Boletín UNAM-DGCS-0808
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MÉXICO, MEJOR PREPARADO
PARA AFRONTAR SISMOS: KRISHNA SINGH
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Los universitarios realizan trabajos de
investigación y análisis multidisciplinarios que permiten entender las
características de los distintos suelos y su comportamiento al momento de
propagarse las ondas sísmicas
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A consecuencia de los sismos de 1985, se
iniciaron cambios importantes en la sismología mexicana; por ello, en la
actualidad estos fenómenos pueden ser analizados con mayor precisión
A 17 años de los sismos del
85, México está mejor preparado para afrontar un fenómeno de esta naturaleza,
al contar con la información capturada por los instrumentos que aportan
registros valiosos para conocer algunos de los efectos que provocan, afirmó
Krishna Singh, jefe del Departamento de Sismología y Vulcanología de la UNAM.
Destacó que la aportación más
importante de la Universidad Nacional en esta rama es mantener las redes de
sismógrafos del país, seleccionar los sitios donde ubicar estos aparatos y
analizar la información para avanzar en el conocimiento de cómo, dónde y por
qué ocurren los temblores.
Así, la UNAM realiza importantes esfuerzos para estudiar
e investigar el fenómeno de los sismos y prevenir sus consecuencias. Además, no
sólo tiene a su cargo el Servicio Sismológico Nacional, sino que cuenta con
diferentes tecnologías, como la mesa vibradora del Instituto de Ingeniería
(II), la cual permite reproducir movimientos sísmicos para analizar y evaluar
el comportamiento de estructuras diversas.
Los universitarios han realizado aportaciones
multidisciplinarias enfocadas a entender las características de los distintos
suelos, su comportamiento al momento de propagarse las ondas sísmicas, así como
el tipo de movimientos que pueden experimentar.
En opinión de Francisco José
Sánchez Sesma, director del II, en la actualidad los daños ocasionados por un
temblor de características similares al de 1985 serían menores, gracias a que después
de ese episodio se tomó mayor conciencia de la peligrosidad de estos fenómenos
y, en la actualidad, la Ciudad de México es de las mejor instrumentadas del
mundo.
Destacó que en el Valle de
México existen cerca de 200 estaciones de registro para entender el
comportamiento de los edificios ante un temblor, así como acelerógrafos de
campo libre y pozo para evaluar los efectos de un movimiento telúrico.
Especialistas como Krishna Singh coinciden en que los
sismos más significativos provienen de la costa del Pacífico y su intensidad
puede aumentar cuando la onda atraviesa la región conocida como Eje Volcánico.
Al alcanzar la zona lacustre del Valle de México, esa intensidad se incrementa,
en algunos casos, hasta cinco veces.
Dijo que en la actualidad se
analizan los temblores con mayor precisión, para comprender mejor su
comportamiento, causas y efectos.
A consecuencia del sismo de
1985, explicó, cuya magnitud fue de 8.1 grados en la escala de Richter, se
iniciaron los cambios en la sismología mexicana, como fueron el mejoramiento en
la calidad de la instrumentación y sistematización de los datos.
Con base en esa información,
se pueden estimar las consecuencias que traería un movimiento telúrico en
cualquier punto del Valle de México. Por ello, en opinión del científico,
ninguna otra ciudad del mundo tiene tantos avances en la detección de
movimientos telúricos y la respuesta de edificios.
La red de acelerógrafos del
II, en 1985 sólo registraba los eventos de los estados de Guerrero y Michoacán,
aunque en la actualidad se extiende hasta Oaxaca y el centro del país, entre
otras zonas.
Además ya se cuenta con una
red de 20 estaciones de banda ancha
-aparatos que miden con precisión el movimiento del terreno y permiten
estudiar el temblor con más detalle-, instrumento que hace 17 años no se tenía.
Asimismo, expertos del II
participan en el desarrollo de procedimientos para elevar la seguridad y
realizar labores de rehabilitación de los edificios.
Tal es el caso de la mesa
vibradora, única de su tipo en Latinoamérica, equiparable a la que se emplea en
Estados Unidos y Japón, la cual está equipada con ocho gatos hidráulicos,
instalados cuatro de ellos en posición vertical y los cuatro restantes de forma
horizontal, lo que posibilita reproducir todos los movimientos presentes en un
sismo. Sobre la mesa se instalan los modelos –hasta de 20 toneladas de peso-
para los trabajos de experimentación.
Este equipo reproduce
movimientos sísmicos para analizar y evaluar el comportamiento de estructuras
diversas, como edificios y construcciones destinadas a la vivienda.
Asimismo, en octubre pasado,
la Agencia de Cooperación Internacional del Gobierno de Japón donó equipos
satelitales y estaciones terrenas remotas al Servicio Sismológico Nacional,
adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM, por un monto de 240 mil dólares.
Con esta donación, se mejora y
amplía el número de estaciones en la Ciudad de México, así como las ubicadas en
La Paz, Baja California Sur; en Tepich, Quintana Roo, y Colonia Cuauhtémoc, en
Matías Romero, Oaxaca.
Cabe recordar que los trabajos
de investigación, análisis y prevención que realizan los académicos,
estudiantes y trabajadores de la Universidad Nacional a partir del 19 de
septiembre de 1985 están relacionados con diversas áreas y especialidades como
son la médica y psicológica; el trabajo social, la de las ingenierías de la
salud y la ecológica, entre otras.
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Ahora se pueden analizar los temblores con
mayor precisión, lo cual permite comprender mejor su comportamiento, causas y
efectos, indicó Krishna Singh, jefe del departamento de Vulcanología y
Sismología del Instituto de Geofísica.