Boletín UNAM-DGCS-0950
Pies de foto al final del boletín
COMPARTIRÁN CONOCIMIENTOS ESTUDIANTES DE INGENIERÍA Y PERSONAL DE LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN
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Firman convenio la
Facultad de Ingeniería de la UNAM y la Cámara Mexicana de la Industria de la
Construcción
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En materia de infraestructura aún hay
desigualdades y enormes rezagos, aseguró Gerardo Ferrando
· Dicha rama productiva genera 12 de cada 100 empleos en nuestro país: Leandro López Arceo
La Facultad de Ingeniería (FI) y la Cámara Mexicana de la
Industria de la Construcción (CMIC) firmaron un convenio de colaboración por
medio del cual ambas instancias intercambiarán información y conocimientos, de
modo que los estudiantes y personal académico de esa dependencia universitaria
aumenten sus habilidades profesionales, mejoren su desempeño y se vinculen con
esa industria.
El acuerdo da continuidad y revitaliza la relación
histórica que durante casi medio siglo ha tenido la CMIC con la FI, aseguró su
director, Gerardo Ferrando Bravo, en la Sala del Consejo Técnico de dicha
Facultad.
En los últimos 50 años, refirió, lo logrado en el país en
materia de infraestructura “es impresionante, ha habido elementos de mejoría;
pero también se requiere mucho por delante porque aún hay desigualdades y
enormes rezagos”.
Las cifras señalan un presente desolador, no para un
gremio (el de la ingeniería civil), sino para el país, el cual tiene grandes
necesidades en los ámbitos educativo, petrolero, energético, de carreteras,
puertos, aeropuertos, vías férreas, etcétera.
Uno de los problemas fundamentales para el desarrollo
nacional es el financiamiento. Ante tal problemática se deben establecer
alianzas y la participación horizontal de los actores que intervienen en el
desarrollo del país: legisladores, gobierno en sus diferentes niveles,
empresarios, gremios, academia, etcétera. De ahí la importancia del convenio,
que beneficiará a ambas partes, pero sobre todo a México, finalizó Ferrando
Bravo.
El ingeniero Leandro López Arceo, presidente de la CMIC,
mencionó que si México quiere ser un país competitivo, es necesario que su
infraestructura tenga un nivel adecuado.
La industria de la construcción genera 12 de cada 100
empleos en nuestro país (3.8 millones anuales), sólo rebasado por los sectores
agrícola y del comercio, e impacta en 37 de las 73 ramas de la actividad
económica. Empero, desde la crisis de 1995, el sector no se ha recuperado y en
la actualidad sus niveles de crecimiento son similares a los registrados en
1994.
Explicó que la competitividad de los países se mide con
base en 11 variables; una de ellas es la infraestructura, junto con otras como
el marco legal, el entorno político y la corrupción.
Sin embargo, con respecto a la primera variable, nuestro
país ocupa el lugar 54 de los 75 países que conforman el Foro Económico
Mundial, incluso por debajo de Argentina, Brasil o Chile.
El año pasado, la industria de la construcción tuvo un
“crecimiento negativo”, de menos 4.8%. Además, la mayoría de las obras que se
realizan hasta ahora se financian con deuda contingente (Pidiregas) que luego
se carga al pasivo nacional.
Ahí, añadió, hay un problema estructural, por lo cual
“mientras no exista una reforma fiscal seria, objetiva y profunda, los recursos
fiscales serán insuficientes, lo mismo que los presupuestos, y éstos en nada
ayudan a la inversión en infraestructura”.
Para lograr la competitividad y abatir los rezagos, dijo,
las necesidades en infraestructura básica para los próximos 10 años requieren
de poco más de 33 mil millones de dólares anuales.
Por ejemplo, cada año se registran en el país 750 mil
matrimonios formales, lo cual implica una necesidad de vivienda del mismo
número, más el rezago de poco más de 3.3 millones. En este rubro se requiere
una inversión anual de más de 150 mil millones de pesos.
Construir 750 mil viviendas anuales, equivalentes a las
que hay en entidades como Chihuahua o Oaxaca, implica edificar 85 viviendas por
hora, lo cual daría un detonante de empleos; empero, para lograrlo hay que
incorporar más de 13 mil hectáreas anuales del suelo ejidal al urbano; esto
representa un “cuello de botella”.
El sector salud necesita inversiones por más de cuatro
mil millones de pesos cada año y el de educación, nueve mil millones de pesos,
precisó.
Por todo ello, el país esperaría en los próximos años de
una industria nacional fuerte y capitalizada, además de ingenieros y técnicos.
El convenio busca promover entre los académicos, alumnos
y pasantes de la UNAM, los eventos que organiza la CMIC, como conferencias,
cursos, visitas técnicas a obras en ejecución, exposiciones de construcción y
seminarios.
Asimismo, esta Cámara aportará sus experiencias,
opiniones y puntos de vista para la actualización de los planes y programas de
estudio universitarios, y colaborará en la edición de publicaciones técnicas y
científicas, además de promover entre sus afiliados los servicios que ofrece
esta institución de educación superior.
El documento establece, además, la posibilidad de que los
estudiantes de la FI presten su servicio social en empresas afiliadas a la
CMIC.
Suscribieron el convenio, por parte de la UNAM, el
director de la FI y el jefe de la División de Ingeniería Civil, Topográfica y
Geodésica, Gabriel Moreno Pecero. Y en representación de la CMIC, su presidente
y director general, José Luis García Cantú, y el coordinador Nacional del
Sector Educación, Carlos Sánchez Bours.
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Foto 1
A la llegada a la
Facultad de Ingeniería, Leopoldo Lieberman, Leandro López y Gerardo Ferrando.
Foto2
Leandro López Arceo y Gerardo Ferrando Bravo durante la firma del convenio entre la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y la UNAM