06:00 hrs. Noviembre 3 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0917

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LA UNAM, PIONERA EN EL ENTRENAMIENTO DE PERROS DE BÚSQUEDA Y RESCATE EN MÉXICO

 

·        Julio Velázquez dijo que el grupo, constituido en 1987, está conformado por voluntarios universitarios y no universitarios, y cuenta actualmente con 20 binomios (humano y animal)

·        El coordinador del Programa de Manejadores de Perros de Búsqueda y Rescate Universitario mencionó que la Universidad Nacional trabaja en acciones que permitan hacer frente a una situación de emergencia, como la que se dio en los sismos de 1985

 

El primer grupo de perros de búsqueda y rescate de México surgió en la Universidad Nacional, tras los sismos de 1985. Hoy, ya como un  programa, continúa su labor de formación de equipos binomios (un humano y un perro) entrenados, en especial, para localizar a personas vivas o muertas enterradas bajo escombros.

 

Estas duplas han prestado sus servicios en desastres como las explosiones del sector Reforma, en Guadalajara, y de la Central de Abasto de Celaya, Guanajuato; más recientemente, fueron utilizados después de la ruptura de la presa El Capulín, en Zacatecas. La actividad de los universitarios y los animales fue necesaria para detectar víctimas no reportadas.

 

También ayudan, de forma continua, a encontrar personas extraviadas, y en ocasiones cadáveres, en las zonas boscosas de la ciudad, en delegaciones como Milpa Alta, Xochimilco y Magdalena Contreras.

Julio Velázquez, coordinador del Programa de Manejadores de Perros de Búsqueda y Rescate, dijo que desde su origen (1987), el grupo, que en un inicio estuvo formado por médicos veterinarios, ha crecido y en la actualidad la UNAM otorga a los binomios que acreditan las pruebas correspondientes el título de "operatividad".

 

El grupo recibió preparación por parte de expertos del Centro de Certificación de Perros de Francia, quienes impartieron un curso propedéutico, y cuyo encargado asiste de manera periódica a esta casa de estudios para observar los trabajos que se realizan.

 

El Programa -que forma parte de la Unidad de Intervención de la Dirección de Protección Civil de la Dirección General de Servicios Generales de la UNAM- realiza muchas actividades en colaboración con otras instituciones.

 

En la actualidad el grupo, conformado por voluntarios universitarios y no universitarios, está integrado por unos 20 binomios tanto en formación como operativos.

 

Regularmente, explicó, viene una persona con su perro, pero no hay restricciones para quien no tiene un animal; quien tenga ganas puede participar.

 

Los perros no son de alguna raza en especial; el lineamiento es la talla, porque un animal pequeño puede tener problemas de desplazamiento en un terreno difícil y uno grande puede ocasionarlos. Para este tipo de trabajo son ideales los perros medianos, como los pastores alemán o australiano, los labradores, los cobradores, etcétera.

 

De forma idónea, se debe comenzar el entrenamiento con cachorros, una vez que tienen su esquema de vacunación completo. De no ser así, se puede iniciar con perros menores a dos años, “aunque hay algunos que llegaron después; depende de las posibilidades de cada animal”, señaló Julio Velázquez.

 

Agregó que para que un perro sea capaz de encontrar personas en una situación de desastre transcurren dos años de entrenamiento, desde su primera vez en que aprende a encontrar su juguete favorito, luego desarrolla sus facultades físicas (desplazamiento, olfato, etcétera) hasta hacerlas óptimas.

 

El entrenamiento incluye enfrentar obstáculos y cruzar túneles; llevar a cabo la búsqueda en terrenos difíciles o en zonas poco accesibles, así como ante explosiones y humo, olores fuertes, etcétera.

 

La formación de los manejadores tiene la misma duración, tiempo en el cual aprenden, además de primeros auxilios para humanos y perros, técnicas de radiocomunicación, navegación terrestre y rapel, entre otras.

 

El Programa universitario forma parte del Comité de Manejadores de Perros de Búsqueda y Rescate que coordina la Dirección de Protección Civil del DF. Además, se colabora con otras instituciones como las secretarías de la Defensa Nacional y la de Marina, la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública del DF, por nombrar algunas.

 

Dichos organismos trabajan en conjunto para organizar cursos que se imparten a los integrantes de cada institución. Por ejemplo, Defensa enseña técnicas de rapel –descenso con y sin perro, así como manejo de cuerdas y equipo)- y radiocomunicación; Marina, las de navegación terrestre (uso de la brújula y mapa para trasladarse de un lugar a otro); la UNAM, primeros auxilios y soporte básico de vida (incluido el autosalvamento en situación de contingencia).

 

Julio Velázquez resaltó que el Cuerpo de Bomberos universitario también participa en la impartición de cursos de combate y prevención de incendios (uso de extinguidores, control de fugas de gas, etc.).

 

Los binomios en formación más avanzados son requeridos cuando se presenta una situación de emergencia real. De ese modo, adquieren experiencia, y una vez que tanto el perro como su manejador acreditaron los exámenes de sociabilización, obediencia y búsqueda, en el primer caso, y de primeros auxilios, navegación terrestre y rapel, en el segundo, obtienen el Título de Operatividad.

 

De ese modo, la Universidad Nacional se prepara para hacer frente a una situación de emergencia como la que se dio después de los sismos de 1985. “Ojalá pasen 50 años y no se requiera nuestro trabajo; pero debemos estar listos”.

 

Sin embargo, agregó, en caso de un desastre natural de tal magnitud, serían pocos los perros operativos. Por ello, Julio Velázquez pidió a la comunidad universitaria y a la sociedad en general que participen en esta labor, en la cual no sólo se aprende, sino que se abre la posibilidad de ayudar a la ciudad y sus habitantes.

 

Los interesados, concluyó, pueden integrarse en cualquier momento, el único requisito es “tener ganas de venir y aprender; entrenamos los jueves a partir de las 17:30 horas y los sábados desde las 9:00 A.M”. Los informes de inscripción se dan en la Unidad de Intervención, en el teléfono 56-65-30-59.

 

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

Tras los sismos de 1985, en la Universidad Nacional comenzaron a entrenar binomios animal y humano para localizar personas enterradas bajo escombros.

 

 

Foto 2

El Programa  de Manejadores de Perros de Búsqueda y Rescate Universitario está integrado por unos 20 binomios animal y humano, listos para enfrentar situaciones de emergencia como sismos y explosiones, entre otras.