06:00 hrs. Noviembre 19 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0952

FES Cuautitlán

 

 

RETO DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA NACIONAL, ALCANZAR LAS NORMAS INTERNACIONALES

 

·        Se requiere homogeneizar las reglas de los diferentes  países, destacó Jorge Garduño, representante de los Laboratorios Sanofi-Synthelabo

·        Podrían intercambiarse medicamentos que sólo se producen en ciertas naciones

·        Se llevaron a cabo las “Primeras Jornadas de Farmacia” en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM

 

Uno de los principales retos que enfrenta la industria farmacéutica en el país es el de alcanzar las normas internacionales, para lo cual se requiere homogeneizar las reglas nacionales, expuso el químico farmacéutico biólogo Jorge Garduño, representante de los Laboratorios Sanofi-Synthelabo.

 

Al participar en la mesa redonda “Regulación sanitaria ante la globalización”, durante las Primeras Jornadas de Farmacia organizadas por la Sección de Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC), Garduño explicó que definitivamente “no son los mismos requisitos para almacenar un medicamento en Finlandia, que en India o en Estados Unidos de América, pues las condiciones climáticas varían”.

 

De ahí la importancia de adaptarse a las normas internacionales, cuyo cumplimiento permitiría abarcar esas diferentes condiciones y así se podría tanto vender como adquirir medicamentos de manera confiable entre diferentes países

 

El expositor refirió dos de las principales ventajas que ofrecen este tipo de medidas a dicha rama de la producción: por un lado, existen padecimientos que afectan por igual a diversas poblaciones en todo el mundo, tal es el caso de las enfermedades producto del estrés, como son la hipertensión y las de tipo cardiaco; en estos casos las empresas farmacéuticas podrían ampliar su oferta a mayor número de mercados.

 

Por otra parte, se podría contar con medicamentos que hasta ahora sólo se tienen en algunos países; sin embargo, cabe aclarar que, para administrar un nuevo medicamento en diferentes naciones -aunque éste haya sido probado en determinado país- es necesario que, dadas las diferencias genéticas entre las poblaciones, se realicen estudios clínicos previos a su venta o un monitoreo de mercado cuando se trata de un producto que no es altamente tóxico.

 

Empero, las transformaciones que exige el nuevo orden mundial también implican riesgos: “porque querer introducir tantas fórmulas, en este caso a México, puede prestarse a que se autoricen sólo con base en una revisión documental, y que lleguen al mercado sin cumplir los estándares de calidad adecuados”, indicó el QFB Garduño.

 

Al ser cuestionado sobre si las leyes mexicanas en materia de salud posibilitan competir en la globalización de medicamentos, el químico respondió: “el gobierno, a través de sus organismos correspondientes, hace un gran esfuerzo y exige a la industria farmacéutica que incremente sus estándares de calidad; lo que nos obliga cada vez más a hacer bien nuestro trabajo”.

 

Luis Muncharaz, director industrial de la planta Cuautitlán de los Laboratorios Sanofi-Synthelabo, coincidió en que esta unificación de normas permitirá una apertura comercial que redituará en beneficios económicos, aunque reparó en que se limitan las medidas proteccionistas de cada país.

 

Presentó algunos datos en los que trabajan los laboratorios en los que trabaja, con miras a hacer de ellos una industria acorde al contexto mundial. Construida en 1969, esta empresa produce 30 millones de unidades al año, entre las que figuran sólidos blancos y rojos, líquidos, efervescentes y pomadas. De ese total, 99.5% se distribuye en territorio mexicano y el 0.5% se dedica a la exportación.

Uno de los proyectos prioritarios de su empresa, dijo, consiste “en aumentar la producción a 80 millones de unidades y el objetivo a tres años es que la exportación se eleve 70%; el próximo año, nuestro destino será Latinoamérica”. A manera de conclusión, aseguró que precisamente la política de globalización está permitiendo convertir a esta planta en exportadora.

 

En la misma mesa, el químico farmacéutico biólogo Eduardo Jiménez, de Laboratorios Bayer, se refirió a una figura trascendental en este panorama caracterizado por una mayor competencia: los terceros autorizados.

 

Explicó:  “Los productos extranjeros nos van a invadir y si su calidad es superior a la de los nuestros, nos encontraremos en franca desventaja. Para evitar un tratamiento diferenciado por parte de las autoridades, respecto a una u otra empresa, existen los terceros autorizados, personas capacitadas para evaluar el registro de un medicamento y determinar, mediante un estudio de bioequivalencia, si realmente el producto es innovador y asimismo que el genérico intercambiable cumple con los requisitos de calidad”.

 

Se trata de personas físicas o morales que podrán asumir dicha figura, en tanto así lo consideren los comités técnicos, constituidos por las asociaciones que integrará la Secretaría de Salud, los expertos en los campos específicos y los representantes de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica. Lo más importante es que “sean ajenos a la autoridad y a la empresa  y, en función de su neutralidad, van a emitir un juicio, lo que nos ayudará a evitar el tratamiento diferencial de la autoridad”, abundó el QFB Jiménez.

 

 

Asimismo, destacó la necesidad de que, por una parte, los profesionistas cuenten con el respaldo de un organismo que vigile y fortalezca el nivel del ejercicio profesional y respalde su actualización, así como el que las autoridades gubernamentales dispongan de una entidad representativa de las ciencias químico farmacéuticas, legalmente capacitada para promover la revisión y expedición de leyes, reglamentos, normas, así como para emitir opiniones autorizadas sobre consultas técnicas.

 

Nuevas tendencias

 

 

Con el descubrimiento de los antibióticos en la tercera década del siglo XX, la industria farmacéutica a nivel mundial -sobre todo la estadounidense- trabajó de manera intensa en diversos proyectos para desarrollar nuevos medicamentos con base en el método científico, afirmó el académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Rodolfo Cruz Rodríguez.

 

Durante la mesa redonda “Desarrollo farmacéutico, nuevas tendencias: un reto para la industria farmacéutica”, expresó que en sus inicios la farmacéutica estaba vinculada con aspectos mágico-religiosos, pero hoy en día existen miles y miles de medicamentos sintéticos que han sido desarrollados gracias a la computación, la informática, la robótica, los novedosos sistemas de liberación de fármacos, los avances de la genómica, la biología molecular, así como los altos recursos que se invierten en la investigación farmacéutica, los cuales ascienden al 15% del monto de sus ventas.

 

Cruz Rodríguez manifestó que actualmente lo que más ha revolucionado a esta industria es por un lado el uso de liposomas, nanocápsulas y nanopartículas, así como parches transdérmicos para la administración de fármacos y, por otro,  las nuevas vías de introducción al cuerpo de éstos, como son la vaginal, la uterina y la pulmonar.

 

El académico de la FESC expresó que, para que estos sistemas de liberación de fármacos sean posibles, es necesario un largo proceso de investigación con moléculas de potencial farmacéutico, ya que de cada 10 mil, sólo una puede usarse en la industria; por ello, se busca preferentemente optimizar los fármacos ya existentes en el mercado.

 

Igualmente se observa una tendencia mundial en el establecimiento de alianzas entre el gobierno, la industria y la academia para desarrollar medicamentos, con lo cual se suman esfuerzos y se obtienen mejores resultados. En este marco la Universidad Nacional Autónoma de México puede ofrecer un apoyo muy importante y estrechar lazos con los consorcios farmacéuticos.

 

En su intervención en esta misma mesa, el ingeniero químico Primitivo Tapia, de laboratorios Columbia destacó ante  los asistentes la importancia que adquiere el entorno científico y sus avances para la generación de fármacos.

 

 

 

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