06:00 hrs. Noviembre 23 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0962

Ciudad Universitaria

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COMBATE AL DELITO, MEDIANTE  LA DIFUSIÓN DE LA CULTURA DE LA PAZ ENTRE GRUPOS VULNERABLES

 

·        Entre ellos están los jóvenes violentos, las mujeres que han sido golpeadas y las madres solteras adolescentes: Verónica Martínez Solares

·        El principal delito cometido en la capital del país en el año 2000 fue el robo, en diferentes modalidades

·        En la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM se lleva a cabo el Diplomado “Estudio social del delito”

 

Una forma de impedir que se cometan delitos es ofrecer y establecer una cultura de la paz a través del trabajo con los grupos vulnerables -jóvenes violentos, mujeres que han sido golpeadas y madres solteras adolescentes, entre otros-, acercándose a ellos para conocer cuáles son sus problemas y atenderlos.

 

Verónica Martínez Solares, profesora del Diplomado Estudio social del delito, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), afirmó lo anterior y puntualizó que esa es la forma de evitar que se rompa la ley.

 

De acuerdo con las cifras de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, explicó, que el promedio diario de los principales delitos cometidos  en la capital del país en el año 2000 fue: robo de vehículos, 119.24 casos; robo a transeúntes, 67.17; robo en transporte de pasajeros, 32.40; robo a casas habitación, 17.28; robo  a negocios 33.89; homicidios dolosos, 1.94; lesiones dolosas, 52.51 y violaciones, 4.12.

 

Un factor más a tomar en cuenta es “la cifra negra del delito”: se calcula que entre el 60 y el 80% de éstos no se denuncian. La causa principal es la mala atención de los servidores públicos; por ello, Martínez Solares subraya que este fenómeno “tiene que ver más con las personas que con las leyes”.

 

No existen causas sino factores de riesgo que condicionan a las personas a delinquir, explicó, sin que necesariamente esto sea visto como una regla; entre ellos están los conflictos de personalidad y carácter, los neurológicos; los problemas con los padres, hermanos, amigos y parejas; los dilemas grupales (en escuelas, centros de trabajo y de diversión), y las dificultades relacionadas con políticas públicas como la mala distribución de la riqueza o la influencia negativa de los medios de comunicación, entre muchas otras.

 

La conjugación de todos estos sistemas en los individuos puede llevar a la producción de eventos delictivos que generalmente son violentos. La cuestión sobre el concepto de delito es que no resulta tan simple como decir “que son los feos, los pobres y los tontos quienes lo cometen”, aseveró la profesora del diplomado, el cual consta de cuatro módulos: Crimen y sociedad, Prevención del delito, Victimología. Una nueva forma de entender el delito y Derechos humanos.

 

En el Centro de Educación Continua de la ENTS, explicó que la delincuencia generalmente se observa desde el punto de vista de la procuración y administración de justicia; sin embargo, estos ámbitos son los más restringidos.

 

Por ello, la intención del diplomado es estudiar al delito desde un punto de vista integral y una perspectiva multidisciplinaria: se busca dotar a los especialistas de herramientas para su análisis no sólo desde el ámbito del sistema penal (policía, ministerio público, jueces). “Es verlo como resultado de la convivencia humana” y “una sola ciencia no tiene la verdad absoluta” al respecto.

 

A lo largo de la historia –recalcó- se ha considerado de forma alternada que los orígenes del delito se encuentran únicamente en los individuos, o que es producto de cuestiones sociales. Sin embargo, el acto de delinquir resulta de un proceso mucho más complejo.

 

Entre los propósitos particulares del diplomado se encuentra también determinar cuáles son los factores de riesgo antes mencionados y cómo se lograría una detección oportuna de las conductas violentas que pueden o no llevar a la comisión de delitos. Un objetivo más es exponer las estrategias que hayan resultado exitosas, por muy pequeñas que sean, como evitar las relaciones violentas entre parejas adolescentes.

 

 

 

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Una forma de impedir que se cometan delitos es ofrecer y establecer una cultura de la paz a través del trabajo con los grupos vulnerables, aseguró Verónica Martínez, de la Escuela Nacional de Trabajo Social.