Boletín UNAM-DGCS-0722
Pies de fotos al final del boletín
PÉRDIDA DEL 1% ANUAL DE LAS SELVAS DE MÉXICO
·
Miguel Martínez Ramos, del Instituto de Ecología, afirmó que debe
mantenerse el balance entre la satisfacción de las necesidades humanas y la
conservación de los sistemas biológicos
·
Trabaja en entender los mecanismos naturales de regeneración de selvas y
en la recuperación de vegetación de selva en potreros abandonados
En nuestro país, la tasa de deforestación de
selvas húmedas durante las últimas tres décadas fue de alrededor del 1% anual,
según datos del Instituto Nacional de
Ecología. Antes de la revolución
industrial, cerca del 15% del territorio nacional estaba cubierto por ese tipo
de ecosistema y en la actualidad, de acuerdo con el Inventario Nacional
Forestal 2001, el porcentaje no rebasa el 5.1%.
Miguel Martínez Ramos, investigador del
Instituto de Ecología de la UNAM (campus Morelia), afirmó que no se puede
pensar en la conservación de selvas sin considerar las demandas de desarrollo.
La situación es hacerlo racional y organizado,
con el propósito de mantener el equilibrio entre la satisfacción de las
necesidades humanas y la conservación de los sistemas biológicos, fundamentales
no sólo por la riqueza de la flora y la fauna que contienen, sino por la
función ambiental que desempeñan.
Actividades agrícolas y pecuarias, así como la
proliferación de centros de población y de infraestructura (por ejemplo, presas
hidroeléctricas), causan la pérdida de selvas en México.
Martínez Ramos refirió que la deforestación
varía en las diversas regiones del país. Por ejemplo, en Veracruz y Tabasco han
estado sujetos a fuertes niveles de tala, de modo que ya no hay extensiones
considerables de selvas húmedas.
En Chiapas, la existencia de áreas protegidas,
como la Reserva Integral de Montes Azules (de 400 mil hectáreas), forma parte
de las medidas para conservar ese tipo de ecosistema. Se trata de impulsar
acciones racionales de uso de recursos naturales en las comunidades, con ayuda
de instituciones gubernamentales, civiles y académicas.
Empero, existen otras zonas en esa entidad que
han registrado deforestación considerable, como Marqués de Comillas, comunidad
que surgió hace 30 años mediante la dotación de terrenos. En ese lapso, la
cobertura vegetal original se redujo 30%; la mitad del suelo transformado se
dedica a la ganadería. Ahí, Miguel Martínez trabaja para recuperar la selva en
los potreros abandonados.
En dicha región se registran diferentes tipos
de suelo: los de mayor productividad están cerca de los márgenes de los ríos, y
los más pobres y arenosos se hallan en las lomas.
Con el tiempo, los últimos pierden los
nutrientes y su capacidad productiva y se convierten a largo plazo en
pastizales, ya que al principio ni los pastos crecen, por lo cual son
abandonados.
"Cuando hay niveles de degradación
importantes, las tierras son invadidas por malezas que no permiten la
recuperación del bosque; aunque las semillas lleguen, las condiciones del suelo
ya no son favorables para el desarrollo de las plantas de la selva",
precisó.
Para recuperar la selva, el investigador
universitario trata de entender los fenómenos ecológicos involucrados en el
denominado proceso de sucesión secundaria, el cual permite el restablecimiento
de plantas y animales en áreas alteradas. Además, explora la incorporación,
primero, de especies vegetales de crecimiento rápido y luego otras de vida
media hasta alcanzar un bosque maduro.
Asimismo, se determina qué especies de
importancia ecológica en el proceso de regeneración tienen valor utilitario
para las comunidades, como las maderables (cedro y caoba), de ornato (orquídeas,
palmas), lianas y otras que proveen
fibras.
Ahora trabaja con palmas de valor comercial,
del género Chamadorea, conocidas como "xate", cuyas hojas se usan
como ornato en arreglos y coronas florales, y en puestos de frutas.
Martínez Ramos señaló que las hojas de Chamaedorea
elegans llegan a tener un valor considerable en el mercado; mientras que los
campesinos de Chiapas o Veracruz obtienen por una "gruesa" (110
hojas) entre 5 y 7 pesos, en Estados Unidos, cada una puede alcanzar un precio
de entre 50 centavos y un dólar.
Desde la perspectiva ecológica, el problema es
encontrar niveles de cosecha de hojas que permitan un máximo de explotación del
recurso y mantener viable las poblaciones de palmas manejadas.
Las palmas pueden introducirse y desarrollarse
en las áreas en regeneración, formando huertos de palmas como parte de un
diverso sistema de recursos bajo manejo. De esa forma, aclaró, la selva en
recuperación aumenta su valor y el recurso puede ser extraído de forma
racional, porque hasta ahora, los campesinos lo han cosechado, aunque "ya
desapareció en algunos sitios".
Sin embargo, reconoció que la recuperación de
la selva al 100% no es posible. "Su fisonomía puede ser parecida, pero al
determinar las especies y su abundancia, resultan ser menores". Por
ejemplo, en Brasil, donde se ha restablecido el ecosistema mediante la
plantación de especies nativas, luego de 35 años se cuenta con menos del 50% de
la vegetación original”. La biomasa podría recuperarse en períodos de entre 50
y 200 años.
La regeneración de la selva húmeda requiere que
la sociedad le dé el “enorme valor que tiene”, y de la colaboración entre
gobierno, sociedad y academia, conducentes a crear una nueva cultura de uso y
cuidado de los bosques.
"Si la deforestación continúa y no
instrumentamos un procedimiento alternativo de manejo de suelos tropicales, en
el futuro se perderá el gran patrimonio de la Tierra representado por las
selvas, que no se pueden restaurar completamente porque son el resultado de
millones de años de evolución", finalizó Miguel Martínez.
--o0o--
Foto 1
Es urgente mantener un balance entre
la satisfacción de las necesidades humanas y la conservación de los sistemas
biológicos, afirmó Miguel Martínez Ramos, investigador del Instituto de Ecología.
Foto 2
Miguel Martínez Ramos, del Instituto
de Ecología, dijo que en Veracruz y Tabasco ya no hay extensiones considerables
de selvas húmedas debido al cambio de uso del suelo para fines agrícolas y
pecuarios.