16:30 hrs. Octubre 30 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0908

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

RECUERDAN A MUERTOS EN “LAS ISLAS DE LA UNAM”;  MEGAOFRENDA RICA EN COLORIDO E INGENIO

 

·        Participaron 47 dependencias entre escuelas, centros y facultades, así como instituciones incorporadas de nivel medio superior y superior

·        Permanecerá expuesta hasta el próximo 3 de noviembre

·        Alumnos y profesores, apoyados por la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria, contribuyen con ingenio a  mantener una tradición

 

¡Al fin que para morir nacimos!, ¡ Ahora somos, mañana fuimos! rezan los refranes. Mas cuando nos vayamos, ¿quién se acordará de nosotros, quién nos llevará flores al panteón y quién nos llorará cada Día de Difuntos; quién nos pondrá pan de muerto y el platillo que más  disfrutábamos en vida?

 

En ese día recordamos a tantos universitarios que se quedaron en el sueño infinito, a tantos destacados docentes, alumnos e investigadores que se adelantaron en la cita con la huesuda, que ya descansan en el más allá y que hoy nomás pelan los dientes.

 

Fiel a su tarea de preservar y difundir la cultura, la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Secretaría de Servicios a la Comunidad Universitaria, organizó la exhibición de la megaofrenda que se muestra en “Las Islas” del campus de CU, la cual permanecerá hasta el 3 de noviembre.

 

En una extensión de 900 metros cuadrados, mil 200 jóvenes de 47 dependencias de la UNAM y escuelas incorporadas colocaron ingeniosas y vistosas ofrendas.

 

Ayer por la noche, se realizó una procesión por diversas facultades de la Universidad y se escenificaron pequeñas obras de teatro alusivas a los muertos, entre otras actividades, mismas que pudieron ser vistas por aproximadamente cuatro mil 500 personas.

 

Asimismo, se llevan a cabo concursos en siete categorías: poesía, “Décima Muerte”; cuento, “Letras Muertas”; calaveritas, “Palabras que Matan”; cuento, “Letras Muertas”; fotografía, “Muerte instantánea”; cartas a muertos, “Cementerio Postal”, además de danza y teatro.

 

Los premios a los ganadores en cada rubro serán de cinco mil pesos y reconocimiento al primer lugar; segundo lugar, tres mil pesos y reconocimiento, y al tercer lugar mil pesos y reconocimiento. Se podrá concursar en dos niveles: A para bachillerato y B para licenciatura y posgrado.

 

En el acto inaugural, cientos de estudiantes de escuelas y facultades de la UNAM, así como de otras instituciones de educación media superior y superior del país, dejaron su sello característico en decenas de ofrendas montadas en ese espacio al aire libre.

 

Panteones espectaculares, ofrendas de varios colores, esqueletos colgantes de los árboles como frutos maduros e inertes, estatuas humanas que representan a la muerte y sus azares, a las casaderas, a Frida Khalo, a los volcanes, y otros personajes de la vida pública nacional, son parte del espectáculo que puede apreciarse en la ofrenda.

 

El inicio de la festividad fue pletórico. Al filo de las 18:30 horas los tambores comenzaron a sonar con melodías tristes. Un grupo de monjas, viudas y demás personajes hicieron su entrada triunfal por un costado de la Rectoría; escoltaban a la Catrina, quien se contoneaba de un lado a otro.

 

“Los tambores cuánto lloran, qué tristeza, qué alharaca; es la muerte la que gime, la llorona y la calaca. Unos se visten de negro, otros de blanco y azul, pero en medio de la noche, predomina la quietud”.

 

En “Las Islas” cientos de fieles se disponen a llorar a sus difuntos, les colocan pan de muerto, frutas y un buen vinito para cubrirse del frío; les encienden veladoras de varios tamaños y adornan los lugares con papel picado multicolor.

 

Los sonidos de una gaita aparecen, de sorpresa, en medio del espejo de agua, mientras la Catrina, en su día, recorre diversos rincones del campus. Alegre y reluciente, camina con alegría, se contonea en un baile interminable y escalofriante, toda ella soberbia y apabullante.

 

A lo lejos, la música de viento apenas se percibe. Cientos de estudiantes de la Prepa 6 interpretan melodías tristes. Cabizbajos, van llorando y tristeando, como almas en pena que recorren el camposanto.

 

Todos se juntan en el centro, convergen en un solo lugar. Son almas individuales de una misma colectividad. Los alumnos, en tanto, entonan el goya que los hermana.

 

Pasado y presente convergen en “Las Islas”, los bailes paganos, las celebraciones y los rituales develan el México profundo que llevamos los universitarios y todos los mexicanos, el heredado por nuestros ancestros a través de los siglos.

 

Y es que, antes que nada, la celebración de Día de Muertos es una conmemoración a la memoria. Los rituales reafirman el tiempo sagrado, el tiempo religioso y este tiempo es primordial, de una memoria individual que se vuelve colectiva. Este ritual de las ánimas es un acto que privilegia el recuerdo sobre el olvido.

 

Así, las luces le dan forma a esta festividad: luto y alegría, tragedia y diversión, sentimientos del mexicano que tiene miedo a morir, pero que, a diferencia de otros pueblos, los refleja burlándose, al jugar y convivir con la muerte.

 

La fiesta universitaria también es un homenaje a Mictlantecuhtli, señor de la región de los muertos y miembro del panteón náhuatl. Es uno de los principales puntos de partida de esa antigua tradición, el de la dualidad vida-muerte.

 

"Somos mortales, todos habremos de irnos, todos habremos de morir en la tierra... Como una pintura, todos iremos borrando. Como una flor, nos iremos secando aquí sobre la tierra... Meditadlo, señores águilas y tigres, aunque fuerais de jade, aunque fuerais de oro, también allá iréis al lugar de los descansos. Tendremos que despertar, nadie habrá de quedar", escribió el poeta Netzahualcóyotl.

 

Pero mientras llegue el momento de partir al destino final, ¡al diablo la muerte, mientras la vida nos dure!, como reza el refrán.

 

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Pies de fotos

Foto 1

Como es ya tradicional, en Ciudad Universitaria se instaló la magna ofrenda con motivo del Día de Muertos que podrá ser visitada hasta el 3 de noviembre

Foto 2

La magna ofrenda abarca 900 metros cuadrados y en ella participaron mil 200 jóvenes

Foto 3

"Las Islas" de Ciudad Universitaria son el escenario donde se puede apreciar la magna ofrenda que por el Día de Muertos se instaló en la UNAM

Foto 4

De diversos materiales e infinidad de luces y colores están hechos los altares que forman parte de la magna ofrenda realizada en Ciudad Universitaria en ocasión del Día de Muertos