06:00 hrs. Diciembre 27 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-1038

Ciudad Universitaria

 

 

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USAN VEGETALES PARA EVITAR PERIODONTITIS

 

·        Investigadores de la UNAM buscan bloquear la acción de bacterias

·        Ocho de cada diez personas en el mundo padecen esta enfermedad que causa la pérdida de piezas dentales

·        Gloria Gutiérrez Venegas, de la Facultad de Odontología, trabaja con flavonoides, estructuras moleculares que se encuentran en vegetales como la cebolla, la manzana, el haba y el apio

 

Universitarios de la Facultad de Odontología (FO) intentan bloquear, mediante el uso de derivados vegetales, la acción tóxica de las bacterias productoras de periodontitis, enfermedad bucal que puede llevar a la pérdida de las piezas dentales y que afecta a 80% de la población mundial.

 

En el laboratorio de Bioquímica de la División de Estudios de Posgrado de la FO, el grupo de la doctora Gloria Gutiérrez Venegas ha obtenido resultados satisfactorios con la utilización de luteolina, un agente de los compuestos conocidos como flavonoides, presentes en la cebolla, el apio, la manzana o el haba.

 

La gingivitis, explicó, es una inflamación que inicia en la encía por la acumulación de placa dentobacteriana. Cuando este proceso se extiende hasta el hueso alveolar y al ligamento periodontal, se desarrolla una inflamación de las estructuras más profundas, denominada periodontitis.

 

Indicó que en su laboratorio estudian la forma en que las infecciones crónicas ocasionan procesos inflamatorios en las encías. “La periodontitis afecta a toda la estructura del soporte dental, en donde además de la encía, se incluye el ligamento periodontal, el cemento y el hueso alveolar. La enfermedad puede estar generalizada o dañar sólo sitios específicos”.

 

La causa principal de ese mal son los microorganismos en la placa dentobacteriana que se asocian a la superficie de los dientes, los cuales se adhieren a los márgenes de la encía. Entre los microorganismos que se  estudian están:  Actinobacillus actinomycetemcomitans y Actinomyces naeslundii, los cuales colonizan la placa subgingival.

 

En el laboratorio de la doctora Gutiérrez se generan cultivos celulares de pacientes que acuden a recibir atención odontológica a las clínicas de la Facultad. Se trata tanto de tejidos sanos como de tejidos provenientes de pacientes con periodontitis.

 

“Estamos cultivando las células más abundantes de las encías, los fibroblastos gingivales humanos”; al mismo tiempo, los investigadores aíslan  ciertos componentes de los microorganismos, llamados lipopolisacáridos o endotoxinas”. Todo esto “para establecer cómo actúan las bacterias sobre las células”.

 

Los flavonoides, y en especial uno de sus agentes llamado luteolina    -presente también en el apio- ha resultado ser un potente inhibidor de las acciones de los lipopolisacáridos, reiteró.

 

Explicó que las toxinas de las bacterias se asocian a un receptor de la superficie celular (una molécula de nombre TLR-4); dicha asociación propicia la activación de vías de señalización intracelular que alteran la actividad de las células gingivales, encargadas de sintetizar la colágena, proteína que da soporte a los dientes.

 

Cuando la luteolina está presente, esas vías de transducción (o señalización) se bloquean y el número de enzimas activadas disminuye. Lo que aún no se sabe, y ya se intenta establecer, es a qué niveles actúa: si atraviesa la membrana o lo hace desde el receptor.

 

Asimismo, se desea determinar si los flavonoides son citotóxicos, es decir, tóxicos para las células. De no ser así, podrían comenzar a probarse en humanos en el mediano plazo.

 

Gutiérrez aclaró que el problema que se ha presentado hasta ahora es que las dosis a través de las cuales los flavonoides ejercen su efecto son un poco mayores que las naturalmente contenidas en los vegetales.

 

Aún así, “son fisiológicas; hemos visto que los efectos inhibitorios se producen desde concentraciones micromolares (valor de concentración que se utiliza en química y que significa el peso molecular expresado en gramos por litro de disolución), es decir, en dosis muy bajas, pero la concentración natural de estos compuestos en los vegetales es todavía un poco menor”.

 

Hasta el momento, no existe otro agente que inhiba, como los flavonoides, la acción tóxica de las bacterias. En la práctica, el odontólogo le recomienda a los pacientes un control de la placa dentobacteriana mediante buenas técnicas de cepillado, así como el uso de antibióticos y pastas dentales que contengan clorexhidina.

 

Empero, estas medidas de prevención y cuidado no son la panacea. Los pacientes tienen serios problemas periodontales y se ha aceptado como “natural” llegar a la edad adulta, perder piezas dentales y usar prótesis. Para evitarlo, “buscamos un factor que permita contrarrestar las acciones tóxicas sobre las células que son tan importantes en la encía: los fibroblastos gingivales”, precisó.

 

Tal sería el caso de los flavonoides y más específicamente de la luteolina que, en caso de pasar las pruebas de citotoxicidad, podría adicionarse en enjuagues o pastas dentales, agregó Gutiérrez Venegas.

 

Para lograrlo, se enfrenta el reto de que los flavonoides son solubles en disolventes orgánicos como el alcohol (no lo son en agua), los cuales pueden ser irritantes para las encías. Ese es uno de los obstáculos a vencer para su aplicación.

 

En la FO ya se prueban, además, otros tipos de flavonoides para determinar su afinidad con las células, las dosis requeridas, así como su efectividad, apuntó la reciente ganadora del primer lugar en el XIII Premio Nacional de Investigación de la Fundación Glaxo.

 

Por su potencial, los científicos de la FO continuarán trabajando en  este campo de estudio que empieza a emerger y sobre el cual hay pocas publicaciones especializadas. Gloria Gutiérrez informó que el trabajo sobre la luteolina será concluido en las próximas semanas.

 

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

La periodontitis, enfermedad bucal que puede llevar a la pérdida de las piezas dentales, afecta al 80% de la población en el mundo, afirmó Gloria Gutiérrez Venegas, de la Facultad de Odontología..