Boletín UNAM-DGCS-0959
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EL 50% DE LOS INVESTIGADORES DEL (SNI) SE CONCENTRA EN EL DF: DRUCKER COLÍN
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El coordinador de la Investigación
Científica de la UNAM dijo que se requiere crear la figura de
profesor-investigador nacional
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No hay condiciones para el traslado
interinstitucional de los especialistas; porque si salen de la zona
metropolitana pierden sus derechos
Para impulsar la ciencia y la tecnología en México, se debe “crear la
figura de profesor-investigador nacional, con un tabulador de ese alcance”,
pues el 50% del total de quienes están dentro del Sistema Nacional de Investigadores
(SNI) se ubican en el Distrito Federal, afirmó René Drucker Colín, coordinador
de la Investigación Científica de la UNAM.
Actualmente, señaló, no existen las condiciones para el traslado
interinstitucional de los especialistas, pues al hacerlo pierden sus derechos y
por eso no se radican fuera de la zona metropolitana, lo que imposibilita la
descentralización en estas áreas del conocimiento
“Esto es grave, porque los investigadores están concentrados en la
UNAM, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto
Politécnico Nacional (Cinvestav) y la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM)”, refirió.
En la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) ubicada en la calle
de Miguel Angel de Quevedo de esta capital, Drucker Colín agregó que -de
acuerdo con datos de 1999- hay alrededor de ocho mil científicos en nuestro
país, de los cuales sólo 73 pertenecen a universidades privadas.
Así, consideró conveniente dividir al país en cuatro o cinco regiones
geográficas, con el fin de llevar a cabo en ellas un análisis de los beneficios
que la ciencia generaría en zonas determinadas, así como las líneas
susceptibles de ser desarrolladas, con el objetivo de fortalecer las que pudieran favorecer a cada área.
También debería plantearse el crecimiento a largo plazo creado a través
de una política de Estado así como del conocimiento preciso sobre qué apoyos
dar para lograr un mayor impacto en cada entidad federativa.
Para llevar a cabo cualquier medida, afirmó Drucker Colín en el
Seminario La ciencia y la tecnología ¿para qué? organizado conjuntamente por la
UNAM y el FCE, es necesario que se invierta en ciencia y tecnología, de otra
forma ningún intento resultará.
Por su parte, Rosalba Casas, del Instituto de Investigaciones Sociales
de esta casa de estudios, destacó que el panorama actual en nuestro país
muestra “una arena de lucha por el poder de la política de ciencia y tecnología”.
Cada participante en ella, dijo, quiere conseguir recursos para sus propios
intereses, y “no hay un ejercicio encaminado a conciliarlos; es decir, no
existe realmente un eje clave, una tendencia clara de cuál será la prioridad”.
El Estado, indicó, debe jugar tres papeles en la definición de ese tipo
de política. Uno: debe ser líder en relación con el ambiente global de la
ciencia y la tecnología, en cuanto a procurar una base que las sustente
(recursos y legislación, entre otros elementos).
Dos: tiene que facilitar las interacciones entre los diferentes actores
que participan en estas actividades, con el fin de formar redes de colaboración.
Finalmente, debe sostener los factores de la innovación; esto es,
procurar las posibilidades para que las empresas adquieran o desarrollen
ciencia y tecnología, así como para comercializar y exportar los productos
resultantes de su aplicación.
Otra actividad importante sería promover un cambio en la percepción que
tienen los diferentes actores de la relación entre ciencia, tecnología y
sociedad; sin embargo, “habría que
trabajar mucho en cuanto a la responsabilidad social de cada cual”.
Daniel Reséndiz, investigador emérito de la UNAM, dijo que la primera
condición para que México sea un país desarrollado es lograr una educación de
buena calidad en general pero, en particular, de tipo científico; es decir, en
la escuela se debe enseñar el método que la ciencia usa para inferir y entender
cómo se prueban o descartan las hipótesis o el concepto de probabilidad, por
mencionar algunos de sus elementos, añadió.
Marcelino Cereijido, profesor del Cinvestav, indicó que muchas veces se
confunde el término de ciencia con el
de investigación. La primera, explicó, es una manera de interpretar la realidad
sin basarse en milagros, dogmas o revelaciones; la segunda es la capacidad de
tomar una porción desconocida de la realidad, analizarla y, si se logra alguna
conclusión, incorporarla al saber sistemático de la ciencia.
Consideró también que si en nuestro país se hace algo de ciencia es
porque ha habido algunos interesados en desarrollarla, “y si no tenemos más o
mejor es porque el gobierno y los
empresarios no le encontraron utilidad, lo cual es realmente terrible”.
Por último, Cereijido recalcó que “no vamos a resolver nada si dejamos
la planeación en gente que no sabe nada acerca de estos temas”, como ha
sucedido.
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René Drucker
Colín, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, afirmó en el
Seminario La ciencia y la tecnología ¿para qué? que para impulsar la ciencia y
la tecnología en México convendría establecer la figura de
profesor-investigador nacional
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En el Seminario La ciencia y la tecnología ¿para qué?, organizado por la UNAM y el Fondo de Cultura Económica, Marcelino Cereijido, profesor del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, destacó que si en México no tenemos más o mejor ciencia es porque el gobierno y los empresarios no le encuentran utilidad, lo cual es realmente terrible