13:40 hrs. Agosto 29 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0771

Ciudad Universitaria

 

 

LA FES CUAUTITLÁN IMPULSA LA PRODUCCIÓN DE OVEJAS LECHERAS MEDIANTE INSEMINACIÓN ARTIFICIAL

 

·        Esta leche es considerada la mejor para la elaboración de quesos

·        En la FES Cuautitlán aplican un programa de transferencia e inseminación para la obtención de ejemplares de raza pura

 

Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM aplican un programa de transferencia e inseminación artificial de ovejas, con lo cual se amplían las posibilidades de reproducir más ejemplares que proporcionen leche, considerada la mejor para elaborar quesos.

 

Arturo Trejo González, responsable de la cátedra "Reproducción y genética en ovinos y caprinos" de dicha facultad, señaló que la presencia de ovejas lecheras en tierra mexicana se inició apenas hace 10 años con la importación de embriones de Canadá. El traslado, dijo, conlleva el riesgo de que éstos mueran en el trayecto o que no consigan adaptarse.

 

En ese sentido, explicó que el grupo de la FES ha optado por otra alternativa: "trasladar el semen de los animales en cuestión y, por absorción, obtener primero ovejas de media sangre, lo cual ya se consiguió, para después cruzar esos machos y lograr ejemplares de tres cuartos de sangre, hasta llegar a la raza pura".

 

Mediante esta opción, añadió Trejo González, es posible obtener ovejas lecheras en función de las condiciones del sitio donde se les piensa ubicar. Las razas puras son animales pesados que requieren una buena nutrición; sin embargo, en México no todas las zonas tienen suficiente alimento para cubrir sus necesidades, por lo que no se puede introducir un animal que exige mucha comida en donde ésta falta.

 

Indicó que habrá variedades dependiendo de la zona geográfica, por ejemplo, en el desierto de San Luis Potosí se recomiendan especímenes de media sangre, porque aunque el productor obtendrá sólo 500 mililitros de leche al día durante cuatro meses en un año, esta cantidad es redituable considerando que el queso de leche de oveja tiene un mejor precio que el de cabra o vaca.

 

Para explicar las ventajas económicas, ejemplificó que una borrega normal en el campo, que produce corderos para barbacoa le deja al criador entre 400 y 600 pesos al año, mientras que con la fabricación de queso de oveja, de manera artesanal, podría obtener hasta tres mil pesos en el mismo lapso.

 

"Para que al ganadero le convenga ordeñar necesita aumentar su ganado, y para tal efecto estamos aplicando, tanto en la FES Cuautitlán como en ranchos, la inseminación artificial. La meta es que en tres años contemos con machos puros, vender sementales o continuar proporcionando el servicio de inseminación".

 

Comentó que en la actualidad en la FES ya se ordeñan borregas y se piensa extender el programa a toda la República Mexicana.

 

El catedrático universitario apuntó que este tipo de inseminación es un proceso mediante el cual los gametos masculinos son recogidos e introducidos de manera artificial en el tracto genital de la hembra, a fin de conseguir la fecundación.

 

La puesta en marcha de este proyecto, el cual coincidió con la apertura de la maestría en Producción ovina y caprina de la FES, surgió de la necesidad de impulsar el desarrollo de estas especies que para 1980 estaban relegadas por la poca importancia económica que tenían.

 

Informó que varias entidades de la República Mexicana ya han importado hembras, sobre todo de Australia, pero no machos.  Además, la adquisición de éstos en el país es relativamente difícil, porque son escasos. También se han abierto las fronteras a razas exóticas que además de caras son muy pocas y se requiere el aprovechamiento de los machos para hacer más eficiente su utilización.

 

Reconoció que a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte su grupo de trabajo comenzó a generar diversos instrumentos para efectos de la inseminación, de bajo costo y fácil adquisición.

 

Algunos de ellos fueron los electroeyaculadores, que sirven para obtener semen de un animal que no está acostumbrado al manejo de los humanos; vaginas artificiales (tubos con agua caliente que se utilizan para imitar las condiciones de la vagina de las borregas y en las cuales eyacula el macho); vaginoscopios (tubos auxiliares para observar el cerviz), con el propósito de pasar los instrumentos de inseminación; así como pistolas inseminadoras.

 

Comentó que para la aplicación de la técnica laparascópica (que permite inyectar directamente el semen en el útero de las borregas, desarrollada en Australia), los insumos necesarios fueron fabricados en la FES, con excepción del laparoscopio.

 

Así, aparte de validar la tecnología que llega del exterior, la cual debe ajustarse a los protocolos diseñados para los pequeños rumiantes y en general a las condiciones del campo mexicano, "intentamos disminuir su costo con miras a que cualquier productor pueda adoptar las técnicas”, finalizó Trejo González.

 

 

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