Boletín UNAM-DGCS-1019
Ciudad Universitaria
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final del boletín
RECOMIENDAN ATENCIÓN
PSICOLÓGICA A PACIENTES CON ENFERMEDADES CRÓNICO DEGENERATIVAS
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Disminuye hasta en 30% los días de estancia de éstos en los hospitales:
Juan José Sánchez Sosa, de la FP
·
Enfermedades como la diabetes, la hipertensión, padecimientos del
corazón, cáncer y sida requieren de ese tipo de intervención
·
Especialistas de la UNAM trabajan con enfermos del Hospital General de
México y de la Unidad de Medicina Familiar 67 del IMSS
Se puede disminuir hasta en 30% la estancia en
hospitales de los pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, como la
diabetes, la hipertensión, afecciones del corazón, cáncer y sida, si cuentan
con atención psicológica adecuada, aseguró Juan José Sánchez Sosa, de la
Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
El académico señaló que los especialistas deben
ser expertos en el comportamiento humano para lograr la conservación o
recuperación de la salud lo cual, además, ahorraría recursos.
La diabetes, por ejemplo, es un padecimiento
que, al "no
manifestarse", el paciente
no sigue las instrucciones del médico, causándole crisis que requieren
tratamientos más invasivos, costosos o dolorosos. Cuando eso sucede de forma
reiterada, la calidad de vida del enfermo y de su familia se deteriora.
Por ello, señaló Sánchez Sosa, quien llega a un
hospital debe ser ampliamente informado sobre su enfermedad y cómo evolucionará
si no se cuida.
Cuando en una familia hay una persona con
un padecimiento crónico-degenerativo, las rutinas se alteran; el enfermo puede
sentirse relegado por consumir una dieta especial, diferente; tener reacciones
emocionales, insomnio, angustia, etcétera, que llegan a dañar las relaciones en
el hogar.
Si la situación no se atiende aumenta el riesgo
de que sobrevengan crisis; por ejemplo, el hipertenso puede presentar un ataque
cardiaco.
Para restaurar la calidad de vida de un
paciente "ponemos en práctica una serie de principios psicológicos: la
reestructuración cognoscitiva, o sea, cambiar las creencias o convicciones
disfuncionales del enfermo, su familia e, incluso, del equipo de salud que
dificultan llevar a cabo los cuidados".
El también secretario general de la Unión de
Universidades de América Latina explicó que si la persona tiene una idea
errónea, su comportamiento con frecuencia se ajustará a ella; por ejemplo,
puede tomar dosis más altas de un medicamento por que cree que le harán mejor,
o diminuirlas porque en su opinión "son demasiadas". En ambos casos se modifica la posibilidad
real de recuperación.
Otro aspecto, agregó, es llevar un sistema de registro que les ayuda a seguir
instrucciones médicas: cuándo tomar los medicamentos, asegurar que las dietas y
ejercicios físicos se cumplen, etcétera.
Un tercer principio, abundó Sánchez Sosa, es
eliminar una serie de reacciones emocionales que estorban a la recuperación,
como la angustia, que provoca cambios en la presión arterial de los
hipertensos.
El empleo de estas variables psicológicas
complementa el tratamiento, con lo cual se controlan mejor los padecimientos y
el dolor crónico, si lo hay (como en los casos de cáncer), y aumenta la calidad
de vida. "Las partes psicológica, médica, social y familiar se orientan a
restaurar la salud en la medida de lo posible; esto contribuye también a
cambiar la percepción de que el enfermo crónico es una carga", señaló.
Por ello, consideró que en los servicios de
salud preventivos o especializados deben existir expertos en comportamiento
humano, quienes establezcan una "interfaz" entre las causas biológicas que llevan a padecer una enfermedad,
y las psicológicas y sociales que la pueden aminorar o, por el contrario,
agravar.
Sin embargo, "es raro encontrar estos
especialistas", los cuales se forman en estudios de posgrado impartidos
por la Facultad de Psicología. A ello se suma la necesidad de que médicos,
enfermeras, trabajadores sociales y psicólogos realicen un trabajo
interdisciplinario, subrayó.
El equipo del doctor Sánchez Sosa ha trabajado
con pacientes del Instituto Nacional de la Nutrición y del Hospital La
Raza; instrumentan la ayuda psicológica
para enfermos del Hospital General de México y de la Unidad de Medicina
Familiar 67 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
En estos sitios se han sometido a prueba las
intervenciones psicológicas en ensayos clínicos aleatorizados en grupos
reducidos de aproximadamente 20 pacientes, y próximamente se instrumentarán a
mayor escala.
"Una vez que tengamos datos más certeros
de que se producen cambios positivos en los enfermos, se hará la recomendación
al centro hospitalario y al sector salud para que adopten las iniciativas como
acciones cotidianas en sus servicios", concluyó Sánchez Sosa.
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Juan
José Sánchez Sosa, de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo que el manejo
de variables psicológicas complementa el tratamiento médico, con lo cual se
controlan mejor los padecimientos y el dolor crónico si lo hay (como en los
casos de cáncer), y aumenta la calidad de vida.