06:00 hrs. Agosto 15 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0732

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

LA FACULTAD DE CIENCIAS TIENE EL MEJOR LABORATORIO DE FOTOGRAFÍA CIENTÍFICA Y  MICROSCOPÍA DEL PAÍS

 

·        Es el mejor de América Latina y tiene una producción anual de 12 mil impresiones fotográficas, señaló su coordinador, Alejandro Martínez Mena

·        Proporciona servicio de fotografía científica y microscopía a más de 30 instituciones de la Universidad Nacional y externas

 

El Laboratorio de Microcine de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM –con tres décadas de labor ininterrumpida y producción anual de 12 mil impresiones fotográficas en promedio– es el mejor no sólo del país, sino de muchos países de América Latina.

 

Proporciona servicios de fotografía científica y microscopía óptica a investigadores, profesores y alumnos de más de 30 dependencias, tanto de la UNAM como externas que requieran estas herramientas para documentar visualmente sus trabajos científicos, indicó Alejandro Martínez Mena, coordinador del Laboratorio.

 

Los trabajos realizados en el laboratorio están publicados en inglés, francés, alemán y japonés. “Esto es ver cristalizado el esfuerzo cotidiano de hacer fotografía científica, cuyo proceso en ocasiones es corto pero laborioso, sobre todo cuando se trata de cuerpos con características morfológicas particulares”.

 

Esta dependencia universitaria está equipada con microscopios computarizados de la más alta tecnología electrónica y óptica, y cuenta con vasta experiencia en el manejo de los equipos, de ahí sus resultados de calidad.

 

El especialista explicó que la fotografía científica es el medio idóneo para documentar la investigación porque permite obtener imágenes para ilustrar los hallazgos científicos.

 

Martínez Mena señaló que en el país no existe escuela o facultad donde se imparta fotografía científica como tal. La UNAM tiene algunas dependencias donde se realiza esta actividad, como los institutos de Investigaciones Biomédicas, de Fisiología Celular, de Biología, y el de Geología, entre otros, pero son centros donde el trabajo fotográfico está dirigido al objeto de estudio de cada uno.

 

Entre las ventajas de estar en la FC es que el abanico y especialización del trabajo realizado en el Laboratorio de Microcine es considerable, lo cual permite captar imágenes específicas a cuerpos enormes como un elefante, hasta organismos microscópicos como una bacteria, ello brinda el dominio de la técnica fotográfica, indicó.

 

La fotografía científica es un lenguaje, una forma de expresión que se vuelve una herramienta importante, un documento fiel para representar alguna estructura biológica o una planta. Ejemplo de ello, es la famosa Lacandonia schismática –descubierta en 1987 por el biólogo Esteban Martínez– cuyos documentos visuales fueron el comprobante de que, a diferencia del resto de las plantas, presenta sus órganos reproductores invertidos.

 

Destacó que alumnos de ese laboratorio han sido merecedores de premios nacionales e internacionales en reconocimiento a la calidad de su trabajo fotográfico y a la importancia de la imagen científica y la microscopía, en particular para el quehacer del biólogo y, en general, para las ciencias biomédicas.

 

En nuestros días, añadió el especialista universitario, las nuevas técnicas como el video y la digitalización multiplican la capacidad de esta herramienta.

 

La fotografía científica tiene aplicación en una amplia gama de áreas del conocimiento como la astronomía, la antropología, la geología y la medicina. “En el caso particular de las ciencias biológicas, disciplina que nos ha tocado explotar desde hace tres décadas, es una alternativa más de trabajo para el biólogo”.

Apuntó que además de la instrumentación de vanguardia, ese laboratorio cuenta con viejos microscopios con tecnología electrónica de bulbos –que datan de los años 60– “verdaderos tanques para nosotros”.

 

Se trata de herramientas preciosas de trabajo con ópticas de manufactura alemana de gran calidad que permiten mantener esta dinámica de trabajo.

 

En opinión de Alejandro Martínez Mena, hacer y tomar fotografía son tareas distintas. “Todos tomamos fotos pero no todos las hacemos, es como ser escritor o no, sabemos leer y escribir pero no todos somos escritores, lo mismo sucede con la fotografía.

 

“La gran mayoría tiene una cámara para la foto de cualquier ocasión    –la boda, las vacaciones, etcétera–, no así para captar una imagen específica donde se requiera destacar el motivo principal de cierto elemento y aislarlo visualmente sin que pierda su entorno, entre otras posibilidades”, señaló.

 

En ocasiones se considera que la foto más compleja es la de una modelo, un perfume o un automóvil; sin embargo, “puedo decir que resulta mucho más difícil capturar la impresión de un objeto pequeño o casi microscópico, pues para ello se requiere, en ocasiones, de espacios mayores al de una habitación de cinco por cinco metros para obtener iluminaciones especiales que dan el punto de luz a la estructura que al investigador le interesa destacar”.

 

Recordó que el laboratorio inició su trabajo a principios de los 70, cuando era una actividad poco conocida en el mundo. Si bien existían documentales de divulgación de la ciencia como los de Jacques Costeau, y posteriormente algunos trabajos de Carl Sagan, no había registros fotográficos de la naturaleza, sobre todo de organismos microscópicos.

 

La aparición de grandes cadenas de televisión como la BBC de Londres y Open University, por ejemplo, dieron impulso a la foto y al cine científicos de divulgación hasta llegar a frecuencias de televisión como National Geographic Chanel o Discovery Chanel, que permiten colocar a la fotografía científica como una labor en ebullición en el mundo.

 

El impacto de este tipo de fotografía es cada vez mayor. “Justamente esos afanes de la divulgación de la ciencia nos permiten cubrir un universo cada vez más grande, no sólo en el campo científico, sino en la formación de profesionales de alto nivel”.

 

Si bien cada vez hay más investigadores que se vuelven sus propios fotógrafos, los resultados no se comparan con la experiencia de un fotógrafo científico. Los expertos en esta técnica hacen aparecer sus imágenes a los ojos del espectador común, como algo cada vez más cotidiano, finalizó.

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Alejandro Martínez Mena, coordinador del Laboratorio de Microcine de la Facultad de Ciencias de la UNAM, indicó que esa dependencia proporciona servicios de fotografía científica y microscopía óptica a investigadores, profesores y alumnos que requieran esta herramienta para documentar visualmente sus trabajos científicos.

 

Foto 2

 

Alejandro Martínez Mena, coordinador del laboratorio de Microcine de la Facultad de Ciencias de la UNAM, destacó que esa dependencia está equipada con tecnología de vanguardia que le permite ofrecer servicios de fotografía científica a investigadores tanto de la UNAM como de instituciones externas.