06:00 hrs. Septiembre 13 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0799

Ciudad Universitaria

 

 

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AVANZA LA UNAM EN ESTUDIOS RELACIONADOS CON EL VENENO DE ALACRÁN

 

·        Un equipo de trabajo del Instituto de Biotecnología, encabezado por Lourival Possani, descubrió una función de la toxina ERG del alacrán Centuroides noxius, la cual modifica el latido cardiaco

·        En el país son picadas por arácnidos 250 mil personas al año

 

Descubren investigadores de la UNAM una nueva función de la toxina ERG (Ergtoxina), contenida en el veneno del alacrán mexicano Centuriodes noxius, que bloquea los canales iónicos (intercomunicadores celulares),  causando arritmias cardiacas.

 

Los científicos del Instituto de Biotecnología, encabezados por Lourival Possani, comprobaron que el bloqueo ocurre porque dichos canales están íntimamente relacionados con el equilibrio del potasio dentro y fuera de las células.

 

El doctor Possani indicó que en nuestro país más de 250 mil personas son picadas anualmente por alacranes, y que actualmente existe un tratamiento muy efectivo: el uso de un anticuerpo ya procesado.

 

Hasta el momento, el grupo de investigadores logró clonar el gen que codifica dicha toxina. Asimismo, identificaron cuáles son los aminoácidos importantes de uno de estos canales (humanos) que interactúan con ella. Sin embargo, reconoció el investigador, todavía no se resuelve su estructura tridimensional.

 

Por ahora, destacó en la conferencia ERGtoxina, una nueva clase de ligandos naturales encontrada en el veneno de alacranes, no está planeado el desarrollo de un fármaco en forma inmediata, pero es un modelo importante que puede llegar a servir para ello.

 

En el Auditorio del Instituto de Fisiología Celular, añadió que en su laboratorio descubrieron muchos otros péptidos semejantes a esta toxina en el veneno de otros alacranes mexicanos del mismo género distribuidos en todo el país -han aislado y caracterizado 24 diferentes-, que presentan similitud con la ERG.

 

En México, complementó Lourival Possani, hay más de 250 especies de alacranes; su equipo ha trabajado sobre todo con seis de las ocho más peligrosas para el humano: Centuroides noxius (de Nayarit); Centuroides limpidus limpidus (de Morelos y Guerrero); Centuroides infamatus, de la zona de Guanajuato; Centuroides limpidus tecomanus, de Colima; Centuroides elegans, de Jalisco, y Centuroides sculpturatus, de Sonora.

 

No han trabajado con el Centruroides suffusus, de Durango, porque éstos ya fueron estudiados por un grupo de investigadores franceses.

 

El doctor Possani recordó que los componentes del veneno de alacrán son útiles para producir enzimas, antibióticos, analgésicos y hasta antiepilépticos, además de péptidos bloqueadores de canales iónicos  -concentrado de aminoácido que funciona como antibiótico-, de ahí que continúan con el estudio de diferentes tipos de ese arácnido.

 

Agregó que se calcula que en el mundo hay mil 500 especies de alacranes, y al menos cien mil distintos péptidos bioactivos de los cuales el equipo de investigadores de la UNAM ha estudiado  alrededor de 250.

 

Paralelamente, han comenzado a trabajar con alacranes no peligrosos para el humano pero sí de gran interés científico, como el Hadrurus, originario del estado de Guerrero, conocido como “mata-caballos”, del cual aislaron un péptido. También han estudiado algunos de otras partes del mundo, como Brasil, Venezuela, Colombia, Sudáfrica y Turquía.

 

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Científicos del Instituto de Biotecnología de la UNAM, encabezados por el doctor Lourival Possani, descubrieron una función de la toxina ERG contenida en el veneno del alacrán Centuroides noxius, la cual modifica el latido cardiaco.