15:00 hrs. Octubre 24 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0893

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

PREMIA LA ACADEMIA DE CIENCIAS DEL TERCER MUNDO A DOS CIENTÍFICOS DE LA UNAM

 

 

Por primera vez científicos mexicanos recibirán el Premio TWAS  (por sus siglas en inglés) 2002 que otorga la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, en las especialidades de Matemáticas y Ciencias Médicas Básicas. Ellos son José Antonio de la Peña y Ranulfo Romo, de los institutos de Matemáticas (IM) y Fisiología Celular (IFC), respectivamente, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

La academia otorga estos reconocimientos con el fin de promover la excelencia científica que impulse el crecimiento sustentable en los países en desarrollo. Los investigadores universitarios fueron seleccionados por su trayectoria académica y sus aportaciones científicas.

 

De la Peña, director del IM, refirió que su trabajo matemático gira en torno a problemas de teoría de representaciones de álgebra, área “un tanto abstracta” en la cual ha desarrollado la mayor parte de su investigación científica.

 

En México, dicho ámbito de estudio es uno de los de mayor tradición y cuenta con alrededor de una decena de especialistas, constituyéndose así en uno de los grupos más fuertes e importantes del mundo en ese campo.

 

Ranulfo Romo precisó que las líneas de investigación que ha cultivado son cuatro: fisiología sensorial, mecanismos de memoria de corto plazo, control de movimientos voluntarios y, últimamente, la neurobiología de la toma de decisiones.

 

Esta última, que desarrolla en su laboratorio -considerado entre los mejores en el mundo- requiere de utilizar muchas ideas prestadas de diferentes disciplinas y cierta madurez científica: deben tomarse en cuenta conceptos básicos del funcionamiento de las células nerviosas, conocimiento anatómico del cerebro, psicofísica y teoría de detección de señales, entre otros.

 

En opinión de De la Peña, las matemáticas están, sin duda, en la base de la mayor parte de la ciencia; son la herramienta fundamental para la creación de modelos y la comprensión sistemática y metódica de las leyes de la naturaleza.

 

Por ello, contar con grupos de matemáticos haciendo investigación no sólo fortalece la creación de conocimiento en esa área, sino el desarrollo de la ciencia en todos los aspectos, abundó el también presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.

 

Asimismo, esa disciplina permite construir el pensamiento ordenado y lógico en las personas, de ahí que una buena enseñanza, atractiva y divertida para los niños y jóvenes que incluya las matemáticas, sea fundamental para la formación de los estudiantes sin importar a qué se dediquen después.

 

En México, precisó, debería prestarse más atención a la popularización de la ciencia como una vía importante para fomentar la vocación hacia carreras científicas.

 

El investigador -autor de más de 90 artículos en revistas internacionales, dos libros especializados y dos más de texto- refirió que en el país las matemáticas han madurado durante los últimos lustros. “Esta disciplina tiene una buena cantidad de representantes distinguidos que hacen un trabajo de alto nivel internacional”.

 

En este sentido, dijo, resulta natural que en algún momento lleguen distinciones, como el Premio TWAS de Ciencias Básicas 2002, para el grupo de matemáticos mexicanos. Seguramente vendrán más “porque hay una buena cantidad de especialistas líderes en sus campos a escala mundial”.

 

La distinción de la Academia es para las matemáticas mexicanas y podría significar una promoción del área, finalizó el investigador nacional.

 

Acerca de los resultados más importantes de las investigaciones del doctor Ranulfo Romo, destaca que él y sus colaboradores fueron los primeros en demostrar cómo las imágenes del medio externo pueden ser reconstruidas en la actividad de las neuronas, es decir, cómo grupos de células de la corteza cerebral representan en su actividad información sensorial de una manera muy parametrizada.

 

En segundo lugar, añadió, “mostraron, por primera vez, el valor de una representación para la percepción”, a través de la reproducción artificial de dicha actividad mediante la aceleración directa de las células.

 

Tercero, probaron que hay una representación física de la memoria, esto es, “no es tan abstracta como la gente cree”, gracias a que encontraron “el mecanismo por el cual las células guardan información en memoria de corto plazo”.

 

Cuando se trata de recordar un objeto, explicó, la idea es reconstruirlo; para ello, se toman y ponen en cierto orden piezas del objeto para poder hacerlo; este proceso es posible gracias a que de alguna forma el cerebro guarda cantidades físicas en sus circuitos”. En realidad, abundó, no sabemos cómo lo hace en memoria de largo plazo, pero sí en las de periodo reducido.

 

Finalmente, su cuarta aportación ha sido demostrar cómo las células deliberan para generar una toma de decisión y, dependiendo qué tan difícil sea la elección, esto se reflejan en la actividad de las neuronas.

 

“Se compara la información fresca que entra por los sentidos contra referentes guardados en la memoria. Si este proceso se hace apropiadamente, se genera un acto perceptual y a partir de ahí las células deliberan para tomar una decisión correcta o incorrecta”, aseveró.

 

Lo que ha hecho el investigador ha sido estudiar el mecanismo relativo a cómo interviene la memoria en algún punto del cerebro para generar la percepción y después la toma de decisiones, cuando entra una información sensorial. “Lo hemos encontrado –afirmó– es ese mecanismo en un paradigma experimental”.

 

Parece que en poco tiempo podremos entender en su totalidad cómo el cerebro genera una percepción, la cual tiene muchos componentes, indicó Ranulfo Romo.

 

Acerca del premio, indicó que “es un estímulo para seguir trabajando, pues significa saber que las horas que pasa uno en el laboratorio están bien invertidas, que reditúan en cosas nuevas”. También, es muestra de que ciencia de buena calidad se puede hacer en nuestro país; el único impedimento en este sentido “sería la falta de apoyos económicos y que el propio investigador no tenga la capacidad para llevar a cabo las investigaciones”.

 

Por otra parte, los mexicanos, junto con el resto de los ganadores de otras especialidades recibirán su reconocimiento -10 mil dólares y una placa- en octubre de 2003 en la ciudad de Pekín.

 

La agrupación científica, fundada en 1983, se compone en la actualidad de 626 científicos de 77 países. El premio TWAS, que se entrega desde 1985, ha sido concedido a otros científicos universitarios, como Luis Felipe Rodríguez, en Física, y Francisco Bolívar Zapata, en Biología.

 

 

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FOTO 1

 

Por su trayectoria académica y aportaciones científicas, José Antonio de la Peña, director del Instituto de Matemáticas de la UNAM, recibió el Premio TWAS 2002 de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo, en el área de Matemáticas.

 

FOTO 2

 

Ranulfo Romo, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, fue reconocido con el Premio TWAS 2002, en el área de las Ciencias Médicas Básicas, que otorga la Académica de Ciencias del Tercer Mundo.