06:00 hrs. Diciembre 18 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-1019

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

RECOMIENDAN ATENCIÓN PSICOLÓGICA A PACIENTES CON ENFERMEDADES CRÓNICO DEGENERATIVAS

 

·        Disminuye hasta en 30% los días de estancia de éstos en los hospitales: Juan José Sánchez Sosa, de la FP

·        Enfermedades como la diabetes, la hipertensión, padecimientos del corazón, cáncer y sida requieren de ese tipo de intervención

·        Especialistas de la UNAM trabajan con enfermos del Hospital General de México y de la Unidad de Medicina Familiar 67 del IMSS

 

Se puede disminuir hasta en 30% la estancia en hospitales de los pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes, la hipertensión, afecciones del corazón, cáncer y sida, si cuentan con atención psicológica adecuada, aseguró Juan José Sánchez Sosa, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

 

El académico señaló que los especialistas deben ser expertos en el comportamiento humano para lograr la conservación o recuperación de la salud lo cual, además, ahorraría recursos.

 

La diabetes, por ejemplo, es un padecimiento que, al "no  manifestarse",  el paciente no sigue las instrucciones del médico, causándole crisis que requieren tratamientos más invasivos, costosos o dolorosos. Cuando eso sucede de forma reiterada, la calidad de vida del enfermo y de su familia se deteriora.

 

Por ello, señaló Sánchez Sosa, quien llega a un hospital debe ser ampliamente informado sobre su enfermedad y cómo evolucionará si no se cuida.

 

Cuando en una familia hay una persona con un padecimiento crónico-degenerativo, las rutinas se alteran; el enfermo puede sentirse relegado por consumir una dieta especial, diferente; tener reacciones emocionales, insomnio, angustia, etcétera, que llegan a dañar las relaciones en el hogar.

 

Si la situación no se atiende aumenta el riesgo de que sobrevengan crisis; por ejemplo, el hipertenso puede presentar un ataque cardiaco.

 

Para restaurar la calidad de vida de un paciente "ponemos en práctica una serie de principios psicológicos: la reestructuración cognoscitiva, o sea, cambiar las creencias o convicciones disfuncionales del enfermo, su familia e, incluso, del equipo de salud que dificultan llevar a cabo los cuidados".

 

El también secretario general de la Unión de Universidades de América Latina explicó que si la persona tiene una idea errónea, su comportamiento con frecuencia se ajustará a ella; por ejemplo, puede tomar dosis más altas de un medicamento por que cree que le harán mejor, o diminuirlas porque en su opinión "son demasiadas".  En ambos casos se modifica la posibilidad real de recuperación.

 

Otro aspecto, agregó,  es llevar un sistema de registro que les ayuda a seguir instrucciones médicas: cuándo tomar los medicamentos, asegurar que las dietas y ejercicios físicos se cumplen, etcétera.

 

Un tercer principio, abundó Sánchez Sosa, es eliminar una serie de reacciones emocionales que estorban a la recuperación, como la angustia, que provoca cambios en la presión arterial de los hipertensos.

 

El empleo de estas variables psicológicas complementa el tratamiento, con lo cual se controlan mejor los padecimientos y el dolor crónico, si lo hay (como en los casos de cáncer), y aumenta la calidad de vida. "Las partes psicológica, médica, social y familiar se orientan a restaurar la salud en la medida de lo posible; esto contribuye también a cambiar la percepción de que el enfermo crónico es una carga", señaló.

 

Por ello, consideró que en los servicios de salud preventivos o especializados deben existir expertos en comportamiento humano, quienes establezcan una "interfaz"  entre las causas biológicas que llevan a padecer una enfermedad, y las psicológicas y sociales que la pueden aminorar o, por el contrario, agravar.

 

Sin embargo, "es raro encontrar estos especialistas", los cuales se forman en estudios de posgrado impartidos por la Facultad de Psicología. A ello se suma la necesidad de que médicos, enfermeras, trabajadores sociales y psicólogos realicen un trabajo interdisciplinario, subrayó.

 

El equipo del doctor Sánchez Sosa ha trabajado con pacientes del Instituto Nacional de la Nutrición y del Hospital La Raza;  instrumentan la ayuda psicológica para enfermos del Hospital General de México y de la Unidad de Medicina Familiar 67 del Instituto Mexicano del Seguro Social.

 

En estos sitios se han sometido a prueba las intervenciones psicológicas en ensayos clínicos aleatorizados en grupos reducidos de aproximadamente 20 pacientes, y próximamente se instrumentarán a mayor escala.

 

"Una vez que tengamos datos más certeros de que se producen cambios positivos en los enfermos, se hará la recomendación al centro hospitalario y al sector salud para que adopten las iniciativas como acciones cotidianas en sus servicios", concluyó Sánchez Sosa.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

La intervención psicológica instrumentada por un experto en comportamiento humano es fundamental para la conservación o recuperación de la salud, aseguró Juan José Sánchez Sosa, de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

Foto 2

 

Juan José Sánchez Sosa, de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo que el manejo de variables psicológicas complementa el tratamiento médico, con lo cual se controlan mejor los padecimientos y el dolor crónico si lo hay (como en los casos de cáncer), y aumenta la calidad de vida.