06:00 hrs. Noviembre 16 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0945

Ciudad Universitaria

 

 

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INCAPACIDAD PARA PREVENIR INCENDIOS EN MÉXICO POR FALTA DE CAPACIDAD Y RECURSOS: DÍAZ ÁVALOS

 

·        Australia y la parte oriente del Continente Americano, las zonas más afectadas en el mundo

·        En México destacan Durango y Chihuahua, afirmó el investigador del IIMAS de la UNAM

·        Presentó en el Centro de Ciencias de la Atmósfera un modelo de análisis de riesgo, para conocer la probabilidad de que ocurra un siniestro de ese tipo

 

En México somos buenos para combatir incendios forestales, pero para prevenirlos todavía tenemos muchas fallas, principalmente por la falta de personal capacitado y de recursos financieros, de ahí la importancia del uso de los llamados mapas de riesgos que calculan la ocurrencia de siniestros, indicó Carlos Díaz Ávalos, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la UNAM.

 

El investigador presentó un modelo de mapa de riesgo de la región de las Montañas Azules, al noreste del estado de Oregon, en Estados Unidos. La importancia de éste radica en que los incendios ahí son tan comunes, que siempre está cubierta de humo. Tan sólo entre el 1º de abril de 1986 y el 30 de julio de 1993 se presentaron cinco mil 820 siniestros, y se calcula que recibe las descargas de entre 10 millones y 12 millones de rayos cada año.

 

Díaz Ávalos agregó que no es muy razonable tratar de predecir dónde van a ocurrir los incendios forestales, pero sí lo es ubicar el lugar más probable en que sucedan. Y esta última es precisamente la idea de los llamados mapas o riesgo: calcular la probabilidad del siniestro.

 

Los también denominados modelos de análisis de riesgo contienen la referencia geográfica de una localidad (latitud y longitud) y la posibilidad estimada de que ocurra un incendio ahí. Con esa información se podrá determinar la distribución de los recursos para combate de incendios: en qué lugares conviene tener personal, en cuáles no; en qué época y dónde se necesitan más equipos. En síntesis, sirve para planificar.

 

Asimismo, resaltó, se utilizan datos históricos de los sitios siniestrados, así como del tipo de vegetación por áreas y elevación sobre el nivel del mar. “Lo cierto –afirmó– es que hay zonas más propensas que otras”.

 

En el auditorio del Centro de Ciencias de la Atmósfera, destacó que el fuego es una perturbación ecológica que afecta casi todas las comunidades terrestres desde que existe la superficie vegetal.

 

Sobre los factores que influyen en que haya incendios forestales, Díaz Ávalos destacó la topografía, el tipo de suelo, las condiciones climáticas; la densidad poblacional de plantas y la acumulación de biomasa, entre otros.

 

Los lugares menos propensos a este tipo de siniestros son las zonas donde la cobertura vegetal es baja, y las tropicales, porque en ellas el ambiente es muy húmedo; y las más afectadas son las de los bosques templados.

 

En Australia y la parte oeste del Continente Americano –de México hacia arriba- son las regiones más afectadas; en nuestro país destacan: Durango y Chihuahua. Sus causas pueden ser naturales, como los rayos, o provocados por el hombre, destacó al ofrecer la conferencia “Análisis de riesgo a incendios forestales”.

 

En América, este elemento ha sido considerado una calamidad, pero “no fue sino hasta que hubo un entendimiento del papel de fuego que empezó a cambiar el sentido que se tenía de él”, comentó Díaz Ávalos.

 

Recordó que en la década de los años 30, en Estados Unidos comenzó el combate sistemático de los incendios. Pero esto trajo consecuencias desfavorables, como el decaimiento del bosque, es decir, los árboles se hicieron más viejos y, por tanto,  propensos a enfermedades. La idea, decían, era tratar de entender la dinámica de los incendios.

 

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Al ofrecer la conferencia “Análisis de riesgo a incendios forestales”, Carlos Díaz Ávalos, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la UNAM, señaló que en México somos buenos para combatir incendios forestales, pero en la prevención todavía hay muchas fallas