Boletín UNAM-DGCS-0906
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SENSIBILIZA EL TRABAJADOR SOCIAL SOBRE LA DONACIÓN DE ÓRGANOS
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En México se realizaron, durante el 2000, 10
mil 176 trasplantes: Ana María Velázquez Olalde, de la ENTS
· Se calcula que para satisfacer la demanda es necesario aumentar en seis o siete veces el número de transplantes
· Alertó sobre el hecho de que cualquier persona es susceptible de requerir el transplante de un órgano
Los trabajadores sociales que
se desempeñan en el área de la salud tienen un papel importante dentro del
equipo de especialistas involucrados en la donación de órganos y los
trasplantes –durante el año 2000 se registraron 10 mil 176 operaciones de este tipo en las diferentes
instituciones de salud públicas y privadas-, destacó Ana María Velázquez
Olalde, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.
Nuestra labor fundamental en
esta materia, comentó la académica, es sensibilizar a los familiares de los
posibles donadores en el sentido de que este asunto atañe a instituciones,
gobierno, sociedad y a ellos mismos; hacemos hincapié en que todos somos
susceptibles de requerir un trasplante en cualquier momento.
La también supervisora del
Departamento de Trabajo Social del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía
(INNN), informó que hay más demanda que oferta de órganos para trasplantes.
De acuerdo con cifras del año pasado,
en México se realizan aproximadamente mil trasplantes de riñón y el mismo
número de trasplantes de córnea. Aunque
se requeriría incrementar en seis o siete veces la cantidad de trasplantes que
actualmente se lleva a cabo, para satisfacer las necesidades nacionales.
Debido a que se han
incrementado las medidas preventivas como las vacunas, una mejor alimentación e
higiene, entre otras, el tiempo de vida de las personas aumenta, lo mismo que
la incidencia de enfermedades crónico-degenerativas, ante las cuales una
alternativa de curación es el trasplante de órganos.
Sin embargo, en nuestro país
existe otro obstáculo: no tenemos cultura de la donación porque hay
desconocimiento o falta de información respecto a su importancia social.
Afortunadamente, dijo Velázquez Olalde, hoy en día los medios de comunicación
masiva participan más.
Como ejemplo de la falta de
cultura de la donación mencionó que cuando se solicita a familiares de algún
paciente con muerte cerebral que donen algún órgano, argumentan que la religión
católica no se los permite, lo cual es falso. Finalmente, quienes participan
más y generalmente toman las decisiones son las mujeres.
Comentó que normalmente no es
el paciente quien dispone de sus propios órganos, sino algún miembro de la
familia.
De octubre de 2001 al mismo
mes de este año se registraron 29 donadores potenciales –17 de ellos varones–,
de los cuales finalmente sólo 10 aportaron algunos de sus órganos; unos
murieron antes por problemas infecciosos, y de otros, los familiares no
aceptaron. Tres de las donaciones fueron multiorgánicas (de córneas, riñones,
corazón e hígado).
El INNN, explicó, es sólo un
procurador, como un banco; la instancia que determina a dónde se van los
diferentes órganos donados es el Centro Nacional de Trasplantes.
La especialista, quien trabaja
desde hace 10 años en ese instituto, resaltó la importancia de que los
trabajadores sociales tengan contacto con las familias de los enfermos. En
dicho instituto, por ejemplo, “se dan pláticas cada mes o dos meses, en donde
les hablamos del tema para que ellos, desde antes de la muerte cerebral,
cuenten con la información correspondiente”.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
Los trabajadores
sociales enfocados al área de la salud juegan un papel importante dentro del
equipo de especialistas involucrados en los trasplantes de órganos, indicó Ana
María Velázquez Olalde, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de
la UNAM.
FOTO 2
En el año 2000 el número de trasplantes registrados
por las diferentes instituciones del sector salud fueron 10 mil 176, afirmó Ana
María Velázquez Olalde, profesora de la
ENTS y supervisora del Departamento de Trabajo Social del Instituto Nacional de
Neurología y Neurocirugía.