15:00 hrs. Octubre 11 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0864

Ciudad Universitaria

 

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DEPORTÓ MÉXICO A 600 MIL CENTROAMERICANOS ENTRE 1998 Y 2001

 

·        Patricia Salcido, investigadora de la FCPyS, dijo que en el 2001 el tráfico de indocumentados en la frontera sur rebasó el millón de personas, la mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador

·        El investigador del INAH, Juan Manuel Sandoval, comentó que el mayor control de las fronteras inició antes de los atentados del 11 de septiembre

·        Participaron en la mesa “Derechos Humanos de los migrantes y violencia en las fronteras”, efectuada en la UNAM

 

 

De 1998 al 2001 han sido deportados de México alrededor de 600 mil centroamericanos, y según estimaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) en el 2001 el tráfico de indocumentados en la frontera sur rebasó el millón de personas, la mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador, aseguró Patricia Salcido, investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

 

Al participar en la mesa “Derechos humanos de los migrantes y violencia en las fronteras”, dentro del “Seminario Internacional sobre Derechos Humanos y Flujos Migratorios en México y América Central”, organizado en la UNAM, dijo que de enero de 2000 a junio de 2001 más de mil 500 personas fueron detenidas por delitos relacionados con la migración; de 1995 a 2001 las querellas presentadas sólo contra "polleros" rebasó los mil casos.

Comentó que este contexto de ilegalidad migratoria encadena varios delitos del orden federal y del fuero común. Entre otros aspectos, fomenta el soborno hacia los mandos bajos de las instituciones. En algunos casos, el tráfico de drogas es el pago que se hace a policías por el permiso para trasladar migrantes.

 

Destacó que mientras más difícil sea cruzar la frontera sur y avanzar hacia Estados Unidos, los migrantes utilizarán más pasos fronterizos clandestinos con el apoyo de los polleros, quienes cada vez hacen más compleja su infraestructura y sus contactos, por lo que el precio que cobran para pasar a la gente se incrementa, consolidándolos como verdaderas bandas de traficantes de personas que operan desde Centroamérica hasta Estados Unidos.

 

Juan Manuel Sandoval, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, admitió que la política de mayor control de las fronteras no se estableció a raíz del 11 de septiembre, sino que viene de varios años atrás, de ahí que los indocumentados sean obligados a cruzar por regiones inhóspitas que los ponen en mayor vulnerabilidad.

 

Opinó que el fenómeno migratorio cubre todo el mundo, por lo que no puede verse el proceso de integración en el ámbito regional y global sin detenerse en esta problemática.

 

En ese sentido, comentó que la migración en México y Centroamérica está inmersa en la construcción de los mercados mundiales y en particular el laboral.

 

Por su parte, Jessica Solano, defensora de la población desarraigada y migrante de la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala, resaltó que a partir de la década de los 90 aumentaron la migración hacia Estados Unidos y las violaciones a los derechos humanos de los indocumentados.

 

Los atentados del 11 de septiembre provocaron un repunte en las medidas policiacas y militares del vecino país en contra de los indocumentados, las cuales, a su vez, han exacerbado las violaciones de sus derechos, pero sobre todo han sido la pauta para elaborar políticas de seguridad, nacionales y regionales, que acentuaron la vulnerabilidad de este sector.

 

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Patricia Salcido, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, informó que de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración durante el 2001 el tráfico de indocumentados en la frontera sur de México rebasó el millón de personas.