06:00 hrs. Noviembre 22 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0959

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

EL 50% DE LOS INVESTIGADORES DEL (SNI) SE CONCENTRA EN EL DF: DRUCKER COLÍN

 

·        El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM dijo que se requiere crear la figura de profesor-investigador nacional

·        No hay condiciones para el traslado interinstitucional de los especialistas; porque si salen de la zona metropolitana pierden sus derechos

 

Para impulsar la ciencia y la tecnología en México, se debe “crear la figura de profesor-investigador nacional, con un tabulador de ese alcance”, pues el 50% del total de quienes están dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) se ubican en el Distrito Federal, afirmó René Drucker Colín, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM.

 

Actualmente, señaló, no existen las condiciones para el traslado interinstitucional de los especialistas, pues al hacerlo pierden sus derechos y por eso no se radican fuera de la zona metropolitana, lo que imposibilita la descentralización en estas áreas del conocimiento

 

“Esto es grave, porque los investigadores están concentrados en la UNAM, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)”, refirió.

 

En la librería del Fondo de Cultura Económica (FCE) ubicada en la calle de Miguel Angel de Quevedo de esta capital, Drucker Colín agregó que -de acuerdo con datos de 1999- hay alrededor de ocho mil científicos en nuestro país, de los cuales sólo 73 pertenecen a universidades privadas.

Así, consideró conveniente dividir al país en cuatro o cinco regiones geográficas, con el fin de llevar a cabo en ellas un análisis de los beneficios que la ciencia generaría en zonas determinadas, así como las líneas susceptibles de ser desarrolladas, con el objetivo de fortalecer las que  pudieran favorecer a cada área.

 

También debería plantearse el crecimiento a largo plazo creado a través de una política de Estado así como del conocimiento preciso sobre qué apoyos dar para lograr un mayor impacto en cada entidad federativa.

 

Para llevar a cabo cualquier medida, afirmó Drucker Colín en el Seminario La ciencia y la tecnología ¿para qué? organizado conjuntamente por la UNAM y el FCE, es necesario que se invierta en ciencia y tecnología, de otra forma ningún intento  resultará.

 

Por su parte, Rosalba Casas, del Instituto de Investigaciones Sociales de esta casa de estudios, destacó que el panorama actual en nuestro país muestra “una arena de lucha por el poder de la política de ciencia y tecnología”. Cada participante en ella, dijo, quiere conseguir recursos para sus propios intereses, y “no hay un ejercicio encaminado a conciliarlos; es decir, no existe realmente un eje clave, una tendencia clara de cuál será la prioridad”.

 

El Estado, indicó, debe jugar tres papeles en la definición de ese tipo de política. Uno: debe ser líder en relación con el ambiente global de la ciencia y la tecnología, en cuanto a procurar una base que las sustente (recursos y legislación, entre otros elementos).

 

Dos: tiene que facilitar las interacciones entre los diferentes actores que participan en estas actividades, con el fin de  formar redes de colaboración.

 

Finalmente, debe sostener los factores de la innovación; esto es, procurar las posibilidades para que las empresas adquieran o desarrollen ciencia y tecnología, así como para comercializar y exportar los productos resultantes de su aplicación.

 

Otra actividad importante sería promover un cambio en la percepción que tienen los diferentes actores de la relación entre ciencia, tecnología y sociedad; sin embargo,  “habría que trabajar mucho en cuanto a la responsabilidad social de cada cual”.

 

Daniel Reséndiz, investigador emérito de la UNAM, dijo que la primera condición para que México sea un país desarrollado es lograr una educación de buena calidad en general pero, en particular, de tipo científico; es decir, en la escuela se debe enseñar el método que la ciencia usa para inferir y entender cómo se prueban o descartan las hipótesis o el concepto de probabilidad, por mencionar algunos de sus elementos, añadió.

 

Marcelino Cereijido, profesor del Cinvestav, indicó que muchas veces se confunde el término  de ciencia con el de investigación. La primera, explicó, es una manera de interpretar la realidad sin basarse en milagros, dogmas o revelaciones; la segunda es la capacidad de tomar una porción desconocida de la realidad, analizarla y, si se logra alguna conclusión, incorporarla al saber sistemático de la ciencia.

 

Consideró también que si en nuestro país se hace algo de ciencia es porque ha habido algunos interesados en desarrollarla, “y si no tenemos más o mejor es porque el gobierno y  los empresarios no le encontraron utilidad, lo cual es realmente terrible”.

 

Por último, Cereijido recalcó que “no vamos a resolver nada si dejamos la planeación en gente que no sabe nada acerca de estos temas”, como ha sucedido.

 

 

 

-oOo-

FOTO 1

René Drucker Colín, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, afirmó en el Seminario La ciencia y la tecnología ¿para qué? que para impulsar la ciencia y la tecnología en México convendría establecer la figura de profesor-investigador nacional

 

FOTO 2

En el Seminario La ciencia y la tecnología ¿para qué?, organizado por la UNAM y el Fondo de Cultura Económica, Marcelino Cereijido, profesor del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, destacó que si en México no tenemos más o mejor ciencia es porque el gobierno y los empresarios no le encuentran utilidad, lo cual es realmente terrible