15:00 hrs. Octubre 24 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0892

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

EL RECTOR DE LA UNAM ENTREGÓ LOS PREMIOS PUN Y DUNJA 2002 A 30 UNIVERSITARIOS DISTINGUIDOS

 

 

El rector Juan Ramón de la Fuente entregó el Premio Universidad Nacional 2002 y la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 2002, a 30 destacados universitarios cuyo desempeño en la docencia, la investigación y la difusión de la cultura es sobresaliente.

 

Orador central en el acto, el coordinador de la Investigación Científica, René Drucker Colín, afirmó que la Universidad, nunca indiferente a los problemas de la sociedad y la política, se asume como examinador crítico de las razones del Estado y representa una oposición real al autoritarismo y el dogmatismo.

 

Sin embargo, aseguró, recientemente los problemas surgieron porque el Estado no concuerda con la idea de universidades públicas, las cuales se ven como “escollos” para las políticas de la economía global.

 

En la actualidad, se considera que el financiamiento total de las universidades públicas por parte del Estado, combinado con el hecho de que éstas tienen control interno de sus funciones, es causal directo de sus incapacidades para ser instituciones destinadas al mercado consumidor, el cual deberá determinar su eficiencia y calidad.

 

En el Teatro “Juan Ruiz de Alarcón”, donde se reunieron representantes del Patronato, la Junta de Gobierno, los directores de las entidades universitarias, premiados y familiares, Drucker Colín subrayó que ante estas premisas la Universidad, basada su estructura en la investigación y en el fortalecimiento de la docencia para fines académicos y de mejoramiento cultural, no es costeable.

 

Lo anterior significaría, recalcó, que la UNAM reestructurara al profesorado y modificara su misión hasta moldearlos para que entienda que sus metas deben medirse en términos exclusivos de costo–beneficio. Esto, convertiría a las universidades públicas en receptoras de presupuesto en la medida que sus resultados se definan basados en indicadores determinados por el consumidor.

 

De continuar estas tendencias, advirtió, la ciencia se transformará de ser una actividad que pretende dialogar con  la naturaleza, a una a la que se obligue a hacerlo con el mercado.

 

El funcionario universitario aseveró que la universidad pública en general y la UNAM, en particular, constituyen la fuerza espiritual de esta nación y reafirman la universalidad de la cultura.

 

Por tal motivo, cuestionó si cuando se debaten las asignaciones presupuestarias no se pensará en qué escenario tendríamos los mexicanos si no existiera todo lo que representa y hace la institución y las universidades públicas.

 

“Qué no se pensará en el daño que se le puede causar a la nación por el sólo hecho de hacer estancar a la UNAM y a las demás instituciones de educación superior públicas, porque no es gremial, es un asunto de Estado”.

 

También se preguntó qué se necesitará para hacer comprender a la sociedad mexicana en su conjunto y a las autoridades de las administraciones públicas, que la UNAM es fundamental para el desarrollo nacional y para fortalecer la soberanía.

 

René Drucker consideró que las universidades deben transformarse para convertirse en un mercado de valores cuyo propósito principal es insertarse en la globalización de la economía. “Esta estrategia es inaceptable y habrá que poner resistencia a ello con la fuerza de la academia”.

 

Antes, destacó que la UNAM es generosa y rigurosa, pues los reconocimientos se otorgan mediante un impecable proceso de selección. Pero, dijo, también demuestra que es una inagotable afluencia de talento académico porque la excelencia está domiciliada en la institución.

 

A nombre de los galardonados con el Premio Universidad Nacional 2002, la doctora Nadima Simón Domínguez manifestó su preocupación por la reducción en los recursos asignados a las instituciones públicas de educación superior, los cuales representan una inversión de carácter estratégico para el país.

 

Hizo hincapié en que en la UNAM se consideren tanto la ciencia y la tecnología como las humanidades para el otorgamiento de estímulos y apoyos a la investigación y a la docencia, pero pidió a la comunidad universitaria pugnar para que en otras instituciones educativas también se otorguen estos estímulos en todas las áreas del conocimiento, incluidas la administración y las finanzas.

 

Expuso que otra preocupación central de todos los investigadores, tanto de las ciencias duras y sociales como en humanidades, incluidas las económico–administrativas, debe ser plantear propuestas para lograr el desarrollo sustentable.

 

A su vez, en representación de los merecedores de la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos, el cineasta Flavio González Mello indicó que uno de los elementos que le dan identidad a la Universidad y a quienes forman parte de ella es el reconocimiento explícito de la difusión de la cultura como una de sus tres tareas sustantivas, al mismo nivel de importancia que la docencia y la investigación.

 

Además de difundir la cultura, anotó, nuestra casa de estudios produce una parte fundamental del patrimonio artístico del país. En los hechos, la creación artística se ha convertido en una tarea esencial para la institución.

 

Ejemplo de esto, dijo, es el enorme acervo de obras generadas en la Universidad, el patrimonio artístico no limitado a los bienes muebles e inmuebles, además de las obras plásticas y arquitectónicas.

 

Expresó la necesidad de refrendar la importancia de la docencia, la investigación y la difusión de la cultura, tareas que en su conjunto dibujan el rostro de la Universidad “con la que deseamos identificarnos”.

 

Los académicos acreedores al Premio Universidad Nacional 2002 son: José de Jesús Franco López, Jaime Gonzalo Cervantes de Gortari, Ana María López Colomé, Carlos Salvador Galina Hidalgo, José Luis Orozco Alcántar, Andrea Sánchez Quintanar, Nadima Simón Domínguez, José Manuel Lastra Lastra, Mario Humberto Ruz Sosa y Laura Benítez Grobet.

 

Asimismo, María Eréndira Alonso Tejeda, José Manuel Villalpando Nava, Irene Cruz–González Espinosa, Leonel Gutiérrez Albores, Élfego Guillermo Ruiz Schneider, Luis Salas Casales, Ricardo Flores Villasana y Miguel Ángel Granados Chapa.

 

Los docentes merecedores de la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 2002 son: Sebastián Pathiyamattom Joseph, Vicente Borja Ramírez, José Luis Macías Vázquez, Ignacio Camacho Arroyo, Rosalía Vázquez Arévalo, María Alicia Mayer González, María del Carmen Curcó Cobos, Lilia Bertha Alfaro Martínez, Sergio Valencia Castrejón, Germán Buitrón Méndez, Fabiola Mireya Fuentes Nieves y Flavio González Mello.

 

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Foto 1

 

El rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, flanqueado por Enrique del Val y Francisco Rojas, a su arribo al Teatro Juan Ruiz de Alarcón, en donde entregó el Premio Universidad Nacional y la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 2002

 

 

Foto 2

 

En la ceremonia de entrega del Premio Universidad Nacional y la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos 2002, René Drucker, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, aseguró que la institución nunca será indiferente a los problemas de la sociedad y la política

 

 

Foto 3

 

Por su importante trabajo docente en Ciencias Sociales, la doctora Andrea Sánchez Quintanar fue merecedora del Premio Universidad Nacional 2002 que le entregó el rector Juan Ramón de la Fuente en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón