Boletín UNAM-DGCS-0952
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Se requiere homogeneizar las reglas de los
diferentes países, destacó Jorge
Garduño, representante de los Laboratorios Sanofi-Synthelabo
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Podrían intercambiarse medicamentos que sólo
se producen en ciertas naciones
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Se llevaron a cabo las “Primeras Jornadas de
Farmacia” en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM
El expositor refirió dos de las principales ventajas que ofrecen este
tipo de medidas a dicha rama de la producción: por un lado, existen
padecimientos que afectan por igual a diversas poblaciones en todo el mundo,
tal es el caso de las enfermedades producto del estrés, como son la
hipertensión y las de tipo cardiaco; en estos casos las empresas farmacéuticas
podrían ampliar su oferta a mayor número de mercados.
Por otra parte, se podría contar con medicamentos que hasta ahora sólo
se tienen en algunos países; sin embargo, cabe aclarar que, para administrar un
nuevo medicamento en diferentes naciones -aunque éste haya sido probado en
determinado país- es necesario que, dadas las diferencias genéticas entre las
poblaciones, se realicen estudios clínicos previos a su venta o un monitoreo de
mercado cuando se trata de un producto que no es altamente tóxico.
Empero, las transformaciones que exige el nuevo orden mundial también
implican riesgos: “porque querer introducir tantas fórmulas, en este caso a
México, puede prestarse a que se autoricen sólo con base en una revisión
documental, y que lleguen al mercado sin cumplir los estándares de calidad
adecuados”, indicó el QFB Garduño.
Al ser cuestionado sobre si las leyes mexicanas en materia de salud
posibilitan competir en la globalización de medicamentos, el químico respondió:
“el gobierno, a través de sus organismos correspondientes, hace un gran
esfuerzo y exige a la industria farmacéutica que incremente sus estándares de
calidad; lo que nos obliga cada vez más a hacer bien nuestro trabajo”.
Luis Muncharaz, director industrial de la
planta Cuautitlán de los Laboratorios Sanofi-Synthelabo,
coincidió en que esta unificación de normas permitirá una apertura comercial
que redituará en beneficios económicos, aunque reparó en que se limitan las
medidas proteccionistas de cada país.
Presentó algunos datos en los que trabajan los
laboratorios en los que trabaja, con miras a hacer de ellos una industria
acorde al contexto mundial. Construida en 1969, esta empresa produce 30
millones de unidades al año, entre las que figuran sólidos blancos y rojos,
líquidos, efervescentes y pomadas. De ese total, 99.5% se distribuye en
territorio mexicano y el 0.5% se dedica a la exportación.
Uno de los proyectos prioritarios de su empresa, dijo, consiste “en
aumentar la producción a 80 millones de unidades y el objetivo a tres años es
que la exportación se eleve 70%; el próximo año, nuestro destino será
Latinoamérica”. A manera de conclusión, aseguró que precisamente la política de
globalización está permitiendo convertir a esta planta en exportadora.
En la misma mesa, el químico farmacéutico biólogo Eduardo Jiménez, de
Laboratorios Bayer, se refirió a una
figura trascendental en este panorama caracterizado por una mayor competencia:
los terceros autorizados.
Explicó: “Los productos
extranjeros nos van a invadir y si su calidad es superior a la de los nuestros,
nos encontraremos en franca desventaja. Para evitar un tratamiento diferenciado
por parte de las autoridades, respecto a una u otra empresa, existen los
terceros autorizados, personas capacitadas para evaluar el registro de un
medicamento y determinar, mediante un estudio de bioequivalencia, si realmente
el producto es innovador y asimismo que el genérico intercambiable cumple con
los requisitos de calidad”.
Se
trata de personas físicas o morales que podrán asumir dicha figura, en tanto
así lo consideren los comités técnicos, constituidos por las asociaciones que
integrará la Secretaría de Salud, los expertos en los campos específicos y los
representantes de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica. Lo más
importante es que “sean ajenos a la autoridad y a la empresa y, en función de su neutralidad, van a
emitir un juicio, lo que nos ayudará a evitar el tratamiento diferencial de la
autoridad”, abundó el QFB Jiménez.
Asimismo, destacó la necesidad de que, por una parte, los
profesionistas cuenten con el respaldo de un organismo que vigile y fortalezca
el nivel del ejercicio profesional y respalde su actualización, así como el que
las autoridades gubernamentales dispongan de una entidad representativa de las
ciencias químico farmacéuticas, legalmente capacitada para promover la revisión
y expedición de leyes, reglamentos, normas, así como para emitir opiniones
autorizadas sobre consultas técnicas.
Con el descubrimiento de los
antibióticos en la tercera década del siglo XX, la industria farmacéutica a
nivel mundial -sobre todo la estadounidense- trabajó de manera intensa en
diversos proyectos para desarrollar nuevos medicamentos con base en el método
científico, afirmó el académico de la Facultad de Estudios Superiores
Cuautitlán, Rodolfo Cruz Rodríguez.
Durante la mesa redonda
“Desarrollo farmacéutico, nuevas tendencias: un reto para la industria
farmacéutica”, expresó que en sus inicios la farmacéutica estaba vinculada con
aspectos mágico-religiosos, pero hoy en día existen miles y miles de
medicamentos sintéticos que han sido desarrollados gracias a la computación, la
informática, la robótica, los novedosos sistemas de liberación de fármacos, los
avances de la genómica, la biología molecular, así como los altos recursos que
se invierten en la investigación farmacéutica, los cuales ascienden al 15% del
monto de sus ventas.
Cruz Rodríguez manifestó que
actualmente lo que más ha revolucionado a esta industria es por un lado el uso
de liposomas, nanocápsulas y nanopartículas, así como parches transdérmicos
para la administración de fármacos y, por otro, las nuevas vías de introducción al cuerpo de éstos, como son la
vaginal, la uterina y la pulmonar.
El académico de la FESC expresó que, para
que estos sistemas de liberación de fármacos sean posibles, es necesario un
largo proceso de investigación con moléculas de potencial farmacéutico, ya que
de cada 10 mil, sólo una puede usarse en la industria; por ello, se busca
preferentemente optimizar los fármacos ya existentes en el mercado.
Igualmente se observa una tendencia
mundial en el establecimiento de alianzas entre el gobierno, la industria y la
academia para desarrollar medicamentos, con lo cual se suman esfuerzos y se
obtienen mejores resultados. En este marco la Universidad Nacional Autónoma de
México puede ofrecer un apoyo muy importante y estrechar lazos con los
consorcios farmacéuticos.
En su intervención en esta misma mesa, el
ingeniero químico Primitivo Tapia, de laboratorios Columbia destacó ante los
asistentes la importancia que adquiere el entorno científico y sus avances para
la generación de fármacos.
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