06:00 hrs. Enero 12 de 2003


Boletín UNAM-DGCS-026

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

PREMIAN A UNIVERSITARIOS EN EL 6º CONCURSO NACIONAL  JUVENIL DE ENSAYO SOBRE DERECHOS HUMANOS

 

·        Un tesista y un estudiante de las facultades de Psicología y Derecho, respectivamente, fueron los galardonados

·        El sistema jurídico mexicano debe cambiar su fundamento     filosófico, plantea Veloz Espejel

·        Roberto Neria dice que el derecho a la diversidad sexual tiene que  ser legislado

 

Víctor Veloz Espejel y Roberto Neria, tesista y estudiante de la Universidad Nacional, respectivamente, obtuvieron el primer y segundo lugar, categorías B y A, del 6º Concurso Nacional Juvenil de Ensayo sobre Derechos Humanos 2002. Los títulos de sus trabajos son Las controversias constitucionales en materia indígena y el convenio 169 de la OIT, así como Tolerancia y diversidad sexual en el ámbito de los derechos humanos.

 

De acuerdo con Veloz Espejel, quien estudió en la Facultad de Derecho, el constitucionalismo mexicano tiene que estar preparado ante la cuarta generación de derechos humanos: los difusos o transpersonales (ambientales, sexuales, a la intervención humanitaria, a la paz y a la información).

 

Por ello, en su ensayo plantea que el sistema jurídico mexicano debe cambiar su fundamento filosófico. “El iuspositivismo impide, con sus rígidas reglas de creación, aplicación e interpretación, la exacta legislación acorde al espíritu nacional”.

 

En el contexto de la reforma del Estado y de la revisión integral de la Constitución, el pluralismo cultural tiene que pasar a ser un pluralismo jurídico, pero que observe las decisiones políticas fundamentales, opinó.

 

El Constituyente Permanente (por decreto promulgado el 27 de enero de 1992) adicionó un primer párrafo al artículo 4 constitucional con el fin de adecuar el derecho nacional al orden social dinámico, incluyendo la materia indígena.

 

Luego, por decreto promulgado el 3 de agosto de 2001 y publicado el 14 del mismo mes en el Diario Oficial de la Federación, se hicieron otras modificaciones. En contra de esta reforma, llamada “ley indígena”, se interpusieron 330 controversias, alegando que no se apegaba al espíritu nacional y era disconforme con la Constitución.

 

Se argumentó que el Convenio 169 de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes reconoce el derecho de participación de esos pueblos en todo proceso legislativo y en el diseño de las políticas públicas que vayan a regularlos jurídicamente, mismo que no fue respetado.

 

Más tarde, en sesión plenaria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el 6 de septiembre de 2002, fueron resueltas las 330 controversias constitucionales en materia indígena; se declaró su improcedencia por una votación de ocho a favor y tres en contra, lo cual impidió “entrar al fondo del asunto”.

 

Por ello, Veloz Espejel decidió tratar de establecer cómo hubiera resuelto el caso la Suprema Corte. “Se alegó que para la reforma constitucional no fueron consultados los pueblos indígenas. Yo respondo que no tenía por qué habérseles considerado porque se trata de una reforma constitucional, no de la elaboración de una ley”.

 

Asimismo, dijo el egresado universitario, los países -entre ellos México- se dirigen a la integración, pero no podrán insertarse en esa dinámica mundial si tienen conflictos dentro de su derecho nacional; primero es necesario superarlos.

 

“El sistema jurídico mexicano no debe enfrascarse en la resolución de los problemas presentes, sino elaborar una filosofía para prevenir futuros conflictos”, concluyó.

 

 

Derecho a ejercer nuestra sexualidad

 

Por otra parte, Roberto Neria Mejía afirma que el derecho a la diversidad sexual requiere ser legislado, reconocido y garantizado por el Estado; todos debemos ejercer nuestra sexualidad sin dañar a terceros.

 

En su ensayo plantea la necesidad de que las leyes protejan los estilos de vida de las personas con diferentes expresiones de la sexualidad, quienes tienen que lidiar con la autoaceptación, la discriminación, las creencias religiosas, el contexto social y todos aquellos aspectos que los obligan a ser heterosexuales.

 

Señaló que la sexualidad no implica necesariamente reproductividad, ya que ésta “es un proceso biológico que tiene que ver con la herencia genética y la conservación de la especie, pero la sexualidad rebasa a la biología para ubicarse en una esfera biopsicosocial. Es algo innato”.

 

Para Neria, la aportación principal de su ensayo es darle realce a los derechos humanos de la cuarta generación (en este caso sexualidad diversa). Lo que se busca es que las personas que expresan su sexualidad de otra forma, tengan la posibilidad de salir a la calle sin miedos, sin señalamientos y de ser felices, añadió.

 

Un punto original de su trabajo, afirmó, es el relacionado con las obligaciones que deben asumir las personas cuya expresión sexual difiere de la socialmente aceptada –heterosexualidad–, ya que no sólo basta con respetar y defender sus derechos.

 

Por ello el lema que emplea es: “Todos tenemos en común ser diferentes”. Es decir, aunque en el marco de los derechos humanos todos somos iguales, manifestamos diferentes necesidades de acuerdo a nuestra elección sexual, indicó.

 

En su ensayo propone además que se construyan centros de divulgación, foros, así como que se haga investigación con el fin de que estas personas conozcan y se informen sobre su condición.

 

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FOTO 1

 

El tesista de la Facultad de Derecho de la UNAM Víctor Veloz Espejel obtuvo el primer lugar, en la categoría B, del 6º Concurso Nacional Juvenil de Ensayo sobre Derechos Humanos 2002. Su trabajo: “Las controversias constitucionales en materia indígena y el convenio 169 de la OIT y Tolerancia y Diversidad Sexual en el Ambito de los Derechos Humanos”. 

 

 

FOTO 2

 

Con el trabajo “Tolerancia y Diversidad Sexual en el Ambito de los Derechos Humanos”, Roberto Neria, estudiante de la Facultad de Psicología de la UNAM, ganó el segundo lugar de la categoría A del 6º Concurso Nacional Juvenil de Ensayo sobre Derechos Humanos 2002.