12:00 hrs. Noviembre 18 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0950

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

COMPARTIRÁN CONOCIMIENTOS ESTUDIANTES DE INGENIERÍA Y PERSONAL DE LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN

 

·        Firman convenio la Facultad de Ingeniería de la UNAM y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción

·        En materia de infraestructura aún hay desigualdades y enormes rezagos, aseguró Gerardo Ferrando

·        Dicha rama productiva genera 12 de cada 100 empleos en nuestro país: Leandro López Arceo

 

La Facultad de Ingeniería (FI) y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) firmaron un convenio de colaboración por medio del cual ambas instancias intercambiarán información y conocimientos, de modo que los estudiantes y personal académico de esa dependencia universitaria aumenten sus habilidades profesionales, mejoren su desempeño y se vinculen con esa industria.

 

El acuerdo da continuidad y revitaliza la relación histórica que durante casi medio siglo ha tenido la CMIC con la FI, aseguró su director, Gerardo Ferrando Bravo, en la Sala del Consejo Técnico de dicha Facultad.

 

En los últimos 50 años, refirió, lo logrado en el país en materia de infraestructura “es impresionante, ha habido elementos de mejoría; pero también se requiere mucho por delante porque aún hay desigualdades y enormes rezagos”.

 

Las cifras señalan un presente desolador, no para un gremio (el de la ingeniería civil), sino para el país, el cual tiene grandes necesidades en los ámbitos educativo, petrolero, energético, de carreteras, puertos, aeropuertos, vías férreas, etcétera.

 

Uno de los problemas fundamentales para el desarrollo nacional es el financiamiento. Ante tal problemática se deben establecer alianzas y la participación horizontal de los actores que intervienen en el desarrollo del país: legisladores, gobierno en sus diferentes niveles, empresarios, gremios, academia, etcétera. De ahí la importancia del convenio, que beneficiará a ambas partes, pero sobre todo a México, finalizó Ferrando Bravo.

 

El ingeniero Leandro López Arceo, presidente de la CMIC, mencionó que si México quiere ser un país competitivo, es necesario que su infraestructura tenga un nivel adecuado.

 

La industria de la construcción genera 12 de cada 100 empleos en nuestro país (3.8 millones anuales), sólo rebasado por los sectores agrícola y del comercio, e impacta en 37 de las 73 ramas de la actividad económica. Empero, desde la crisis de 1995, el sector no se ha recuperado y en la actualidad sus niveles de crecimiento son similares a los registrados en 1994.

 

Explicó que la competitividad de los países se mide con base en 11 variables; una de ellas es la infraestructura, junto con otras como el marco legal, el entorno político y la corrupción.

 

Sin embargo, con respecto a la primera variable, nuestro país ocupa el lugar 54 de los 75 países que conforman el Foro Económico Mundial, incluso por debajo de Argentina, Brasil o Chile.

 

El año pasado, la industria de la construcción tuvo un “crecimiento negativo”, de menos 4.8%. Además, la mayoría de las obras que se realizan hasta ahora se financian con deuda contingente (Pidiregas) que luego se carga al pasivo nacional.

 

Ahí, añadió, hay un problema estructural, por lo cual “mientras no exista una reforma fiscal seria, objetiva y profunda, los recursos fiscales serán insuficientes, lo mismo que los presupuestos, y éstos en nada ayudan a la inversión en infraestructura”.

 

Para lograr la competitividad y abatir los rezagos, dijo, las necesidades en infraestructura básica para los próximos 10 años requieren de poco más de 33 mil millones de dólares anuales.

 

Por ejemplo, cada año se registran en el país 750 mil matrimonios formales, lo cual implica una necesidad de vivienda del mismo número, más el rezago de poco más de 3.3 millones. En este rubro se requiere una inversión anual de más de 150 mil millones de pesos.

 

Construir 750 mil viviendas anuales, equivalentes a las que hay en entidades como Chihuahua o Oaxaca, implica edificar 85 viviendas por hora, lo cual daría un detonante de empleos; empero, para lograrlo hay que incorporar más de 13 mil hectáreas anuales del suelo ejidal al urbano; esto representa un “cuello de botella”.

 

El sector salud necesita inversiones por más de cuatro mil millones de pesos cada año y el de educación, nueve mil millones de pesos, precisó.

 

Por todo ello, el país esperaría en los próximos años de una industria nacional fuerte y capitalizada, además de ingenieros y técnicos.

 

El convenio busca promover entre los académicos, alumnos y pasantes de la UNAM, los eventos que organiza la CMIC, como conferencias, cursos, visitas técnicas a obras en ejecución, exposiciones de construcción y seminarios.

 

Asimismo, esta Cámara aportará sus experiencias, opiniones y puntos de vista para la actualización de los planes y programas de estudio universitarios, y colaborará en la edición de publicaciones técnicas y científicas, además de promover entre sus afiliados los servicios que ofrece esta institución de educación superior.

 

El documento establece, además, la posibilidad de que los estudiantes de la FI presten su servicio social en empresas afiliadas a la CMIC.

 

Suscribieron el convenio, por parte de la UNAM, el director de la FI y el jefe de la División de Ingeniería Civil, Topográfica y Geodésica, Gabriel Moreno Pecero. Y en representación de la CMIC, su presidente y director general, José Luis García Cantú, y el coordinador Nacional del Sector Educación, Carlos Sánchez Bours.

 

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Foto 1

A la llegada a la Facultad de Ingeniería, Leopoldo Lieberman, Leandro López y Gerardo Ferrando.

 

Foto2

Leandro López Arceo y Gerardo Ferrando Bravo durante la firma del convenio entre la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y la UNAM