Boletín UNAM-DGCS-0864
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DEPORTÓ MÉXICO A 600 MIL CENTROAMERICANOS ENTRE 1998 Y 2001
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Patricia Salcido, investigadora de la FCPyS, dijo que en el 2001 el
tráfico de indocumentados en la frontera sur rebasó el millón de personas, la
mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador
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El investigador del INAH, Juan Manuel Sandoval, comentó que el mayor
control de las fronteras inició antes de los atentados del 11 de septiembre
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Participaron en la mesa “Derechos Humanos de los migrantes y violencia
en las fronteras”, efectuada en la UNAM
De 1998 al 2001 han sido deportados de México
alrededor de 600 mil centroamericanos, y según estimaciones del Instituto
Nacional de Migración (INM) en el 2001 el tráfico de indocumentados en la
frontera sur rebasó el millón de personas, la mayoría de Guatemala, Honduras y
El Salvador, aseguró Patricia Salcido, investigadora del Centro de Estudios
Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
Al participar en la mesa “Derechos
humanos de los migrantes y violencia en las fronteras”, dentro del “Seminario
Internacional sobre Derechos Humanos y Flujos Migratorios en México y América
Central”, organizado en la UNAM, dijo que de enero de 2000 a junio de 2001 más
de mil 500 personas fueron detenidas por delitos relacionados con la migración;
de 1995 a 2001 las querellas presentadas sólo contra "polleros"
rebasó los mil casos.
Comentó que este contexto de ilegalidad
migratoria encadena varios delitos del orden federal y del fuero común. Entre
otros aspectos, fomenta el soborno hacia los mandos bajos de las instituciones.
En algunos casos, el tráfico de drogas es el pago que se hace a policías por el
permiso para trasladar migrantes.
Destacó que mientras más difícil sea cruzar la
frontera sur y avanzar hacia Estados Unidos, los migrantes utilizarán más pasos
fronterizos clandestinos con el apoyo de los polleros, quienes cada vez hacen
más compleja su infraestructura y sus contactos, por lo que el precio que
cobran para pasar a la gente se incrementa, consolidándolos como verdaderas
bandas de traficantes de personas que operan desde Centroamérica hasta Estados
Unidos.
Juan Manuel Sandoval, del Instituto Nacional de
Antropología e Historia, admitió que la política de mayor control de las
fronteras no se estableció a raíz del 11 de septiembre, sino que viene de
varios años atrás, de ahí que los indocumentados sean obligados a cruzar por
regiones inhóspitas que los ponen en mayor vulnerabilidad.
Opinó que el fenómeno migratorio cubre todo el
mundo, por lo que no puede verse el proceso de integración en el ámbito
regional y global sin detenerse en esta problemática.
En ese sentido, comentó que la migración en
México y Centroamérica está inmersa en la construcción de los mercados
mundiales y en particular el laboral.
Por su parte, Jessica Solano, defensora de la
población desarraigada y migrante de la Procuraduría de Derechos Humanos de
Guatemala, resaltó que a partir de la década de los 90 aumentaron la migración
hacia Estados Unidos y las violaciones a los derechos humanos de los
indocumentados.
Los atentados del 11 de septiembre provocaron
un repunte en las medidas policiacas y militares del vecino país en contra de
los indocumentados, las cuales, a su vez, han exacerbado las violaciones de sus
derechos, pero sobre todo han sido la pauta para elaborar políticas de
seguridad, nacionales y regionales, que acentuaron la vulnerabilidad de este
sector.
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Patricia Salcido,
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, informó que de acuerdo con el
Instituto Nacional de Migración durante el 2001 el tráfico de indocumentados en
la frontera sur de México rebasó el millón de personas.