·        En el centro del país, el culto actual no tiene nada que ver con la virgen, sostuvo Andrés Medina, del IIA de la UNAM

·        En esta región el niño Jesús, el compadrazgo y los tamales son los elementos centrales de la celebración

 

México es un país rico en tradiciones y sus festividades -tanto las religiosas como las que no lo son-, adoptan las más diversas formas en distintos puntos del país; de hecho, se ha visto que los pueblos pobres son los más ricos en ellas, afirmó Guadalupe Salcedo de Zambrano, directora del periódico Humanidades, editado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

 

En cambio, dijo, cuando una población cuenta con lo necesario para vivir bien, poco a poco deja de lado estas celebraciones, las cuales son un factor muy importante de nuestra identidad, sostuvo la doctora en Filosofía.

 

Todas las tradiciones mexicanas, sostuvo, deben conservarse o adaptarse; éste ha sido el caso del día de la Candelaria, que se conmemora en el país no sólo con tamales y atole, sino también con la bendición de los niños Jesús, de las velas, las imágenes y, en algunas ocasiones, de semillas de distintos tipos.

 

Se trata en realidad de una fiesta religiosa, realizada el 2 de febrero, cuyo propósito es celebrar el día que la virgen María culminó la cuarentena tras el nacimiento de su hijo y acudió al templo para su purificación; pero, al mismo tiempo, evoca la presentación del niño Jesús en ese lugar.

 

Según la tradición judía, señaló Salcedo de Zambrano, después de 40 días de haber dado a luz las mujeres debían acudir a ese recinto sagrado y ofrecer en sacrificio un cordero, palomas o tórtolas; pero también eran bañadas y rodeadas de flores así como de candelas, de ahí el nombre de Candelaria.

 

Se supone que cuando María presentó al niño, también acudió a obtener su purificación: “se considera que, a pesar de ser virgen, necesitó vivir este ritual pues, al dar a luz, el hijo de Dios pasó por su vientre y eso la convirtió en mujer impura”, indicó.

 

 

Del  adviento a la Candelaria

 

 

La especialista en patrimonio cultural explicó que con el Día de la Candelaria culmina el ciclo que conmemora el nacimiento de Jesús, el cual inicia el llamado domingo de Adviento, es decir, cuatro semanas antes del 24 de diciembre.

 

Este periodo prosigue con la celebración de las posadas. Después, viene la Nochebuena, durante la cual -en muchos barrios y pueblos del país- aún se acostumbra arrullar al niño antes de colocarlo en el nacimiento. Por lo general, son los padrinos quienes lo mecen y le cantan, pero ahí no acaba su obligación, ya que también deberán vestirlo y llevarlo a bendecir el 2 de febrero, por lo menos tres años consecutivos.

 

Tal vez, una de las tradiciones más representativas en México se lleva a cabo el 6 de enero, pues este día se acostumbra regalar juguetes a los niños como una forma de recordar la adoración que hicieron los Reyes Magos a Jesús; también se parte una rosca, la cual obliga a quien saque el “muñequito” que hay en su interior a invitar tamales y atole el 2 de febrero a sus familiares y amigos. Esta manifestación de la cultura popular es de origen más reciente, aunque de Mesoamérica se retoma el consumo de dichos alimentos.

 

De hecho, en algunas comunidades se piensa que los tamales son como bebés, que se meten a cocer a una olla que simboliza la matriz de la mujer, para representar así el nacimiento de un niño.

 

Un culto ligado a la fertilidad

 

Sin embargo, ésta no es la única forma que adopta dicha costumbre pues, como lo explicó Andrés Medina del IIA, la fiesta es importante en el ciclo ceremonial de los pueblos de Mesoamérica. En realidad, “en ella se sintetizan muchos elementos de la tradición española con la mesoamericana”.

 

La Candelaria tiene un origen básicamente colonial; es decir, llega con los españoles y después se implanta y difunde en la Nueva España, para articularse con las tradiciones de nuestros antepasados, precisó.

 

De hecho, abundó el etnólogo, esta celebración está vinculada al culto a Tláloc y se relaciona con la presencia de niños: “Bernardino de Sahagún narra cómo, a lo largo del año, se visitaban siete lugares en la cuenca de México para pedir la lluvia a Tláloc. En este recorrido se llevaban infantes, que después eran sacrificados porque se creía que su llanto provocaba la lluvia”.

 

En la actualidad existe entre los huicholes un ritual que realizan al principio de la temporada de lluvias en el que se le hace un homenaje a los menores, pues se cree que simbolizan a las plantas tiernas y, por ello, son considerados representantes de la fertilidad, expuso.

 

El Día de la Candelaria, subrayó, también está ligado al ciclo agrícola, ya que coincide con el tiempo en el cual se preparan las tierras para la siembra. Por ello, uno de los elementos que se ha incorporado a esta tradición es el de colocar semillas de frijol, maíz, trigo y otros cereales, junto a los niños Dios que se llevan a bendecir.

El 2 de febrero también está asociado con la celebración del inicio del año mesoamericano, porque es a partir de ese momento cuando se abre el periodo de fiestas ligadas con la agricultura, destacó el especialista.

 

Si bien es cierto que este culto estaba dedicado originalmente a la virgen de la Candelaria, en la actualidad en el centro del país no tiene nada que ver con ella, porque el niño Jesús, el compadrazgo y los tamales son los elementos centrales del festejo.

 

Así, ejemplificó, en lugares como Xochimilco, Atlapulco y Tláhuac, el atrio de la iglesia principal se llena de niños que se llevan a bendecir; también se acude a escuchar misa. Es precisamente a través de esta conmemoración como se crea una red de compadrazgo muy interesante, porque por lo regular se elige a menores como padrinos de los niños Dios, con el fin de preservar entre las generaciones venideras esta tradición.

 

Asimismo, esta relación establece lazos de amistad y compromiso entre dos familias, lo que genera una vinculación a un culto popular, subrayó el académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

 

Alrededor de dicha celebración hay una serie de creencias como la de que quien se hace padrino debe vestir al niño cada año de manera distinta, comentó.

 

Así, la vestimenta de los niños es otra tradición vinculada, sobre todo en los barrios, donde incluso en algunos sitios, como mercados, hay catálogos para que la gente elija el ropaje de su preferencia, entre los que destacan santos; “inclusive, el año pasado se empezó a vender la de Juan Diego, anotó.

 

Sin embargo, existe una tendencia de la iglesia actual en el sentido de suprimir esta diversidad de atuendos, por lo cual ahora se ha pedido a la gente que vista a las imágenes como a niños de verdad, concluyó.

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Guadalupe Salcedo de Zambrano aseguró que México es un país rico en tradiciones, y sus festividades, tanto las religiosas como las que no lo son, adoptan las más diversas formas en distintos puntos del país; los pueblos pobres son los más ricos en ellas.

 

 

Foto 2

 

Andrés Medina, del IIA señaló que el día de la Candelaria tiene básicamente un origen colonial; llega con los españoles y después se implanta y difunde en la Nueva España, para articularse con las tradiciones de nuestros antepasados.

 

Foto 3

 

Alrededor de la celebración del Día de la Candelaria existen una serie de creencias; por ejemplo, quien se hace padrino debe vestir al niño Jesús cada año de manera distinta. Los ropajes se caracterizan por la diversidad de símbolos religiosos

 

Foto 4

 

Hay quienes  prefieren la ropa bordada con imágenes religiosas como la Virgen de Guadalupe o de Juan Diego, por citar algunas.