Boletín UNAM-DGCS-0945
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INCAPACIDAD PARA
PREVENIR INCENDIOS EN MÉXICO POR FALTA DE CAPACIDAD Y RECURSOS: DÍAZ ÁVALOS
·
Australia y la parte oriente del Continente
Americano, las zonas más afectadas en el mundo
·
En México destacan Durango y Chihuahua,
afirmó el investigador del IIMAS de la UNAM
· Presentó en el Centro de Ciencias de la Atmósfera un modelo de análisis de riesgo, para conocer la probabilidad de que ocurra un siniestro de ese tipo
En México somos buenos para combatir
incendios forestales, pero para prevenirlos todavía tenemos muchas fallas,
principalmente por la falta de personal capacitado y de recursos financieros,
de ahí la importancia del uso de los llamados mapas de riesgos que calculan la
ocurrencia de siniestros, indicó Carlos Díaz Ávalos, del Instituto de
Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la UNAM.
El investigador presentó un
modelo de mapa de riesgo de la región de las Montañas Azules, al noreste del
estado de Oregon, en Estados Unidos. La importancia de éste radica en que los
incendios ahí son tan comunes, que siempre está cubierta de humo. Tan sólo
entre el 1º de abril de 1986 y el 30 de julio de 1993 se presentaron cinco mil
820 siniestros, y se calcula que recibe las descargas de entre 10 millones y 12
millones de rayos cada año.
Díaz Ávalos agregó que no es
muy razonable tratar de predecir dónde van a ocurrir los incendios forestales,
pero sí lo es ubicar el lugar más probable en que sucedan. Y esta última es
precisamente la idea de los llamados mapas o riesgo: calcular la probabilidad
del siniestro.
Los también denominados
modelos de análisis de riesgo contienen la referencia geográfica de una
localidad (latitud y longitud) y la posibilidad estimada de que ocurra un
incendio ahí. Con esa información se podrá determinar la distribución de los
recursos para combate de incendios: en qué lugares conviene tener personal, en
cuáles no; en qué época y dónde se necesitan más equipos. En síntesis, sirve
para planificar.
Asimismo, resaltó, se
utilizan datos históricos de los sitios siniestrados, así como del tipo de
vegetación por áreas y elevación sobre el nivel del mar. “Lo cierto –afirmó– es
que hay zonas más propensas que otras”.
En el auditorio del Centro de
Ciencias de la Atmósfera, destacó que el fuego es una perturbación ecológica
que afecta casi todas las comunidades terrestres desde que existe la superficie
vegetal.
Sobre los factores que
influyen en que haya incendios forestales, Díaz Ávalos destacó la topografía,
el tipo de suelo, las condiciones climáticas; la densidad poblacional de
plantas y la acumulación de biomasa, entre otros.
Los lugares menos propensos a
este tipo de siniestros son las zonas donde la cobertura vegetal es baja, y las
tropicales, porque en ellas el ambiente es muy húmedo; y las más afectadas son
las de los bosques templados.
En Australia y la parte
oeste del Continente Americano –de México hacia arriba- son las regiones más
afectadas; en nuestro país destacan: Durango y Chihuahua. Sus causas pueden ser
naturales, como los rayos, o provocados por el hombre, destacó al ofrecer la
conferencia “Análisis de riesgo a incendios forestales”.
En América, este elemento ha
sido considerado una calamidad, pero “no fue sino hasta que hubo un
entendimiento del papel de fuego que empezó a cambiar el sentido que se tenía
de él”, comentó Díaz Ávalos.
Recordó que en la década de
los años 30, en Estados Unidos comenzó el combate sistemático de los incendios.
Pero esto trajo consecuencias desfavorables, como el decaimiento del bosque, es
decir, los árboles se hicieron más viejos y, por tanto, propensos a enfermedades. La idea, decían,
era tratar de entender la dinámica de los incendios.
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Foto 1
Al ofrecer la conferencia “Análisis de riesgo a incendios
forestales”, Carlos Díaz Ávalos, del Instituto de Investigaciones en
Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la UNAM, señaló que en México somos buenos
para combatir incendios forestales, pero en la prevención todavía hay muchas
fallas