Boletín UNAM-DGCS-1029
Ciudad Universitaria
CON AVISPAS, LA
UNAM COMBATE LA PLAGA DEL EUCALIPTO
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Se considera que la plaga está presente en 21 entidades de la República
Mexicana
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Jesús Jaime Guerra, de la FES Cuautitlán, informó que se busca criar a
las avispas, desarrollarlas, multiplicarlas y liberarlas en zonas dañadas
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Se estima que la plaga puede matar el 15% del arbolado de la zona
afectada en el primer año de ataque, y si no se controla para el segundo, puede
terminar hasta con el 40%
En los últimos tres años, la plaga que
afecta al eucalipto ha dañado de manera importante grandes zonas arboladas en por
lo menos 21 entidades de la República Mexicana, lo que ha puesto en riesgo
enormes áreas de ese tipo.
Ante esa situación, un grupo de investigadores
de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, encabezado por Jesús
Jaime Guerra, estableció en la dependencia un centro de reproducción de la
avispa parasitoide, que combate la que se conoce como “plaga del eucalipto” o
“conchuela” (Glycaspis brimblecombei), para criarlas y liberarlas en dichas
zonas y erradicarla, o al menos controlarla.
Jesús Jaime Guerra señaló que hablar de
avispas podría parecer alarmante para la gente, pero “se trata de un control
biológico tradicional. Este insecto, que mide como máximo tres milímetros, es
un parasitoide que ataca a la plaga del eucalipto, no al hombre ni a los
animales. Pero una vez que cumple su labor, si no encuentra alimento muere, por
lo que sólo es posible tener un control de este insecto en centros de
reproducción”.
Según estimaciones realizadas en Estados
Unidos, porque en México aún no se han hecho estudios, Glycaspis brimblecombei
puede llegar a matar el 15% del arbolado en el primer año de ataque, y si no se
controla para el segundo año de infestaciones sucesivas puede terminar hasta
con el 40%.
Explicó que la conchuela es un insecto chupador
que se posa en el follaje e inserta su aparato bucal para extraer savia de las
hojas de los árboles.
Al principio, la plaga debilita mucho al árbol
al nutrirse de él atacando su follaje; por esto, cuando es invadido por gran
cantidad de conchuelas la actividad fotosintética del árbol no se realiza en
condiciones normales.
Después, al serle extraída la savia, el árbol
pone en marcha un mecanismo de defensa, el cual consiste en excretar una
mielecilla que lo hace muy atractivo para
hongos manchadores, organismos que también se posan en el follaje y dan
a las hojas una apariencia negruzca, por lo cual la fotosíntesis ya no se
efectúa.
Tras las defoliaciones iniciales, y por ataques
sucesivos de la plaga, el árbol llega a sufrir casi la pérdida total del
follaje, muerte de ramas y al final del árbol mismo.
A ello, agregó el investigador universitario,
se suman las condiciones en las que los eucaliptos se desarrollan en las zonas
urbanas: con mucho estrés, escasa agua y pocos nutrientes, así como plantados
en banquetas o en lugares donde hay poco espacio para su crecimiento.
Jesús Guerra dijo que esas son las principales
razones del alto índice de árboles muertos, sobre todo en los municipios del
norponiente del Estado de México y en todo el Distrito Federal.
El eucalipto, especie originaria de Australia,
dijo, fue introducido a nuestro país a principios del siglo XX para reforestar
zonas degradadas y con climas semiáridos. Desde entonces y hasta 1995 fue
utilizado como árbol de alineación en áreas verdes, y fue plantado en parques y
jardines.
Las ventajas que tiene, apuntó, son: su rápido
crecimiento, su utilidad en la reforestación de antiguos rellenos sanitarios,
así como la formación de barreras rompevientos y su resistencia a la
contaminación ambiental.
No obstante, reconoció, presenta desventajas:
alto consumo de agua y la afectación de las instalaciones urbanas donde son
plantados, porque cuando no tienen un lugar para desplegar sus raíces
superficiales levantan el cemento y perforan bardas.
La plaga, igualmente procedente de Australia,
llegó a América por Estados Unidos y en 1999 se registró por primera vez en
árboles de la ciudad de Los Ángeles, California. En la República Mexicana,
señaló, se reconocieron las primeras infestaciones severas de la conchuela en
septiembre de 2000 y hoy, reiteró, está presente en 21 entidades.
Guerra resaltó que cuando se detectó la
presencia de la plaga en nuestro país surgió una gran preocupación porque, al
no tener enemigos naturales se convirtió en un asunto catastrófico. "De
hecho, en algún momento el gobierno calificó como de desastre nacional a la
situación”.
Así, se pusieron en marcha diversos programas
para controlar la plaga. Se realizaron reuniones con diversas instituciones y
en una de ellas se invitó a la UNAM, en especial a la FES Cuautitlán, a
incorporarse a esta campaña. Se buscó a gente familiarizada o con formación en
materia de plagas y enfermedades de árboles, y la Facultad propuso utilizar
algunas de sus instalaciones como invernaderos y laboratorios.
Después, la Comisión Nacional Forestal, la
Universidad de Guadalajara y el Fideicomiso para el Desarrollo Forestal del
Estado de Jalisco crearon el primer Centro de Reproducción de la Avispa
Parasitoide para el control biológico de la plaga del eucalipto. Representantes
de estas instituciones fueron a la Universidad de Berkeley, en California, de
donde trajeron el parasitoide Psyllaphagus bliteus, también proveniente de
Australia.
Guadalajara fue la primera ciudad en la cual se
llevó a cabo el control biológico de la plaga del eucalipto y hoy es evidente
la mejoría en los árboles; de hecho, se puede decir que el problema está
controlado.
Por ello, en la FES se vio la posibilidad de
establecer un centro de reproducción. De esta manera, con el respaldo de todas
esas instituciones, "nos dieron la capacitación, la asesoría técnica, así
como el apoyo con cajas y el pie de cría para la avispa".
Informó que desde julio empezaron a soltar
avispas en algunas zonas de la FES Cuautitlán, donde hay eucaliptos muy dañados
por la plaga. Por esto, luego de varios estudios, "estamos en
posibilidades de proveer de avispas a quienes estén interesados en llevar a
cabo el control biológico de esta manera".
En los lugares donde se hicieron las liberaciones
es posible ver árboles ya recuperados, por lo que ahora se trabaja en sitios
como el Lago de Guadalupe, la Sierra de Guadalupe, Cuautitlán Izcalli,
Tultitlán, Tlalnepantla y Naucalpan, todos en el Estado de México, donde hay
eucaliptos muy afectados, para lo cual es necesario liberar a los insectos, así
como monitorear y contar la fluctuación de la plaga para determinar si se la
está controlando de manera efectiva.
La reproducción de la avispa es un control
biológico tradicional. Se requiere tener en promedio seis hembras por cuatro
machos y esperar de 21 a 28 días con el fin de que se complete el ciclo en las
cajas de cría.
Se calcula que en un área de mil a mil 500
árboles afectados se deben utilizar unas 40 hembras con 20 machos para que las
liberaciones sean eficaces en el control de la plaga.
Además, el crecimiento de las avispas es
exponencial: se reproducen de esta forma y se diseminan hacia los lugares donde
se presenta la plaga, de tal modo que en tres o cuatro meses, dependiendo de las
condiciones ambientales, se puede considerar que se han completado tres o
cuatro ciclos de desarrollo del insecto, periodo en el cual es posible que ya
se haya dispersado en las zonas donde se ubican los árboles afectados.
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