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SE ESPERA MAYOR PARTICIPACIÓN DE LA IP EN EL DESARROLLO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA: CORONA TREVIÑO

· La expectativa gubernamental es que las empresas la aumenten en 40%, dijo

· El coordinador del Área de Economía de la Ciencia y la Tecnología del Posgrado de Economía de la UNAM señaló que se percibe un papel más activo del Estado en el desarrollo industrializado del país

· Necesario crear un programa impulsor de incubadoras de empresas con base tecnológica y de parques científicos

La nueva Ley de Ciencia y Tecnología se percibe con un papel más activo del Estado en el desarrollo industrializado del país, señaló Leonel Corona Treviño, coordinador del Área de Economía de la Ciencia y la Tecnología del Posgrado de Economía de la UNAM.

“La expectativa gubernamental es que las empresas aumenten hasta en un 40% su participación en las actividades de ciencia y tecnología, es decir, casi lo mismo que el gobierno pone al respecto”, indicó Corona Treviño.

Se observan signos positivos de un cambio; sin embargo, falta aumentar la diversidad de apoyos para que el desarrollo tecnológico del país sea importante en el crecimiento económico, agregó.

No obstante, planteó la necesidad de crear un programa impulsor de incubadoras de empresas con base tecnológica y de parques científicos, porque “lo que existe en nuestro país está languideciendo. La mayor parte de las incubadoras han cerrado y los parques científicos no han prosperado”.

Recordó que el Programa Especial de Ciencia y Tecnología (Pecyt) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que inició en noviembre de 2001, tiene la particularidad de enfocar, de manera importante, la participación más activa de la empresa en el desarrollo tecnológico y científico.

Serán los mecanismos y niveles de los montos “los que podrían llegar a establecer las nuevas perspectivas con relación a las nuevas formas institucionales de fomento a la ciencia y la tecnología”, señaló Corona Treviño.

Agregó que aunque los centros de investigación son los agentes centrales para la creación científica, son otras instancias las proveedoras principales de tecnología. Entre éstas, las empresas consultoras y las de ingeniería.

El también catedrático en Economía y de Ingeniería de Sistemas indicó que si bien se ha observado un avance de decisiones acorde con lo planeado (iniciativas de ley, conformación de fondos sectoriales y estatales), es necesario considerar algunos aspectos de esta nueva ley de ciencia y tecnología para mejorar los resultados.

Es decir, pese a que es la empresa el agente principal de desarrollo, “es un número pequeño el que está en posibilidades de emprenderla. Al respecto, es necesario distinguir las factorías que realizan innovaciones de las que establecen modernizaciones tecnológicas”.

Corona Treviño explicó que el contexto del ciclo económico es una variable central en el diseño de políticas para la innovación. Se sabe, por ejemplo, que durante los periodos de recesión las empresas se orientan más a innovaciones de proceso, mientras que en los de auge a creaciones de productos.

La nueva ley en la materia, dijo, es un paso adelante en comparación con las anteriores para pasar del modelo espontáneo de innovación a uno intencional.

El cambio podría llevarse a cabo, aunque queda la duda si se logrará en este sexenio, toda vez que hasta ahora no hay una participación más intensa de las empresas. En un par de años quizá podríamos ver qué tanto se incrementa la actividad de investigación y desarrollo tecnológico en las empresas de nuestro país, concluyó.

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PIES DE FOTO

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Aunque los centros de investigación son los agentes centrales para la creación científica, son otras instancias las proveedoras principales de tecnología, señaló Leonel Corona, del Posgrado de Economía

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Leonel Corona, catedrático del Posgrado de Economía, indicó que es necesario analizar a fondo algunos aspectos de la Ley de Ciencia y Tecnología para mejorar sus resultados.