Boletín UNAM-DGCS-0741
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UNIVERSITARIOS PROMUEVEN LOS DERECHOS HUMANOS
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La colaboración de la Universidad Nacional
con Amnistía Internacional permitió establecer un proyecto educativo en
comunidades rurales, donde los estudiantes promueven los derechos de éstas
· Apoyan en todas las actividades que lleva a cabo AI, informaron Iván García y Roberto Zenit, del grupo de Amnistía Internacional sección México
La Universidad Nacional
Autónoma de México instituyó un Programa de Servicio Social en las oficinas de
Amnistía Internacional (AI), Sección México, donde sus alumnos y egresados
colaboran en distintas tareas.
La actividad de los
universitarios se ubica en tareas relacionadas con la liberación de los presos
de conciencia, con la Corte Penal Internacional, así como a ayudar en las
labores operativas de las oficinas y la difusión de las tareas que realiza este
organismo.
A 30 años de su fundación en
nuestro país, AI y la Universidad Nacional se coordinaron para formar un
proyecto educativo donde alumnos de la máxima casa de estudios fungirán como
promotores de los derechos humanos.
Se trata de capacitar y formar
promotores en las comunidades rurales, instituir plataformas de difusión en
derechos humanos y educar a sectores marginados de distintas localidades como
Chiapas, Oaxaca y Morelos.
Es una tarea en beneficio de
las clases sociales con menos recursos, informó Iván García Gárate, pasante de
la carrera de Ciencias Políticas y encargado del proyecto de cabildeo en la
oficina nacional de AI.
Acompañado de José Roberto
Zenit Camacho, miembro del grupo de AI de la Universidad Nacional y científico
del Instituto de Investigaciones en Materiales, García Gárate aseguró que la
mayoría de estos promotores en derechos humanos –90%-, de los más de 30, son
estudiantes o egresados de la UNAM.
Las facultades de Ciencias
Políticas y Derecho, así como las escuelas nacionales de Estudios Profesionales
Acatlán y Aragón son las instancias universitarias que actualmente forman,
capacitan e impulsan a un mayor número de ellos.
Aunque es parte fundamental de
AI hacer llamamientos a los gobiernos, aseveró, nuestra labor no sólo se limita
a proponer alternativas de solución en materia de derechos humanos, sino
también a capacitar a los miembros que pertenecen a esta organización.
“Es como sembrar semillas de
árboles de derechos humanos. Los entrenamos para que ellos, a su vez, formen a
otras personas. Es una estrategia interesante para fomentar y hacer que los
derechos de las personas sean respetados en todo el mundo”, subrayó.
Por su parte, Roberto Zenit
recordó que AI tiene más de dos millones de miembros en todo el mundo y es la
organización de derechos humanos de mayor influencia en el orbe. En ese
sentido, dijo, las universidades son un sector clave para mejorar las
relaciones humanas internacionales.
Por la cantidad de talento que
hay en las instituciones de educación superior, es importante que la
movilización venga de ellas. Son el sitio idóneo donde se encuentran los
recursos humanos necesarios para que los mandatos de AI se cumplan y los
derechos humanos se reconozcan y apliquen para todos.
El derecho a la vida, a tener
un trato digno, a no ser torturado, a contar con un trabajo y percibir un
salario decoroso, son elementos consagrados en la declaración universal sobre
derechos humanos y la base ideológica de nuestra organización, indicó Roberto
Zenit.
“Nuestra misión es tomar
acciones concretas para que esta declaración se respete. Trabajamos por la
liberación de los presos de conciencia, para que los tratados internacionales
que elevan el nivel de los derechos humanos al ámbito mundial sean ratificados
y firmados por los gobiernos; estamos en contra de la pena de muerte.
“Uno no tiene que ser un
profesional en carreras humanistas. Mi formación es puramente técnica y, sin
embargo, mi labor en derechos humanos es tan importante como la del
científico”, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 1
La UNAM cuanta desde hace tres años con un Programa de Servicio Social
en derechos humanos, donde sus egresados colaboran con Amnistía Internacional
(AI) Sección México, comentaron Iván García y Roberto Zenit.
FOTO 2
La colaboración entre la UNAM y Amnistía Internacional coadyuvó al establecimiento del proyecto educativo en comunidades rurales, donde los estudiantes fungen como promotores, indicó Iván García.