Boletín UNAM-DGCS-0962
Ciudad Universitaria
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COMBATE AL DELITO, MEDIANTE LA
DIFUSIÓN DE LA CULTURA DE LA PAZ ENTRE GRUPOS VULNERABLES
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Entre ellos están los jóvenes violentos, las
mujeres que han sido golpeadas y las madres solteras adolescentes: Verónica
Martínez Solares
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El principal delito cometido en la capital
del país en el año 2000 fue el robo, en diferentes modalidades
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En la Escuela Nacional de Trabajo Social de
la UNAM se lleva a cabo el Diplomado “Estudio social del delito”
Una forma de impedir que se
cometan delitos es ofrecer y establecer una cultura de la paz a través del
trabajo con los grupos vulnerables -jóvenes violentos, mujeres que han sido
golpeadas y madres solteras adolescentes, entre otros-, acercándose a ellos
para conocer cuáles son sus problemas y atenderlos.
Verónica Martínez Solares,
profesora del Diplomado Estudio social del delito, organizado por la Escuela
Nacional de Trabajo Social (ENTS), afirmó lo anterior y puntualizó que esa es
la forma de evitar que se rompa la ley.
De acuerdo con las cifras de
la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, explicó, que el
promedio diario de los principales delitos cometidos en la capital del país en el año 2000 fue: robo de vehículos,
119.24 casos; robo a transeúntes, 67.17; robo en transporte de pasajeros,
32.40; robo a casas habitación, 17.28; robo
a negocios 33.89; homicidios dolosos, 1.94; lesiones dolosas, 52.51 y
violaciones, 4.12.
Un factor más a tomar en
cuenta es “la cifra negra del delito”: se calcula que entre el 60 y el 80% de
éstos no se denuncian. La causa principal es la mala atención de los servidores
públicos; por ello, Martínez Solares subraya que este fenómeno “tiene que ver
más con las personas que con las leyes”.
No existen causas sino factores
de riesgo que condicionan a las personas a delinquir, explicó, sin que
necesariamente esto sea visto como una regla; entre ellos están los conflictos
de personalidad y carácter, los neurológicos; los problemas con los padres,
hermanos, amigos y parejas; los dilemas grupales (en escuelas, centros de
trabajo y de diversión), y las dificultades relacionadas con políticas públicas
como la mala distribución de la riqueza o la influencia negativa de los medios
de comunicación, entre muchas otras.
La conjugación de todos estos
sistemas en los individuos puede llevar a la producción de eventos delictivos
que generalmente son violentos. La cuestión sobre el concepto de delito es que
no resulta tan simple como decir “que son los feos, los pobres y los tontos quienes
lo cometen”, aseveró la profesora del diplomado, el cual consta de cuatro
módulos: Crimen y sociedad, Prevención del delito, Victimología. Una nueva
forma de entender el delito y Derechos humanos.
En el Centro de Educación
Continua de la ENTS, explicó que la delincuencia generalmente se observa desde
el punto de vista de la procuración y administración de justicia; sin embargo,
estos ámbitos son los más restringidos.
Por ello, la intención del
diplomado es estudiar al delito desde un punto de vista integral y una
perspectiva multidisciplinaria: se busca dotar a los especialistas de
herramientas para su análisis no sólo desde el ámbito del sistema penal
(policía, ministerio público, jueces). “Es verlo como resultado de la
convivencia humana” y “una sola ciencia no tiene la verdad absoluta” al
respecto.
A lo largo de la historia
–recalcó- se ha considerado de forma alternada que los orígenes del delito se
encuentran únicamente en los individuos, o que es producto de cuestiones
sociales. Sin embargo, el acto de delinquir resulta de un proceso mucho más
complejo.
Entre los propósitos
particulares del diplomado se encuentra también determinar cuáles son los
factores de riesgo antes mencionados y cómo se lograría una detección oportuna
de las conductas violentas que pueden o no llevar a la comisión de delitos. Un
objetivo más es exponer las estrategias que hayan resultado exitosas, por muy
pequeñas que sean, como evitar las relaciones violentas entre parejas
adolescentes.
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Una forma de impedir que se cometan delitos es ofrecer y establecer una cultura de la paz a través del trabajo con los grupos vulnerables, aseguró Verónica Martínez, de la Escuela Nacional de Trabajo Social.