Boletín UNAM-DGCS-0799
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AVANZA LA UNAM EN
ESTUDIOS RELACIONADOS CON EL VENENO DE ALACRÁN
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Un equipo de trabajo del Instituto de
Biotecnología, encabezado por Lourival Possani, descubrió una función de la
toxina ERG del alacrán Centuroides noxius, la cual modifica el latido cardiaco
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En el país son picadas por arácnidos 250 mil
personas al año
Descubren investigadores de la UNAM una nueva función de
la toxina ERG (Ergtoxina), contenida en el veneno del alacrán mexicano Centuriodes
noxius, que bloquea los canales iónicos (intercomunicadores celulares), causando arritmias cardiacas.
Los científicos del Instituto de Biotecnología,
encabezados por Lourival Possani, comprobaron que el bloqueo ocurre porque
dichos canales están íntimamente relacionados con el equilibrio del potasio
dentro y fuera de las células.
El doctor Possani indicó que en nuestro país más de 250
mil personas son picadas anualmente por alacranes, y que actualmente existe un
tratamiento muy efectivo: el uso de un anticuerpo ya procesado.
Hasta el momento, el grupo de investigadores logró clonar
el gen que codifica dicha toxina. Asimismo, identificaron cuáles son los
aminoácidos importantes de uno de estos canales (humanos) que interactúan con ella.
Sin embargo, reconoció el investigador, todavía no se resuelve su estructura
tridimensional.
Por ahora, destacó en la
conferencia ERGtoxina, una nueva clase de ligandos naturales encontrada en el
veneno de alacranes, no está planeado el desarrollo de un fármaco en forma
inmediata, pero es un modelo importante que puede llegar a servir para ello.
En el Auditorio del Instituto
de Fisiología Celular, añadió que en su laboratorio descubrieron muchos otros
péptidos semejantes a esta toxina en el veneno de otros alacranes mexicanos del
mismo género distribuidos en todo el país -han aislado y caracterizado 24
diferentes-, que presentan similitud con la ERG.
En México, complementó
Lourival Possani, hay más de 250 especies de alacranes; su equipo ha trabajado
sobre todo con seis de las ocho más peligrosas para el humano: Centuroides
noxius (de Nayarit); Centuroides limpidus limpidus (de Morelos y Guerrero); Centuroides
infamatus, de la zona de Guanajuato; Centuroides limpidus tecomanus, de Colima;
Centuroides elegans, de Jalisco, y Centuroides sculpturatus, de Sonora.
No han trabajado con el Centruroides
suffusus, de Durango, porque éstos ya fueron estudiados por un grupo de
investigadores franceses.
El doctor Possani recordó que los componentes del veneno
de alacrán son útiles para producir enzimas, antibióticos, analgésicos y hasta
antiepilépticos, además de péptidos bloqueadores de canales iónicos -concentrado de aminoácido que funciona como
antibiótico-, de ahí que continúan con el estudio de diferentes tipos de ese
arácnido.
Agregó que se calcula que en el mundo hay mil 500
especies de alacranes, y al menos cien mil distintos péptidos bioactivos de los
cuales el equipo de investigadores de la UNAM ha estudiado alrededor de 250.
Paralelamente, han comenzado a trabajar con alacranes no
peligrosos para el humano pero sí de gran interés científico, como el Hadrurus,
originario del estado de Guerrero, conocido como “mata-caballos”, del cual
aislaron un péptido. También han estudiado algunos de otras partes del mundo,
como Brasil, Venezuela, Colombia, Sudáfrica y Turquía.
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PIE DE FOTO
Científicos del Instituto de Biotecnología de la UNAM,
encabezados por el doctor Lourival Possani, descubrieron una función de la
toxina ERG contenida en el veneno del alacrán Centuroides noxius, la cual
modifica el latido cardiaco.