06:00 hrs. Diciembre 23 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-1029

Ciudad Universitaria

 

 

 

 

CON AVISPAS, LA UNAM COMBATE LA PLAGA DEL EUCALIPTO

 

·        Se considera que la plaga está presente en 21 entidades de la República Mexicana

·        Jesús Jaime Guerra, de la FES Cuautitlán, informó que se busca criar a las avispas, desarrollarlas, multiplicarlas y liberarlas en zonas dañadas

·        Se estima que la plaga puede matar el 15% del arbolado de la zona afectada en el primer año de ataque, y si no se controla para el segundo, puede terminar hasta con el 40%

 

En los últimos tres años, la plaga que afecta al eucalipto ha dañado de manera importante grandes zonas arboladas en por lo menos 21 entidades de la República Mexicana, lo que ha puesto en riesgo enormes áreas de ese tipo.

 

Ante esa situación, un grupo de investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, encabezado por Jesús Jaime Guerra, estableció en la dependencia un centro de reproducción de la avispa parasitoide, que combate la que se conoce como “plaga del eucalipto” o “conchuela” (Glycaspis brimblecombei), para criarlas y liberarlas en dichas zonas y erradicarla, o al menos controlarla.

 

Jesús Jaime Guerra señaló que hablar de avispas podría parecer alarmante para la gente, pero “se trata de un control biológico tradicional. Este insecto, que mide como máximo tres milímetros, es un parasitoide que ataca a la plaga del eucalipto, no al hombre ni a los animales. Pero una vez que cumple su labor, si no encuentra alimento muere, por lo que sólo es posible tener un control de este insecto en centros de reproducción”.

 

Según estimaciones realizadas en Estados Unidos, porque en México aún no se han hecho estudios, Glycaspis brimblecombei puede llegar a matar el 15% del arbolado en el primer año de ataque, y si no se controla para el segundo año de infestaciones sucesivas puede terminar hasta con el 40%.

 

Explicó que la conchuela es un insecto chupador que se posa en el follaje e inserta su aparato bucal para extraer savia de las hojas de los árboles.

 

Al principio, la plaga debilita mucho al árbol al nutrirse de él atacando su follaje; por esto, cuando es invadido por gran cantidad de conchuelas la actividad fotosintética del árbol no se realiza en condiciones normales.  

 

Después, al serle extraída la savia, el árbol pone en marcha un mecanismo de defensa, el cual consiste en excretar una mielecilla que lo hace muy atractivo para  hongos manchadores, organismos que también se posan en el follaje y dan a las hojas una apariencia negruzca, por lo cual la fotosíntesis ya no se efectúa.

 

Tras las defoliaciones iniciales, y por ataques sucesivos de la plaga, el árbol llega a sufrir casi la pérdida total del follaje, muerte de ramas y al final del árbol mismo.

 

A ello, agregó el investigador universitario, se suman las condiciones en las que los eucaliptos se desarrollan en las zonas urbanas: con mucho estrés, escasa agua y pocos nutrientes, así como plantados en banquetas o en lugares donde hay poco espacio para su crecimiento.

 

Jesús Guerra dijo que esas son las principales razones del alto índice de árboles muertos, sobre todo en los municipios del norponiente del Estado de México y en todo el Distrito Federal.

 

El eucalipto, especie originaria de Australia, dijo, fue introducido a nuestro país a principios del siglo XX para reforestar zonas degradadas y con climas semiáridos. Desde entonces y hasta 1995 fue utilizado como árbol de alineación en áreas verdes, y fue plantado en parques y jardines.

 

Las ventajas que tiene, apuntó, son: su rápido crecimiento, su utilidad en la reforestación de antiguos rellenos sanitarios, así como la formación de barreras rompevientos y su resistencia a la contaminación ambiental.

 

No obstante, reconoció, presenta desventajas: alto consumo de agua y la afectación de las instalaciones urbanas donde son plantados, porque cuando no tienen un lugar para desplegar sus raíces superficiales levantan el cemento y perforan bardas.

 

La plaga, igualmente procedente de Australia, llegó a América por Estados Unidos y en 1999 se registró por primera vez en árboles de la ciudad de Los Ángeles, California. En la República Mexicana, señaló, se reconocieron las primeras infestaciones severas de la conchuela en septiembre de 2000 y hoy, reiteró, está presente en 21 entidades.

 

Guerra resaltó que cuando se detectó la presencia de la plaga en nuestro país surgió una gran preocupación porque, al no tener enemigos naturales se convirtió en un asunto catastrófico. "De hecho, en algún momento el gobierno calificó como de desastre nacional a la situación”.

 

Así, se pusieron en marcha diversos programas para controlar la plaga. Se realizaron reuniones con diversas instituciones y en una de ellas se invitó a la UNAM, en especial a la FES Cuautitlán, a incorporarse a esta campaña. Se buscó a gente familiarizada o con formación en materia de plagas y enfermedades de árboles, y la Facultad propuso utilizar algunas de sus instalaciones como invernaderos y laboratorios.

 

Después, la Comisión Nacional Forestal, la Universidad de Guadalajara y el Fideicomiso para el Desarrollo Forestal del Estado de Jalisco crearon el primer Centro de Reproducción de la Avispa Parasitoide para el control biológico de la plaga del eucalipto. Representantes de estas instituciones fueron a la Universidad de Berkeley, en California, de donde trajeron el parasitoide Psyllaphagus bliteus, también proveniente de Australia.

 

Guadalajara fue la primera ciudad en la cual se llevó a cabo el control biológico de la plaga del eucalipto y hoy es evidente la mejoría en los árboles; de hecho, se puede decir que el problema está controlado.

 

Por ello, en la FES se vio la posibilidad de establecer un centro de reproducción. De esta manera, con el respaldo de todas esas instituciones, "nos dieron la capacitación, la asesoría técnica, así como el apoyo con cajas y el pie de cría para la avispa".

 

Informó que desde julio empezaron a soltar avispas en algunas zonas de la FES Cuautitlán, donde hay eucaliptos muy dañados por la plaga. Por esto, luego de varios estudios, "estamos en posibilidades de proveer de avispas a quienes estén interesados en llevar a cabo el control biológico de esta manera".

 

En los lugares donde se hicieron las liberaciones es posible ver árboles ya recuperados, por lo que ahora se trabaja en sitios como el Lago de Guadalupe, la Sierra de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli, Tultitlán, Tlalnepantla y Naucalpan, todos en el Estado de México, donde hay eucaliptos muy afectados, para lo cual es necesario liberar a los insectos, así como monitorear y contar la fluctuación de la plaga para determinar si se la está controlando de manera efectiva.

 

La reproducción de la avispa es un control biológico tradicional. Se requiere tener en promedio seis hembras por cuatro machos y esperar de 21 a 28 días con el fin de que se complete el ciclo en las cajas de cría.

 

Se calcula que en un área de mil a mil 500 árboles afectados se deben utilizar unas 40 hembras con 20 machos para que las liberaciones sean eficaces en el control de la plaga.

 

Además, el crecimiento de las avispas es exponencial: se reproducen de esta forma y se diseminan hacia los lugares donde se presenta la plaga, de tal modo que en tres o cuatro meses, dependiendo de las condiciones ambientales, se puede considerar que se han completado tres o cuatro ciclos de desarrollo del insecto, periodo en el cual es posible que ya se haya dispersado en las zonas donde se ubican los árboles afectados.

 

 

--o0o—