Boletín UNAM-DGCS-0730
Pies de fotos al final del boletín
TRABAJAN EN UNA SUSTANCIA QUE AUMENTA LA SECRECIÓN DE INSULINA
·
En el futuro ayudaría a comprender el
funcionamiento del páncreas y, posiblemente, a combatir la diabetes
·
Esta investigación está a cargo de Marcia
Hiriart Urdanivia, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM
Descubren en el Instituto de Fisiología Celular de la
UNAM que una sustancia asociada al desarrollo del sistema nervioso también se
produce en el páncreas y aumenta la secreción de insulina, lo cual podría
ayudar a encontrar tratamientos para la diabetes, afirmó Marcia Hiriart
Urdanivia.
La investigadora explicó que en el sistema nervioso se
producen algunas proteínas que ayudan al funcionamiento y sobrevivencia de
algunas de sus células, llamadas factores de crecimiento nerviosos.
Uno de ellos, denominado factor de crecimiento neuronal,
también se produce en los sistemas inmune y endocrino. Sus investigaciones
demostraron que aquél es producido por las células beta pancreáticas, las
únicas productoras de insulina, hormona secretada predominantemente cuando
aumenta la concentración de glucosa en la sangre.
La insulina promueve la entrada de glucosa, especialmente
en las células musculares y del tejido graso, el almacenamiento de ésta en el
hígado e inhibe la liberación de la “almacenada”. Asimismo, es una hormona
importante en el metabolismo de otros nutrientes, pues interviene durante el
almacenamiento de proteínas y grasas.
Hiriart Urdanivia observó, junto con su equipo de
trabajo, que cuando las células beta pancreáticas en cultivo son expuestas al
factor de crecimiento neuronal cambian su morfología: de ser redondas comienzan
a alargarse y parecerse a las neuronas. Esto llamó su atención porque
aparentemente las células beta no tienen el mismo origen embriológico que las
neuronas.
De ahí, indicó la experta, surgió la idea de estudiar qué
otras funciones podría tener el factor de crecimiento neuronal, por lo que
analizó si tendría alguno sobre la secreción de insulina, observando que
aumenta la secreción de dicha hormona.
La investigadora detectó que las células beta producen
factor de crecimiento neuronal y lo secretan de manera similar a la insulina:
en respuesta al aumento en la concentración de glucosa extracelular. Dado que
estas células producen factor de crecimiento neuronal y responden al mismo, es
posible que esta molécula autorregule el funcionamiento de las células.
Lo anterior, dijo, es interesante “porque si se logra
bloquear al receptor del factor de crecimiento neuronal, o bien poner un
anticuerpo que neutralice al factor, la secreción de insulina estimulada por la
glucosa disminuye hasta en un 40 por ciento”.
El factor de crecimiento neuronal, destacó, no lo
secretan todos los tejidos. “En el páncreas lo producen las células beta, y
posiblemente algún otro tipo de célula en los islotes pancreáticos”, señaló.
Otros investigadores han informado que, en los pacientes
diabéticos, el nivel de factor de crecimiento neuronal que circula en la sangre
se encuentra disminuido, lo cual se ha asociado con una complicación de esta
enfermedad, denominada neuropatía diabética, caracterizada por deficiencias en
el control del movimiento y en la sensación de dolor.
Como todo los estudios de ciencia básica, agregó, es
probable que esta investigación pueda ser aplicada. “Por ejemplo: si podemos
asociar la disminución del factor de crecimiento neuronal pancreático con la
diabetes, podría encontrarse algún mecanismo para detener el deterioro o
aumentar la sobrevivencia de las células beta a través de los factores de
crecimiento y, con ello, ayudar a controlar dicha enfermedad y sus
complicaciones”.
Hiriart Urdanivia recordó el reconocimiento de los dos
tipos de diabetes. En la tipo 1 (también llamada juvenil) el sistema inmune
destruye las células que producen la insulina, con lo que se genera una extrema
deficiencia de esta hormona, por lo que también se le conoce como diabetes
dependiente de insulina.
La diabetes tipo 2 (del adulto) es la más frecuente; el
90% de los casos corresponden a ésta. La manifestación primaria es que las
células del hígado, del tejido graso y de los músculos, entre otros, dejan de
responder apropiadamente a la insulina, lo cual se conoce como resistencia a la
insulina. Esto ocasiona que el nivel de glucosa en la sangre permanezca siempre
alto, hasta que las células que producen la insulina se descomponen y dejan de
producirla de manera adecuada.
Frecuentemente la resistencia a la insulina y la diabetes
tipo 2 están asociadas a la obesidad. Sin embargo, es claro que el origen de
este padecimiento es multifactorial, ya que no todas las personas obesas
desarrollan diabetes; hay personas que son más susceptibles que otras, lo cual
indica que hay algunos genes que podrían estar implicados.
Cuando la insulina no actúa bien sobre los tejidos que
tiene que hacerlo, ya sea porque se está produciendo insuficientemente o no
responden a ella de manera adecuada, se genera la diabetes mellitus, un
síndrome, ya que comprende un grupo heterogéneo de padecimientos que pueden
tener distintos orígenes, donde el factor común es una concentración alta de
glucosa en la sangre o hiperglucemia.
Resulta evidente la necesidad de continuar investigando
el funcionamiento de las células beta sanas y enfermas, ya que la diabetes
mellitus hoy en día tiene características de epidemia en México y en el mundo,
concluyó.
-o0o-
PIES DE FOTO
Foto 1
Marcia Hiriart,
investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, y su grupo de
trabajo descubrieron que existe en el organismo humano una substancia orgánica
que naturalmente aumenta la secreción de insulina
Foto 2
Es posible que los trabajos acerca de la insulina de Marcia Hiriart
Urdanivia, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, ayuden
a combatir la diabetes