06:00 hrs. Enero 31 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-079

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

NINGÚN PAÍS LATINOAMERICANO PODRÁ VACUNARSE CONTRA LA GUERRA EN IRAK: SEPÚLVEDA AMOR

 

·        Esta guerra traería millonarios costos: alrededor de 121 mil millones de dólares –en caso de ser breve– y mil 595 billones de dólares si se prolonga por un año, reveló el exsecretario de Relaciones Exteriores

·        EU concentraría su atención en problemas de defensa y seguridad, desatendiendo los asuntos que preocupan a naciones y sociedades del área

 

Una guerra contra Irak traería altos costos sociales, políticos y militares, y América Latina no podrá vacunarse contra la violencia; en el terreno económico, las cifras estimadas oscilan entre 121 mil millones de dólares –en caso de ser breve– y mil 595 billones de dólares si el operativo bélico se prolonga por un año, afirmó Bernardo Sepúlveda Amor, integrante de la Comisión de Derecho Internacional de Naciones Unidas.

 

Al dictar la conferencia magistral “El eje del mal y su destino manifiesto” en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, el exsecretario de Relaciones Exteriores de México dio a conocer evaluaciones de distinguidos economistas estadounidenses, basadas en escenarios posibles.

 

La estimación más baja supondría una guerra breve y exitosa, con operaciones militares que duraran entre 30 y 60 días, y contando sólo 75 días de ocupación en el territorio de Irak tras la victoria, indicó.

 

La proyección más elevada significaría un conflicto prolongado -el cálculo es un año- y la factura habría de cubrirse en el transcurso de un decenio; esto es, si inicia en el 2003 la recuperación sería hasta el 2012.

 

El escenario descrito incluye una estrategia militar iraquí que supondría concentrar tropas en zonas urbanas, un impacto negativo en los mercados petroleros, una escalada bélica con la participación de Israel, actos terroristas en diversas partes del mundo, costos de operaciones para el mantenimiento de la paz cuando ésta se logre, gastos de reconstrucción del país, asistencia humanitaria y afectación en el conjunto de la economía estadounidense.

 

Agregó que en América Latina una operación bélica contra Irak, con sus posibles ramificaciones en Afganistán, Pakistán, Irán, Arabia Saudita, Israel o Palestina, producirá consecuencias negativas por sus efectos económicos y por concentrar la atención de Estados Unidos en problemas de defensa y seguridad, desatendiendo los asuntos que preocupan a naciones y sociedades del área.

 

En otro estudio, abundó Sepúlveda, se formulan tres escenarios: uno benigno, otro intermedio y el tercero de índole catastrófica. En el primero, con 60% de posibilidades, el precio del petróleo ascendería a 36 dólares por barril. La hipótesis intermedia, con un 30% de probabilidades, significaría un costo superior a 40 dólares; en cambio, el tercer escenario lo eleva a 80 dólares, aunque sólo es factible con un ocho por ciento de ocurrencia.

 

De acuerdo con las proyecciones citadas por el excanciller, una guerra rápida -de entre cuatro y seis semanas- no tendría un impacto negativo en la economía mundial en el plazo inmediato; por el contrario, podría estimular la actividad económica de Estados Unidos y del resto del mundo.

 

En un conflicto de entre seis y 12 semanas, habría un crecimiento cero de la economía estadounidense en el transcurso del primer semestre de 2003, con un impacto un poco menos negativo en las otras naciones del planeta.

 

En una conflagración de seis meses habría un efecto devastador en el sistema económico mundial. Nuestro vecino del Norte entraría en una profunda recesión, con una caída en su crecimiento anual de menos cuatro en el segundo trimestre de 2003. También la economía del resto de los países del globo padecería una situación similar, aunque más leve que la de EU, explicó.

 

En el marco del Simposio y Seminario Internacional La reorganización económica y espacial del orden mundial actual: una perspectiva de la geopolítica, organizado por la FCPyS, Sepúlveda agregó que las consecuencias de la guerra serían mayores en términos económicos si las tropas estadounidenses permanecen un periodo prolongado en territorio iraquí.

 

Resulta difícil, aseguró, encontrar el fundamento suficiente que otorgue las bases políticas, militares o económicas para emprender una aventura belicista.

 

Pero la necesaria legitimidad multilateral, indispensable para un involucramiento de Naciones Unidas, manifestó, sólo se obtendrá si hay pruebas fehacientes de que el gobierno de Saddam Hussein posee armamento de destrucción masiva y si, de ser así, éste decide no cumplir con sus obligaciones de desarme.

 

Existe la duda, anotó, en el sentido de que esto pueda traducirse ya sea en una victoria rápida o en un conflicto prolongado. Adicionalmente, para el mediano plazo, hay un pronóstico reservado sobre los saldos que arrojaría el derrocamiento de Hussein, así como los efectos políticos ulteriores que se produzcan en el sistema internacional, en el mundo árabe y musulmán, y en especial en el ámbito de los países vecinos a Irak.

 

El operativo bélico, continuó, puede tener un efecto adicional: constituirse en un inagotable semillero de terroristas, propiciando la reproducción de organizaciones dedicadas a esparcir el pánico ciudadano y obligando  a la instauración de medidas extremas de seguridad a las potencias occidentales.

 

Expuso que las organizaciones terroristas de alcance global constituyen entes políticos que han ingresado a la palestra internacional en la lucha por el poder.

 

La novedad es que dichas organizaciones terroristas, abundó, aspiran a socavar por todos los medios a su alcance los pilares de la legitimación política de ciertos Estados, argumentando en un buen número de casos fundamentalismos religiosos.

 

De esta suerte, ya no serán sólo las grandes potencias las que compitan por el poder, pues un nuevo agente con fines perversos será un peligroso participante en esa contienda política y militar, aseveró.

 

Externó que quizá lo sucedido el 11 de septiembre del 2001 es el dato histórico que habrá de cobrar el mayor relieve, por significar la apertura de un nuevo capítulo en la ordenación del sistema internacional.

 

Los ataques terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York y en contra del Pentágono en Washington, puntualizó, marcan el inicio de una perspectiva diferente en los términos y en la forma de entender la seguridad nacional y la colectiva.

 

La declaración de guerra al terrorismo, el combate a Al-Qaeda, el derrocamiento del gobierno talibán, las operaciones bélicas en Afganistán, la identificación de Irak y Corea del Norte como integrantes del eje del mal, los preparativos militares para la invasión a Irak, el  posible cambio de régimen en Bagdag, con la eliminación de Hussein, así como la renovación del programa nuclear de Corea del Norte, dejan registro de una secuela de respuestas violentas que desencadenarían en breve lapso los sucesos del 11 de septiembre, concluyó.

 

En el marco de la inauguración del Seminario, el director de la FCPyS, Fernando Pérez Correa, expresó que en el mundo actual no podemos  entender un sistema unipolar, gobernado por los intereses y los diseños políticos de una superpotencia.

 

Por el contrario, apuntó, “tenemos que concebir un orden fincado en normas de Derecho Internacional, en principios fundamentales”.

En su oportunidad, Juan Rebolledo Gout, exsubsecretario de Relaciones Exteriores de México, señaló que son tiempos aterradores para los pueblos, los mercados y para la vida cotidiana de las personas en el globo entero.

 

En su ponencia “El lugar geopolítico de México”, Rebolledo recomendó “menos ruido, más atención, mucho más valor para el cambio o nos arrollará el carruaje del cartero interno y el que pasa afuera”.

 

Esta es la verdadera coyuntura para proyectar las reformas de fondo que parece necesitar el país y para impulsar el realismo que debe inundar ahora a nuestra política exterior, finalizó.

 

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Foto 1

 

Roberto Peña, Bernardo Sepúlveda y Juan Rebolledo durante su participación en el Simposio y Seminario Internacional La reorganización económica y espacial del orden mundial actual: una perspectiva de la geopolítica, realizado en la FCPyS de la UNAM.

 

Foto 2

 

Si el operativo bélico contra Irak se prolongara por un año, se estima que tendría un costo económico de mil 595 millones de dólares, afirmó Bernardo Sepúlveda Amor, exsecretario de Relaciones Exteriores de México. Lo acompaña Fernando Pérez Correa, director de la FCPyS de la UNAM.