10:30 hrs. Enero 29 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-075

La Habana, Cuba

 

Juan Ramón de la Fuente

Juan Vela Valdés

 

Pies de fotos al final del boletín

 

RECIBE EL RECTOR DE LA UNAM EL DOCTORADO HONORIS CAUSA DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA

 

·        Por unanimidad, aprobó la resolución el Consejo Universitario de la Universidad de La Habana; le entregó el galardón el rector Juan Vela Valdés

·        El reconocimiento, por su contribución a la ciencia y su destacada labor académica

·        Comparte la lista de doctorados por la UH con personajes como Jaime Torres Bodet y Alfonso Reyes

 

 

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente, recibió hoy el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de La Habana (UH) en ceremonia realizada en esta institución de educación superior cubana.

 

Juan Vela Valdés, rector de la Universidad de la Habana, entregó el galardón al rector De la Fuente luego de que el Consejo Universitario de esa casa de estudios lo aprobara por unanimidad. La resolución destaca la contribución a la ciencia y la sobresaliente labor académica del titular de la UNAM.

 

Con este reconocimiento, Juan Ramón de la Fuente se une a la lista de un centenar de académicos mexicanos y de diversas partes del mundo, entre los que se cuentan Jaime Torres Bodet y Alfonso Reyes.

 

Momentos después de recibir el Doctorado Honoris Causa, el rector de la Universidad Nacional se dijo  distinguido por este reconocimiento de una Universidad tan prestigiada, simbólica e importante en el contexto Latinoamericano, como es la de La Habana

 

La UNAM y la UH, puntualizó De la Fuente, son instituciones emblemáticas que han caminado de la mano de sus pueblos y que han labrado sus destinos día con día, por encima de intentonas que a lo largo de la historia han querido separarlas

 

Después de la ceremonia, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México dictó la conferencia “El papel de la Universidad en el equilibrio global", ofrecida en el marco de este acto. De la Fuente advirtió que si se quiere construir sólidamente un equilibrio social en el orbe y en cada país, se debe reconocer que las universidades son un instrumento renovador del humanismo, capaz de influir en la orientación y el contenido del desarrollo global.

 

Afirmó que las instituciones de enseñanza superior juegan un papel estratégico y de vanguardia para el estudio de los nuevos retos y tienen la obligación esencial de sostener los ideales de la supremacía del espíritu, de la cultura y de la dignidad humanas.

 

En cualquier parte del mundo, pero en especial en nuestras américas, subrayó De la Fuente, las universidades están llamadas a acrecentar la conciencia social, a reproducir los ideales de justicia, equidad y soberanía de los pueblos como condición del equilibrio global.

 

En su exposición, que formó parte del programa de la Conferencia Internacional Por el Equilibrio del Mundo, desarrollada ante especialistas de diferentes partes del mundo, De la Fuente consideró fundamental fortalecer a la universidad en su papel de laboratorio de avanzada y como verdadera vanguardia de la sociedad, porque es donde se explora el porvenir y se construyen cada día las condiciones para un mejor futuro.

 

Durante el último día de su estancia en Cuba, resaltó que el futuro  sólo se mejorará si se edifica desde el equilibrio social y mediante la participación de y para todos por igual.

 

Sin embargo, sostuvo que las instituciones de educación superior son espejos donde se percibe la realidad con más crudeza. En el caso particular de Latinoamérica, son el reflejo de lo que ocurre en la sociedad, el cual, aunque en ocasiones no sea agradable, hay que asumirlo, tratar de entenderlo y mejorarlo.

 

Pero, también, son defensoras infatigables de los principios de la libertad, la solidaridad, la democracia, la verdad y la justicia, señaló.

 

En nuestras instituciones, abundó, se perciben los males sociales mucho antes y con mayor fuerza que en otros ámbitos. Por eso, los retos que se enfrentan son de enormes dimensiones y su atención resulta impostergable.

 

Más adelante, De la Fuente advirtió que un riesgo mayor que acompaña a la globalización e ilustra su lado fundamentalista y dogmático –una de sus mayores perversiones– consiste en tratar e imponer la propiedad privada del conocimiento.

 

Entonces, alertó que un país incapaz de generar ciencia propia está irremediablemente condenado al oscurantismo y al rezago, porque el conocimiento se ha convertido en el principal ingrediente del capital social y tiene un creciente valor en el mercado.

 

Recalcó que hoy como en el pasado la educación es el único camino para el desarrollo de los pueblos y parafraseó a José Martí: “el pueblo más feliz es el que tiene mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento y en la dirección de los sentimientos. Un pueblo instruido ama el trabajo y sabe sacar provecho de él. Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y más rico que otros llenos de vicios, y se defenderá mejor de todo ataque”.

 

Luego de destacar la importancia de la UNAM para México, de precisar su profundo sentido social, de recordar que es la más antigua y grande en el continente americano, de desglosar las actividades que ahí se desarrollan y de puntualizar la labor profesional de sus egresados, De la Fuente dijo que limitar la educación universitaria es más grave de lo que parece.

 

Significa, explicó, estrechar la generación y la transmisión de nuevos conocimientos, es decir, obligar a las universidades a dejar de serlo.

 

Al referirse a los signos dogmáticos y aun perversos que dominan la actual interdependencia global, manifestó que no se debe negar, eludir ni maquillar esta realidad, pues tal fenómeno incide en estos tiempos en todo momento y lugar.

 

Nuestras sociedades, expuso, están sumergidas en un acelerado cambio tecnológico, un flujo comercial casi sin fronteras, pero con exclusiones deliberadas e injustificables, y un continuo intercambio de información en tiempo real.

 

Pese a estos procesos, que en cierta medida constituyen avances, arremetió De la Fuente, arrastramos aún el lastre de la desigualdad que agrava la pobreza existente y, al mismo tiempo, magnifica el ritmo de empobrecimiento de nuestros pueblos.

 

La desigualdad y la injusticia social “trastocan cualquier condición de equilibrio al interior de las sociedades”, por lo que los supuestos avances serán sólo un espejismo en tanto subsistan estos desequilibrios, apuntó.

 

Así, la globalización, fenómeno complejo e insoslayable, conlleva incertidumbre y riesgos, además de prestarse a excesos y desviaciones, aunque a la vez puede generar oportunidades que deben aprovecharse desde una perspectiva social amplia e incluyente.

 

En este contexto, el rector aseguró que la universidad se distingue por ser el espacio idóneo para la discusión civilizada, el análisis riguroso del presente y la planeación del futuro; es una institución abierta que contribuyó desde su origen a eliminar los dogmas y la dictadura del pensamiento único y sustituyó la hegemonía unidimensional por la cooperación multidisciplinaria entre iguales.

 

Más adelante, habló sobre el ámbito cultural. Dijo que es apostar por la autonomía de los creadores, por la diversidad de sus contenidos y por la radicalidad en la innovación.

 

Antes, De la Fuente tuvo un encuentro con el rector de la Universidad de La Habana, Juan Vela Valdés, y con su homólogo en funciones de la misma institución, Mario Luis Rodríguez.

 

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Foto 1

 

El rector Juan Ramón de la Fuente recibió el Doctorado Honoris Causa de su homólogo de la Universidad La Habana, Juan Vela Valdés. El Consejo Universitario de esa institución aprobó por unanimidad otorgarle esa distinción.

 

 

 

Foto 2

 

Por su contribución a la ciencia y destacada labor académica, el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, recibió el  Doctorado Honoris Causa  de la Universidad de la Habana. En la foto, con el ministro de Educación Superior de la isla, Fernando Vecino Alegret, y el rector Juan Vela Valdés.