06:00 hrs. Agosto 14 de 2002


Boletín UNAM-DGCS-0730

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

 

TRABAJAN EN UNA SUSTANCIA QUE AUMENTA LA SECRECIÓN DE INSULINA

 

·        En el futuro ayudaría a comprender el funcionamiento del páncreas y, posiblemente, a combatir la diabetes

·        Esta investigación está a cargo de Marcia Hiriart Urdanivia, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM

 

Descubren en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM que una sustancia asociada al desarrollo del sistema nervioso también se produce en el páncreas y aumenta la secreción de insulina, lo cual podría ayudar a encontrar tratamientos para la diabetes, afirmó Marcia Hiriart Urdanivia.

 

La investigadora explicó que en el sistema nervioso se producen algunas proteínas que ayudan al funcionamiento y sobrevivencia de algunas de sus células, llamadas factores de crecimiento nerviosos.

 

Uno de ellos, denominado factor de crecimiento neuronal, también se produce en los sistemas inmune y endocrino. Sus investigaciones demostraron que aquél es producido por las células beta pancreáticas, las únicas productoras de insulina, hormona secretada predominantemente cuando aumenta la concentración de glucosa en la sangre.

 

La insulina promueve la entrada de glucosa, especialmente en las células musculares y del tejido graso, el almacenamiento de ésta en el hígado e inhibe la liberación de la “almacenada”. Asimismo, es una hormona importante en el metabolismo de otros nutrientes, pues interviene durante el almacenamiento de proteínas y grasas.

 

Hiriart Urdanivia observó, junto con su equipo de trabajo, que cuando las células beta pancreáticas en cultivo son expuestas al factor de crecimiento neuronal cambian su morfología: de ser redondas comienzan a alargarse y parecerse a las neuronas. Esto llamó su atención porque aparentemente las células beta no tienen el mismo origen embriológico que las neuronas.

 

De ahí, indicó la experta, surgió la idea de estudiar qué otras funciones podría tener el factor de crecimiento neuronal, por lo que analizó si tendría alguno sobre la secreción de insulina, observando que aumenta la secreción de dicha hormona.

 

La investigadora detectó que las células beta producen factor de crecimiento neuronal y lo secretan de manera similar a la insulina: en respuesta al aumento en la concentración de glucosa extracelular. Dado que estas células producen factor de crecimiento neuronal y responden al mismo, es posible que esta molécula autorregule el funcionamiento de las células.

 

Lo anterior, dijo, es interesante “porque si se logra bloquear al receptor del factor de crecimiento neuronal, o bien poner un anticuerpo que neutralice al factor, la secreción de insulina estimulada por la glucosa disminuye hasta en un 40 por ciento”.

 

El factor de crecimiento neuronal, destacó, no lo secretan todos los tejidos. “En el páncreas lo producen las células beta, y posiblemente algún otro tipo de célula en los islotes pancreáticos”, señaló.

 

Otros investigadores han informado que, en los pacientes diabéticos, el nivel de factor de crecimiento neuronal que circula en la sangre se encuentra disminuido, lo cual se ha asociado con una complicación de esta enfermedad, denominada neuropatía diabética, caracterizada por deficiencias en el control del movimiento y en la sensación de dolor.

 

Como todo los estudios de ciencia básica, agregó, es probable que esta investigación pueda ser aplicada. “Por ejemplo: si podemos asociar la disminución del factor de crecimiento neuronal pancreático con la diabetes, podría encontrarse algún mecanismo para detener el deterioro o aumentar la sobrevivencia de las células beta a través de los factores de crecimiento y, con ello, ayudar a controlar dicha enfermedad y sus complicaciones”.

 

Hiriart Urdanivia recordó el reconocimiento de los dos tipos de diabetes. En la tipo 1 (también llamada juvenil) el sistema inmune destruye las células que producen la insulina, con lo que se genera una extrema deficiencia de esta hormona, por lo que también se le conoce como diabetes dependiente de insulina.

 

La diabetes tipo 2 (del adulto) es la más frecuente; el 90% de los casos corresponden a ésta. La manifestación primaria es que las células del hígado, del tejido graso y de los músculos, entre otros, dejan de responder apropiadamente a la insulina, lo cual se conoce como resistencia a la insulina. Esto ocasiona que el nivel de glucosa en la sangre permanezca siempre alto, hasta que las células que producen la insulina se descomponen y dejan de producirla de manera adecuada.

 

Frecuentemente la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 están asociadas a la obesidad. Sin embargo, es claro que el origen de este padecimiento es multifactorial, ya que no todas las personas obesas desarrollan diabetes; hay personas que son más susceptibles que otras, lo cual indica que hay algunos genes que podrían estar implicados.

 

Cuando la insulina no actúa bien sobre los tejidos que tiene que hacerlo, ya sea porque se está produciendo insuficientemente o no responden a ella de manera adecuada, se genera la diabetes mellitus, un síndrome, ya que comprende un grupo heterogéneo de padecimientos que pueden tener distintos orígenes, donde el factor común es una concentración alta de glucosa en la sangre o hiperglucemia.

 

Resulta evidente la necesidad de continuar investigando el funcionamiento de las células beta sanas y enfermas, ya que la diabetes mellitus hoy en día tiene características de epidemia en México y en el mundo, concluyó.

 

 

-o0o-

 


 

PIES DE FOTO

 

Foto 1

 

Marcia Hiriart, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, y su grupo de trabajo descubrieron que existe en el organismo humano una substancia orgánica que naturalmente aumenta la secreción de insulina

 

 

Foto 2

 

Es posible que los trabajos acerca de la insulina de Marcia Hiriart Urdanivia, investigadora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, ayuden a combatir la diabetes