Boletín UNAM-DGCS-0876
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El director del Instituto de Investigaciones
Jurídicas señaló que la atención de los mismos ha aumentado en años recientes
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Los pueblos indígenas siguen en condiciones
de abandono, miseria y discriminación, aseguró el investigador universitario
José Emilio Ordóñez
· Se inauguraron las XII Jornadas lascasianas internacionales “Democracia, justicia y paz en la herencia tricontinental de América”
En los últimos años el tema de
los derechos indígenas se ha convertido en un asunto de interés y de
preocupación que concierne a todos los mexicanos, aseguró Diego Valadés,
director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Al inaugurar las XII Jornadas
lascasianas internacionales. “Democracia, justicia y paz en la herencia
tricontinental de América”, dijo que renovada interés también se ha dado en
gran parte de los países del continente Americano, lo cual ha permitido importantes
avances en la materia en naciones como Guatemala, Nicaragua, Colombia, Ecuador,
Perú, Brasil y recientemente en Venezuela.
En el auditorio “Héctor Fix
Zamudio” del IIJ, reconoció que la atención de los derechos indígenas ha ido en
aumento en años recientes. Los investigadores de este instituto que trabajan en
la materia, dijo, han participado en el diseño de un concepto y de un contenido
de los derechos indígenas en México, e impulsado la formación de una opinión
pública.
“No podemos ignorar que esa
opinión pública es resultado de conmociones sociales muy profundas, cuyo eco no
se ha apagado y que, acompañado con las reflexiones académicas, en México ha
producido una especial simbiosis“.
Diego Valadés comentó que el
tema es común a México y Guatemala, lo mismo que a todos los países del sur,
incluyendo Argentina, cuya población indígena es escasa.
Por ello, reconoció que los
aspectos de análisis que serán abordados en estas jornadas son de gran
importancia desde los ámbitos social y constitucional.
Añadió que uno de los
resultados más importantes de estos encuentros ha sido la organización de una
maestría sobre etnicidad, etnodesarrollo y derecho indígena que, de manera
conjunta, la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos y el IIJ imparten
en la ciudad de Guatemala.
El fundador y coordinador de
las jornadas, e investigador del IIJ, José Emilio Ordóñez, advirtió que hoy los
pueblos indígenas siguen en condiciones de abandono, miseria y discriminación.
El pueblo, por su parte, ve con preocupación las fracturas sociales a
consecuencia de las nuevas políticas, el desempleo, la caída del trabajo y la
degradación de los servicios públicos.
Desempleo, miseria, exclusión,
pago de la deuda externa, violencia, narcotráfico, así como ausencia del Estado
de Derecho y del Estado benefactor son situaciones que aquejan a los pueblos
indígenas, reconoció.
En el fondo, comentó, las
cuestiones nacionales y étnicas requieren la transformación democrática del
Estado nacional. La lucha por el derecho a las diferencias como expresión de
una nueva democracia es trascendental para el desarrollo de los países
pluriétnicos y pluriculturales de América.
No obstante, la recuperación
de la vida no puede darse sin la participación de los pueblos étnicos que lo
integran y de los sectores populares de la nación.
De tal suerte, dijo, quizás la
dicotomía nación-etnia en América Latina sea irreparable en su esencia por la
misma matriz histórica colonial que le dio nacimiento, pero sin duda es una
relación que puede y debe transformarse en su carácter unilateral y
unidireccional.
Ordóñez sostuvo que para tener
democracia, justicia y paz, los pueblos indios y afroamericanos requieren el
reconocimiento constitucional de su existencia como sujetos específicos al
interior de la nación, de los derechos originarios que como tales les
corresponden y de las obligaciones de los gobiernos de garantizar su ejercicio
y desarrollar la legislación pertinente, lo cual no se ha cumplido en varios
países.
Asimismo, es indispensable
establecer el derecho de los pueblos a disponer de los medios naturales y
culturales necesarios para su reproducción y crecimiento, de manera especial a
la conservación, recuperación y ampliación de las tierras y territorios que ha
ocupado tradicionalmente. Ello incluye la participación de los beneficios de la
explotación de los recursos que se localizan en sus territorios.
También se debe instrumentar
el derecho al desarrollo material y cultural de los pueblos indígenas, incluso
el que se refiere a la definición de sus propias alternativas, e impulsarlas
bajo su responsabilidad, así como la oportunidad de participar en los
beneficios del desarrollo nacional, de tal forma que se compensen los déficits
históricos, concluyó.
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