Boletín UNAM-DGCS-0740
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NO SE DETECTA EL 80 POR CIENTO DE LOS CASOS DE MALTRATO INFANTIL
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El único indicador disponible es el número
de niños atendidos en instituciones del sector público, como el DIF y el
Hospital Infantil de México, dijo Aarón Pacheco, académico de la Facultad de Medicina
· Muchas veces los menores no reciben atención médica oportuna por el miedo de los padres a ser descubiertos, señaló el pediatra Roberto Sánchez, de la FM
Sólo se detecta entre el 10 y
el 20 por ciento del total de casos de maltrato infantil en México, estimó
Aarón Pacheco Ríos, jefe de la Unidad de Investigación Nezahualcóyotl de la
Facultad de Medicina (FM).
Aunque reconoció que se
desconocen cifras precisas de este fenómeno, su presencia se ha convertido en
un conflicto reconocido en los ámbitos social, político y de la salud. Por
ejemplo, dijo, “los médicos conocemos los casos de niños maltratados que
atienden instituciones del sector público, como el DIF y el Hospital Infantil
de México”.
El ambiente de violencia que
se vive en la sociedad se refleja en los hogares, apuntó.
Por su parte, Roberto Sánchez
Ahedo, de la FM y médico pediatra, dijo que por lo regular los agresores son
los padres –y en mayor medida las madres–, quienes no procuran la atención
médica oportuna de los menores por un sentimiento de culpa o el miedo a ser
descubiertos.
Por esa razón, cuando los
infantes acuden a consulta, los especialistas de la salud buscamos, en primer
término, daños físicos como cicatrices, golpes y lesiones en huesos, destacó.
Explicó que el maltrato
infantil puede dividirse en físico, emocional, sexual, psicológico, social y
por negligencia; aunque, aclaró, muchas de estas formas de agresión se
presentan mezcladas. Por ejemplo, el daño físico generalmente está asociado al
emocional o al sexual.
En términos generales,
mencionó, el niño maltratado es retraído, agresivo y con problemas para
interrelacionarse, aunque recientemente descubrimos que estos pequeños tienden
a desarrollar habilidades para resolver problemas.
Ante el abuso sexual, abundó,
los menores presentan miedo, ansiedad, sentimiento de culpa, desconfianza y
enojo; sin embargo, algunas de estas características son difíciles de explorar
y por lo regular se detectan a través de la aplicación de pruebas proyectivas.
Además, desde el punto de
vista psicológico, puede haber retraso psicomotor y si el maltrato es
emocional, abundó, los niños tienden a permanecer aislados, silenciosos y
tristes.
Agregó que cuando existe
negligencia, los infantes evidencian falta de higiene, deficiencias
alimenticias, descuido y enfermedades parasitarias.
En los casos del maltrato
físico, el niño puede ser agresivo o destructivo; actúa con apatía y timidez, y
la mayoría de las veces presenta bajo rendimiento escolar, dijo.
Respecto de los agresores,
Pacheco Ríos aseveró que éstos son adultos incapaces de controlar sus
emociones; “habitualmente se encuentran enojados y responden de manera agresiva
ante el más mínimo estímulo. Sus actitudes son de hostilidad y tienen un alto
potencial de agresión. En ocasiones cuentan con el antecedente de haber sido
niños agredidos”.
En este sentido, subrayó,
podría decirse que el maltrato es una enfermedad de los adultos reflejada en
los menores.
Generalmente, explicó, cuando
se presenta maltrato sexual, el agresor impide que su víctima tenga amistades
con personas del sexo opuesto y habitualmente se estimula mediante el empleo de
revistas, vídeos o películas. Además, existe la posibilidad de que tenga algún
tipo de adicción.
En el caso del maltrato
emocional, el adulto devalúa psicológicamente al niño y por lo general lo hace
en público; presenta un claro rechazo hacia los menores, a quienes considera
una carga
Por lo general, acotó, un
agresor nunca se va a reconocer como tal y siempre va a tener justificaciones
para su conducta.
Se ha encontrado que los
problemas económicos y sociales, así como la frustración y la depresión,
constituyen un campo propicio para detonar el maltrato infantil.
Aunque existen otros factores
que también determinan la presencia de este problema, como el desempleo y la
falta de vivienda. Asimismo, mientras más jóvenes sean los padres, el riesgo de
maltrato será mayor; lo mismo sucede con el nivel de escolaridad, ya que cuando
éste es menor también hay mayor peligro de agresión.
Finalmente, consideró que la
prevención del maltrato infantil radica en fomentar la integración de la
familia y la eliminación del castigo corporal.
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PIES DE FOTO
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De todos los casos de maltrato infantil sólo se
detectan entre el 10 y el 20%, afirmó Aarón Pacheco, jefe de la Unidad de
Investigación Nezahualcóyotl de la Facultad de Medicina
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Los menores maltratados no reciben atención médica oportuna por el miedo
de los padres a ser descubiertos, señaló Roberto Sánchez, de la FM